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Cuando despierto, estoy arrodillada en una habitación con una luz blanca parpadeante en el techo, tengo los brazos atados desde las muñecas a dos ganchos sobresalientes en las paredes a mis lados, me doy cuenta que no llevo el saco militar, solo la camisa gris que uso debajo y para entrenar. Aprieto los dientes al sentir una punzada en la cabeza y acercan una silla a mí.

-¿No vas a resistirte? - escucho frente a mí -. Eres una caja de sorpresas.

-¿Qué estás haciendo, Klaus? - digo entre dientes.

Un puño se estampa contra mi mejilla izquierda y un pitido resuena en mis oídos.

-No, querida. No soy tan tonto como para golpear a la hija de Ritter Ancel.

Analizo con detenimiento la escena frente a mí, Klaus sí está frente a mí pero detrás de la silla donde esta sentado uno de los soldados, él me pegó.

-Eres un cobarde.

-Y tú una traidora - dice -. Tú trabajo era entrenarlos, no quererlos.

-¿Te despierta malas memorias? - mi sonrisa es arrebatada por otro puñetazo, miro al soldado -. Deja que él lo haga, tal vez, y solo tal vez, sigas con todos tus huesos enteros.

-¿Le pedirás ayuda a tu padre?

-Yo misma lo hago, cariño - me relamo los labios, la boca me sabe a hierro -¿Cómo te enteraste?

-Mantengo a mis enemigos cerca.

-¿Tu enemigo es una chica de diecinueve años? Eso es bajo.

Espero otro golpe pero no recibo nada, se que debería quedarme callada pero sé lo mucho que le molesta no poder hacerme nada. Si lo acuso, usara al soldado para limpiarse las manos y el quedará libre. Me tortura, pero no siente el placer de golpearme y se cuanto lo frustra.

-Los guerreros iban a ser míos, pero tu padre te recomendó por tu misión en Coterra, Kerley ni siquiera sometió a votación, la misión fue tuya - rodea al soldado y se inca frente a mí -. Me llamó lo cercana que eras con los eldianos, nunca me sorprendió sabiendo el historial de tu padre, pero tú... tú me arrebataste mi misión. Así que ordené a cada guardia en cada puerta de la base y del campo que los vigilarán - me toma de la barbilla -. La torre es un lugar especial, ¿no?

Klaus se pone de pie y regresa a su escondite detrás del soldado. 

-Después de esa tarde, reforcé la vigilancia, lo que nos llevó a la noche del festival. Una hermosa noche, ¿la recuerdas? - aprieto los dientes -. Claro que se lo comenté a tu padre y claro que él no hizo nada, te protegió, naturalmente. Y no solo eso, toda la libertad que tenías.

>Así que le dije a Kerley - continua -. Con pruebas y el testamento de dos eldianos que no querían morir, y aún así no hizo nada. 

-¿Lloraste hasta que te dijo lo que querías escuchar? 

-Le dije que si no hacía algo, diría este pequeño escandalo a todo el mundo - sonríe -. Imagina, tu sangre tan pura contaminada por sangre eldiana, serías la vergüenza y condena de tu inocente madre - coloca las manos en los hombros del soldado y este se levanta para que Klaus se siente -. Así que me dejó hacer lo que estuviera en mi poder.

-¿Y eso es? 

-Ordenaré tu exilio del Ejército - me río. 

-Solo Kerley puede decidir sobre mi futuro, trata de sobrepasar esa autoridad, te reto. 

Klaus aprieta la quijada, a pesar de estar a su merced, había líneas que el no podía cruzar. 

-Busca al eldiano, será devorado mañana temprano - el soldado asiente y empieza a caminar. 

Prohibido. (BertholdtxY/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora