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¥ Capitulo 25 ¥

Maraton 2/5

—Eva Castillo, Argentina

Volví de almorzar, la última declaración, nos dejo fuera de juego, vamos perdiendo por un límite pequeño, espero remontar, tengo que sacar a Ruggero de este dilema, su currículum debe queda limpio, yo me voy a encargar de eso.

—Has visto a los chicos.—le pregunto a Lucas.

—Creo que están almorzando.

—Tienen que llegar ya, falta sólo cuatros minutos para que inicie la sección, debemos ser puntuales.—hablo preocupada, esto no es una broma, si llegan un minuto tarde pueden arruinar todo lo que hemos conseguido hasta ahora.

—Tranquila, no te estreses, estás haciendo mucho por Ruggero.

—Con eso no basta Lucas, tengo que seguir la cuartada que quedamos todos, pero es complicado si no se que preguntas tiene en mente la otra abogada, esto será una vaina de suerte, tengo miedo de que salga mal.—suelto sincera, el solo me me abraza diciéndome que todo va a estar bien, de alguna y otra forma me da estabilidad.

—No es por nada pero, donde están Karol y Ruggero?—pregunta Agustín interrumpiendo el momento.

—Aquí, ya no nos busquen más.—habla Karol que viene de la mano de Ruggero.

—Tenemos que ir entrando ya.—todos caminan hacia la puerta del estrado, pero detengo a Karol.—tienes suerte.

—De que hablas?

—Observe algunas de la evidencias, y no hay nada respecto a tu aborto, o alguna pregunta relacionado a eso.

—Que alivió.—suspira.—gracias por todo Eva, eres la mejor.

—Lo hago por ambas, no me gustan las injusticias.

El juicio empezó de nuevo el juez permitió que empezara la testigo de Candelaria de nuevo, aunque ella no lo cree me convine mucho más preguntar de última, tengo algunas tácticas que me enseñaron en la universidad, que sé que no me van a fallar.

—Porque dejó de seguir al señor Ruggero en redes sociales.

—Candelaria me hablo de todo el maltrato que recibía de él, y nunca en la vida apoyaría a alguien violento por más talentoso que sea.—no sabes el gran error que has cometido diciendo esto.

—No más preguntas señor juez.

—Desde hace cuanto conoce a Ruggero señorita Melina.

—Éramos vecinos, lo vi uno que otra vez, nunca me atreví hablarle, siempre lo encontraba de mal humor, entonces un día me encontré con cande en el elevador, hablamos y.

—Le pregunte como conoció a mi cliente, no la historia de su vida, señorita.

—Fue por candelaria, después de que nos hiciéramos amigas.

—Usted acaba de decir que siempre lo veía de mal humor, sabe porque era?

—No, suponía que vivía solo.

—Y cuando se dio cuenta que convivía en el mismo departamento que su amiga, porque no le comentó acerca, de su mal humor.

—Creía que era porque se llevaba mal conmigo.

—Pero, cuando el la dejó entrar en su casa, siguió creyendo que se llevaba mal con usted.

—No me acordaba mucho de su cara.

—Comprendo, Alguna vez fue amiga de mi cliente.

—Si.

—Porque se rompió su amistad.