¥ Capitulo 19 ¥

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Maraton 3/4

Karol Sevilla, Argentina.

Es momento de soltar, dejar ir todo ese dolor que he conllevado todo este tiempo, de perdonar y sanar, sé que junto a Ruggero podré hacerlo, él me hace feliz, y se que no hay nada que me guste más en esta vida, que tener el título oficial, por fin, de ser su novia, su única novia.

—Entonces que dices, Mowglito.—Ruggero toca la punta de mi nariz con su dedo índice, haciendo que sonría y asienta involuntariamente.

—Si quiero ser tu novia.—digo riendo con una lagrima de felicidad en mi ojo, nos acercamos para darnos un beso, pero este es uno distinto, se siente diferente pero tan bien, amo a este chico con todo mi corazón, y no me voy arrepentir de darle otra oportunidad, espero a que el no se arrepienta tampoco.

—Te amo.

—Te amo.

Nos quedamos abrazados con los pies en el agua, sentados a la par de la alberca, mirando el cielo que en este momento está la luna más hermosa que haya visto, y unas estrellas que alumbran increíble, se hace presente un silencio largo, pero no es incómodo, más bien relajante, jugamos con nuestros pies en el agua y empezaron las risitas de nuestra parte, siempre tenemos que jugar, es que así somos, y así nos amamos.

—Karol.—me llama, y volteo a mirarlo a los ojos, esos hermosos ojos, que me enamoraron, le hago una seña para que continúe lo que está hablando.—Sabes, cuando te prometí, todas esas cosas antes, y nos las pude cumplir, yo.

—Ruggero.—lo reproche.

—No déjame terminar, yo nunca cumplí todo lo que te prometí, y te pido perdón por eso Karol, porque si vamos a empezar otra vez, quiero que no haya rencores ni reproches entre nosotros de lo que sucedió en el pasado.

—Yo, ya te perdone y lo hice de corazón.—y no miento, lo dijo en serio.

—Se que algunas de mis promesas fueron en vano, pero sabes, no tenían fecha de vencimiento y haré lo que sea para que todas se cumplan.—Sonrío como una estupida.

—Vamos a cumplir todas nuestras metas juntos, eres lo más importante para mí en este momento, y no quiero a nadie más que no seas tú.

—Siempre fuiste tú, ahora que lo pienso, nunca quise darme cuenta que estaba y estoy perdidamente enamorado de ti.

—Enserio, yo siempre estuve y estoy enamorada de ti aún, es solo que tenía que contenerme, en ese momento las cosas no se podían dar.

—Pero ahora estamos aquí, y eso es lo importante, recuperaremos el tiempo perdido.

—Cuando quiera señor Pasquarelli.—Se abalanzó a besarme con necesidad, apegando nuestros labios en un beso lleno de lujuria.—Te necesito, ahora.—ruego con desesperación, es ilógico como este hombre con solo un beso puede llegar a excitarme.

Nos metemos a la alberca, si en la alberca, tampoco no es que sea nuestra primera vez en una de estas, sigo trepada sobre regazo, tratando de quitar su ropa, mientras él hace su trabajo dejando besos húmedos sobre mi cuello, el agua helada de la piscina hace contraste con el calor de nuestro cuerpos.

Espérame ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora