Blue: Conocer

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El desayuno termina mejor de lo que empezó con una charla más tranquila

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El desayuno termina mejor de lo que empezó con una charla más tranquila.

—Papá, ¿puedo enseñarle mi habitación? —le pregunto mientras le ayudo a recoger los platos.

—Solo si dejas la puerta abierta —me advierte y le sonrío de forma angelical, le hago una seña a Skyler de que me siga y me dirijo por el pasillo que da hacia las habitaciones, tenemos un pequeño departamento de 3 habitaciones pero una de ellas es el estudio de papá. Me dirijo a la primera puerta.

—Bienvenida a mi habitación —le digo y abro la puerta, mi habitación está decorada con muchos colores pasteles jugando del azul al rosa, tiene un gran escritorio blanco y una cama con muchos peluches, mi parte favorita es la enorme ventana que da hacia la ciudad. Papá me contó que él y mi mamá decidieron que esta sería mi habitación porque era la más radiante. Skyler mira a su alrededor con algo de curiosidad su flamante cabello y sus ropas negras la hacen resaltar entre el rosa pastel. Yo cambio mi peso de un pie a otro nerviosa.

—¿Te gusta? —le pregunto mordiendo mi labio ansiosa.

—Es muy bonita —me dice con una pequeña sonrisa.

—Es muy de niña —bromeo un poco.

—Algo —agrega con una pequeña sonrisa.

—Mi madre y mi padre la decoraron cuando era pequeña... Nunca quise modificarla después, me encanta lo cálida y acogedora que se siente.

—Puedo sentir la presencia de un hada aquí —dice pensativa —probablemente sea la esencia de tu madre y la tuya.

—¿Presencia?, ¿puedes sentir la presencia de un hada?

—Si, cada hada tiene su propia esencia y a veces dejan un ligero rastro, tal vez algún día logres sentirlo.

—Tal vez, deje de poder usar mis poderes desde que llegué a la tierra —fue un poco desconcertante al principio fue como si una parte de mi se apagará.

—Es normal, solo en algunos lugares de la tierra es seguro usar magia sin llamar la atención, yo tampoco puedo usar mis poderes aquí —me explica encogiéndose de hombros.

—Es extraño.

—¿Cómo si una parte de ti no estuviera? —me dice con una pequeña sonrisa y asiento —si, así me sentí la primera vez que estuve en la tierra.

—¿Te acostumbras? —ella abre la boca como queriendo decir algo pero la cierra.

—No —dice y sigue caminando por mi habitación, quiero decirle algo pero no se que decirle y eso nos lleva a un silencio incómodo. Ella observa las decoraciones y algunos libros del estante, muchos son regalos de papá —Yo te sentí —dice por lo bajo leyendo la contraportada de uno de mis libros, y llama por completo mi atención.

—¿Qué? —ella mira con bastante atención el libro, evitando mis ojos.

—Te sentí, el día en que te conocí me di cuenta que eras un hada.

—¿Lo sabías? —exclamo asombrada —antes de hacer todo el viaje, ¿lo sabias?. ¿Por qué no dijiste nada?.

—Había algo extraño contigo, no estaba segura —hace un gesto como si estuviera buscando las palabras —podía sentirte solo a veces, eras una presencia extraña. —Alzó una ceja en su dirección —luego entendí que tu presencia era extraña, por tu mitad humana.

—Yo... no sé que decir... No se de que hablarte, no se como sacar un tema de conversación contigo —una pequeña risa escapa de sus labios y me sonrojo sin poder evitarlo. Ella se acerca hasta que es muy poca la distancia entre nosotras, mis mejillas arden y sus ojos brillan.

—Me encantas —dice y deja un pequeño beso en mis labios. 

—Deberíamos jugar algún juego —propongo sentándome en mi cama, ella está acostada de lado y su cabeza reposa en su mano sujeta por su codo —siento que aún hay muchas cosas que no conozco de ti

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—Deberíamos jugar algún juego —propongo sentándome en mi cama, ella está acostada de lado y su cabeza reposa en su mano sujeta por su codo —siento que aún hay muchas cosas que no conozco de ti.

—¿Qué quieres jugar? —me pregunta, mirándome con atención.

—Juego de preguntas, te preguntaré algo y tu puedes preguntarme algo.

—¿Eso no es un poco infantil? —me pregunta mirándome con una mueca, yo hago un puchero.

—Solo quiero conocerte más —me quejo en un tono bastante infantil, ella se ríe.

—Está bien, tu empiezas —dice recostándose en la cama.

—¿Cuál es tu color favorito?.

—No tengo uno, —contesta mirando el techo —¿Cuál es el tuyo?

—Creo que es bastante obvio —contesto con una pequeña sonrisa —el azul.

—Un poco obvio, sí —dice y acaricia uno de mis mechones azules.

—Nunca pensé que parte de mi cabello de forma natural sería azul, pensaba teñirlo —le cuento jugando con un mechón.

—Tu cabello es hermoso —añade mirándome con tranquilidad.

—¿Mi cabello, has visto el tuyo?, es increíble —la elogio y ella sonríe.

—A mi me gusta el tuyo.

—Cuéntame que te gusta hacer aquí en la tierra o ¿Qué haces aquí en la tierra?

—Tengo pocos meses aquí, tal vez dos o tres. Elena pensó que sería una buena idea el que experimentará estar sin poderes, pensó que ayudaría con mis episodios —me cuenta haciendo gesto al aire y una mueca surca sus labios al final.

—¿Ayudó?.

—Aquí siempre estoy consciente de lo que hago, la magia de mi padre no me afecta aquí —dice y la mueca no la abandona —pero extraño mis alas, extraño simplemente volar de un lugar a otro, me siento atado al piso.

—Creo que cualquier mortal se siente de esa forma —le digo tratando de bromear, ella entorna los ojos.

—Sabes a lo que me refiero. —dice y pone sus ojos en blanco, yo suelto una risita.

—Si extrañas tener tus alas, ¿Por qué no te quedaste con los demás?, por lo que sé estás de vacaciones —ella se remueve incómoda.

—Quería verte —dice en un pequeño susurro que acelera mi corazón.

—¿Te quedaste aquí solo por mí? —ella mira a cualquier lado de la habitación menos a mi y yo la abrazo sintiendo mi corazón cálido.









N/A: Estos primeros capítulos serán muy soft y fluff así que no me hago responsable si les da un ataque por tanta dulzura jeje

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