El 5-7-97 <jordanabanana@yahoomail.com> escribió:
¡Holaaaaa!
¿Dónde has estado, hombre misterioso? Te llamé y me dijo tu padre que estabas en casa de Dave. ¿Quién es Dave? ¡No tienes permiso para hacer nuevos amigos!
En este momento mi madre está en el Morriston Hospital. La operación es el viernes que viene. Faltaré a clase para estar con ella en el hospital. Más te vale que me eches de menos. Tengo una nueva palabra para ti: «fastigio». Es la parte del cerebro donde está creciendo el tumor. Por encima del cuarto ventrículo. Después de pasar tres días en el hospital tengo la sensación de que sé de tumores cerebrales tanto como los médicos.
¿Podrías venir a visitarla después de la operación, si es que no te resulta demasiado siniestro? Tal vez sea demasiado siniestro…
Estaré parte de mañana en el hospital, pero tal vez pase un rato por casa. ¡Llámame, de todos modos! (¿Quién dijo eso?) ¡Llámame…!
Joxxx
12-7-97
Palabra del día: monologofobia, miedo a utilizar dos veces la misma palabra.
Querido Diario,
He decidido no responder al e-mail de Jordana. Puede ser que la operación haya sido un éxito, en cuyo caso estará tan feliz que le dará lo mismo que le responda o no al email, o puede ser que su madre haya muerto, en cuyo caso se sentirá inconsolable y, en consecuencia, por muy bien que pudiera yo expresarle mis condolencias, sería una pérdida de tiempo y talento.
Como he estado ausente por motivos de trabajo, no he tenido oportunidad de repasar para los exámenes preparatorios para la obtención del certificado general de educación secundaria. Para compensar el tiempo perdido, por lo tanto, llevaré a cabo un breve ejercicio de comprensión lectora:
La utilización de ese «Holaaaaa» tan coloquial y el tono jocoso del párrafo de introducción sitúan el escrito dentro de la categoría de comunicado entre dos amigos.
La narradora menciona cuatro veces la palabra «hospital». Un hecho estilísticamente deficiente. Podría haber condimentado un poco la cosa con palabras como «sanatorio» y «clínica». Bajo mi punto de vista, dicha repetición subraya la preocupación que siente por su madre; se entiende que tenga miedo de que su madre pudiera morir.
Como símbolo de cariño hacia el receptor, le ofrece una «palabra nueva»: «fastigio». Por desgracia, solo menciona una de sus definiciones. «Fastigio» significa también el acmé o periodo de desarrollo pleno de una enfermedad.
Merece la pena destacar que la narradora utiliza el recurso retórico de fingir un desdoblamiento de personalidad. Utiliza la frase: «¿Quién dijo eso?». Su empleo tiene como objetivo quitarle peso a una desesperación subyacente.
Sugiere que el receptor visite a su madre en el hospital; la intención es que, al ver a su madre llena de cables, tubos y morfina, el receptor pueda hacerse mejor la idea del trance por el que está pasando la narradora. Muy sensatamente se adelanta a la posibilidad de que la visita pudiera resultar siniestra.
El tono dominante del escrito es la necesidad. Me da la impresión de que es el receptor del e-mail quien ostenta posición de poder en la relación. Tal vez esté pensando en la frase: «Trátalos mal y los tendrás a tus pies».
Hasta luego, cocodrilo,
Oliver
P. D. A veces, las verdades riman
ESTÁS LEYENDO
Submarino, Joe Dunthorne
Teen FictionConozca a Oliver Tate, un adolescente de quince años. Convencido de que su padre está sumido en una depresión y su madre tiene un romance con un instructor de capoeira, se embarca en una hilarante campaña cuyo objetivo es unir de nuevo a la familia...