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Viveka tenía razón acerca de la existencia del color narciso, era del color amarillo de un... pues, narciso. El vestido era sencillo, gracias a al cielo, y había un trozo de tela satinado como cinturón que me rodeaba la cintura y terminaba en un hermoso moño en mi espalda, los listones caían detrás de mi, desde mi espalda media,  sobre la falda del vestido en corte A. 

Llevaba el cabello semirecogido con un listón del mismo color que el cinturón del vestido. La semana se había pasado volando, y tal como lo pidió Viveka, su boda es en un clima tropical. Para ser sincera, el amarillo narciso de los vestidos que escogió quedan muy bien con el ambiente fresco y la brisa marina. 

Es misma mañana me había levantado temprano para ir a nadar un rato. 

Roth y Viveka rentaron una residencia cerca de la playa y metieron a sus respectivas familias ahí, suerte la mía que Viveka consideró a Fredei como su familia y puedo compartir habitación con ella y no estar en el área de habitaciones de mi familia. Fredei se mira en el espejo una última vez, claramente inconforme con el peinado. 

-¿Crees que pueda hacerme la coleta alta? - señala su cabello rubio semi recogido. 

-Yo no le diré a Viveka si no le dices - Fredei me guiña el ojo y se cambia de peinado. Me pongo de pie -. Voy por algo de comer, estoy muriendo de hambre. 

Fredei asiente concentrada en no esponjarse el cabello y no arrancarse unos mechones mientras se lo cepilla. Hemos sobrevivido a la primera parte del día. Roth y Viveka hicieron la ceremonia temprano, más íntimo y privado, solo familia y amigos muy cercanos. La fiesta será lo pesado, ahí vendrá más gente. 

Irán personas importantes del trabajo de Roth, de mi padre, del padre de Viveka, de la empresa de la madre de Viveka. Puede que incluso me encuentre a Padelli y Karina. Los hermanos de Viveka pasan corriendo a mi lado entre risas y me dicen que juegue con ellos. Llevo jugando con ellos desde que llegamos y la verdad quiero descansar un poco así que les digo que mañana lo haré sin falta. 

Llego a la cocina de la residencia y saludo a las amables señores que nos han cocinado y limpiado los últimos cuatro días. Una de ellas me pone una taza de té y otra me pone galletas recién horneadas. 

-¿Quién las pidió? 

-Oh, son para nosotras - me dice Sarah -. Pero puede comer si gusta. 

-Muchas gracias. 

Me quedo comiendo con ellas mientras se cuentan chismes de otras trabajadoras o incluso de sus propias familias. Me pregunto si nos llegaremos a ver así  Viv, Fredei y yo en un futuro. Espero que sigamos igual de unidas para entonces. 


Como esperaba, me encuentro con tantos altos mandos del ejercito que apenas y los puedo diferenciar pero, claramente, el jefe Kerley sobresale de todos con el parche en su ojo y el uniforme más formal por vestir en un evento. Ni siquiera se esforzó cuando el rey fue a la base unos años atrás. 

Veo a Karina y a Padelli y voy corriendo a ellas, Karina extiende el brazo para que no me acerque tratando de proteger la copa en su vino así que me voy directo a abrazar a Padelli. Mi doctora favorita le da un manotazo a Karina antes de extender los brazos. Resulta que me acostumbré a verlas a diario y los últimos cuatro días con mi familia no habían sido de mi agrado. Ahora que no llevo velocidad, Karina me abraza y termino aplastada entre ella y Padelli. 

Me acomodan el cabello cuando se separan. 

-Lindo vestido - me dice Padelli. 

-Lindo listón - secunda Karina. 

Prohibido. (BertholdtxY/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora