Prohibido. (BertholdtxY/N)

29

Abro los ojos y suspiro por aire, me llevo la mano a la mano a la cara pero no hay nadie detrás de mi. Estoy acostada en el suelo y una manta me cubre el cuerpo, el sonido de una gaviota me despierta recuerdos agridulces de la última vez que estuve en un barco. Me encuentro con el azul infinito del cielo sobre mí, me siento y miro a mi alrededor. Estoy en la cubierta de un barco. 

Trago saliva y me pongo de pie, el mar azul se extiende en todo su poder frente a mí, pequeñas olas golpean el barco y este se mece tranquilamente. Concluyo que el barco esta zarpado. Me doy media vuelta y veo algo que me roba el aliento. 

Hay un puerto que nunca había visto en mapas, que nunca había escuchado hablar pero por alguna razón lo había visto en mis sueños. Más adelante de este puerto había un muro enorme con escalones que llevaban hasta la cima, y ahí arriba había personas con el uniforme del ejército de Marley. 

 Camino por el barco hasta que encuentro la rampa para bajar al  puerto, camino por el acero. La sal en el ambiente me recuerda cuando bajé a Coterra, entonces alguien me esperaba para llevarme a la casa del general. Aquí iba a un lugar del que no tenía idea. 

Solo recordaba a mi padre asfixiarme hasta quedar inconsciente. Llego a los escalones y los subo tan rápido como puedo. Una vez arriba, un paisaje totalmente nuevo se extiende a frente a mí. Hay arena por kilómetros pero alcanzo a divisar como se convierte en pradera, el sol baña el pasto y el aire mueve la maleza. Es tan hermoso que me parece increíble que Marley no haya tratado de conquistarlo, tal vez este sea su siguiente objetivo. 

Camino por la enorme muralla y la hermosa paz se ve interrumpida por un grito seguida de un destello. El corazón se me detiene al reconocer ese destello, me acerco a la orilla de la muralla y jadeo al ver un titan puro tratando de subir por la muralla. Me alejo dando enormes pasos y choco mi espalda con alguien. 

Me doy media vuelta y retrocedo al ver a mi padre, quien me toma del brazo y me jala a él. 

-Cuidado - dice -. O podrías morir. 

Miro a a mi izquierda, hay varias personas, hombres y mujeres, hincados con las manos y pies atados. Un soldado se acerca a un hombre de pelo rubio e inserta una jeringa en su cuello, el hombro grita de dolor y el soldado lo patea por la muralla. Vuelvo a ver un pequeño destello pero está ves no me asomo, sé que lo han convertido en un titan. 

-¿Qué es esto? - pregunto. 

-El castigo mayor para aquellos que se rebelan - me mira -. A la vez, nos aseguramos de que los demonios de está isla no se atrevan a dejarla. 

El mismo soldado se acerca al siguiente hombre hincado, se pone de cuclillas y le desata los pies. Le dice que corra lo más rápido que pueda y después lo lanza, por instinto voy y me asomo, la arena amortigua la caída. Cuando el hombre deja de rodar sobre si mismo se pone de pie torpemente y empieza a correr, llevándose a tres titanes detrás de él. Uno de ellos lo alcanza con la mano, probablemente rompiéndole las costillas y se lo lleva a la boca. 

Tiene de la cadera para abajo en la boca del titan, sus gritos son augurio de muerte, y él más que yo desea que sea una rápida. Pero el titan lo mastica lento, dándose su tiempo hasta que otro titan arranca la mitad del cuerpo de una mordida. El estomago se me revuelve y me vuelvo a alejar de la orilla. 

-Este era el destino que le esperaba a Joan Frank de no haber sido por Roth - dice -. Tú hermano siempre disfrutó abogar por el Diablo. 

-¿Y Heaven? 

-Sería arrojada como ese de ahí.

Los soldados vuelven a inyectar suero de titan en los eldianos y los lanzan al vacío.