Matt&Tyler: Pase lo que pase

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Relación: Tyler - Matt: ¿Acaso no tienes un mejor plan?

Tyler se detiene en una zona residencial, muestra algo a un vigilante y subimos por una alta colina hasta llegar a una hermosa residencia

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Tyler se detiene en una zona residencial, muestra algo a un vigilante y subimos por una alta colina hasta llegar a una hermosa residencia. Es elegante y esta ubicada al borde de la colina, a simple vista se ven más de dos pisos y un enorme jardín nos recibe a la entrada. Altas ventanas recubren toda la casa que tiene las luces apagadas.

—¿También tienes una casa aquí?.

—Por supuesto, no soporto quedarme en los dormitorios de la Base. Es demasiado público para mí. — ¿público?, querrá decir que no tenía tanta libertad. Mis ojos se entrecierran con sospecha, y abro la puerta. Me quedo apoyado en el auto, sin dar un paso hacia la residencia. Tyler activa la alarma del carro y empieza a caminar hacia la elegante quinta, cuando se da cuenta que no lo sigo me mira con confusión.

—¿Qué?.

—¿A cuántas conquistas ya has traído a este lugar? —Me cuesta aceptarlo su historial, no es fácil de olvidar. Una pequeña expresión dolida cruza sus rasgos y me arrepiento de mis palabras.

—Matt... no me juzgues por mi pasado, todo eso ya no importa. —da los pasos que lo separan de mi, hasta agarrar mi rostro entre sus manos. —Quien me importa y a quien amo es a ti — Su expresión, tal vez  haga que baje mis defensas, sus profundos ojos azul cielo con esa expresión son algo difícil de resistir. Paso mis manos por sus hombros atrayéndolo a un abrazo, el que seamos casi de la misma estatura es una ventaja y desventaja él se tiene que agachar un poco para recostar su cara en mi hombro.

—Y-yo, lo siento. Pero es difícil no ser celoso —él suelta una pequeña risa.

—Mi bebé es celoso —se queja infantilmente y yo le doy un pequeño golpe en el brazo.

—Idiota.

—Así me amas —No puedo negarlo. —Ahora vamos, quiero mostrarte el interior. —Toma mi mano y nos conduce hasta la entrada. El digita un código y la puerta se abre automáticamente, el piso de madera brillante reluce y escasos muebles juegan en una gama de colores entre, blanco, negro y azul cielo. No alcanzo a detallar el lugar por la escasa iluminación, pero todo luce tan nuevo, que es evidente que nadie vive aquí. Las escaleras son transparentes y los bordes están iluminados con luz blanca, se unen los peldaños por hilos de metal, Tyler empieza a subir las escaleras y lo sigo hasta el piso de arriba. Un elegante sofá blanco está en el recibidor, justo en frente de un enorme televisor. Tyler no se detiene hasta abrir una puerta de madera a la derecha. Una gran cama queen size se encuentra en el centro, y es acompañada por dos mesitas de noche. Está perfectamente tendida con sábanas azules y grises, almohadas y almohadones a juego. Tyler se echa sobre ella con un gran suspiro.

—No tienes idea de cuanto te extrañe —expresa en voz alta, mientras abraza una almohada y se que le está hablando a la cama. Yo me río de su reacción, se acomoda hasta estar desparramado como una estrella sobre la cama. Me quedo apoyado en el marco de la puerta viendo sus acciones y cuando se da cuenta que no estoy junto a él voltea hacia mi.

—No te quedes ahí parado, ven aquí —extiende sus brazos en señal de que lo acompañe, demasiado adorable. Yo niego pero subo a la cama y él se acomoda hasta que quedo entre sus brazos. El colchón es tan suave y sus brazos tan reconfortantes.

—Si, justo esto era lo que necesitaba. —murmura contra mi oreja y yo comparto el sentimiento.

Una de las ventajas de tener a Matt como novio es despertar con el increíble olor a café

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Una de las ventajas de tener a Matt como novio es despertar con el increíble olor a café. Adormilado, el delicioso aroma me atrae hasta la cocina dónde encuentro a Matt terminando de usar la cafetera.

—Buenos días —Mi voz suena ronca y rasposa, por estar recién levantado y él me da una pequeña sonrisa, llevando la taza a sus labios.

—Buenos días —murmura después de haberle dado un trago y me acerco hasta él, colocando mis manos en sus estrechas caderas. Sus ojos me miran con sospecha.

—¿Qué? —le pregunto mientras lo atraigo en un abrazo. Trato de tomar la taza de sus manos pero él la aparta de mí.

—No, este es mi café. El tuyo está encima de la mesa —Lo miro con ojos aguados, me he dado cuenta que esa mirada tiene algún efecto en él.

—Pero él tuyo sabe mejoor —tal vez alargo un poco las palabras. Él no cede ante mis gestos.

—No seas infantil, es el mismo café —se queja pero una pequeña sonrisa se encuentra en sus labios. Me le quedo viendo como si fuera a besarlo y cuando comprende mis intenciones cierra los ojos para corresponderme, en ese momento... Le quito el café. Él me mira con recelo y trata de recuperarlo pero yo no pienso dárselo, terminamos envueltos en un forcejeo por quién se queda el café. Antes de que pueda probarlo me quejo cuando el café nos cae encima. Lo miro y ambos empezamos a reír.

—Fue tu culpa, era mi café. —se queja pero se que no está molesto. 

—Sigo pensando que él tuyo sabe mejor. —Él hace una mueca exasperada, pero se que no lo está. Dejó la taza de café en el fregadero y le robó un beso, él me corresponde y agarro su nuca haciéndolo más intenso. Miles de sensaciones recorren mi cuerpo cada que lo beso, ¿Siempre será así?, no importa cuantas veces lo bese me siento adicto a sus besos. Con un movimiento lo subo a la encimera, y él me abraza con las piernas. Pierdo la noción del tiempo pero cuando nos separamos ambos estamos sin aliento. Sus ojos parecen chocolate líquido cuando lo veo, sus pupilas un poco dilatadas. Él me aparta un poco y su expresión es extraña cuando dice:

—¿Estás listo para todo lo que puede pasar? —Sus palabras se sienten como un balde de agua fría y lo observo con curiosidad por el cambio drástico del tema. Debajo de su expresión excitada, alcanzo a ver incertidumbre.

—Hey, todo va a salir bien, no te preocupes —le digo con un suave beso, con la intención de relajar sus nervios. —No te agobies por eso justo ahora, nos quedan un par de horas para no pensar en ello —Él asiente algo indeciso y como desearía poder quitar todos  sus miedos. Me acerco hasta dejar un beso detrás de su oreja y él me da acceso a su cuello. —Por otro lado, tenemos una casa por estrenar —no alcanzo a ver su expresión, pero la presión contra mi cadera me dice que está de acuerdo.







Espero les guste!

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