34. Calma

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Un pequeño inciso antes de empezar y es que he cambiado la forma de escribir, y a partir de ahora va a ser igual siempre, he descubierto que es más fácil así y espero que más ameno para vosotrxs.
Serán SIN POV y con otro formato.

Y ahora sí, espero que os guste.

Jueves 14 del 03 del 2024, 23:49

Barcelona.

NATALIA

Por fin llegamos a mi piso. Llevaba toda la noche esperando este momento. Echaba tanto de menos esos labios que cuando los volvimos a juntar en aquel lugar no había parado de pensar en ellos. Como consecuencia, en el trayecto en coche que había casi nos matamos porque no me quería dar un beso pero al final lo conseguí al parar y al negarme a seguir.

Mientras esperábamos al ascensor nuestras miradas se cruzaron, no pude resistirme y antes de que llegase la caja de metal la asalté con juntando nuestras bocas.

-Natalia: Te deseo tanto... —suspiré para coger aire y volver a juntarlas.
-Alba: Seguro que no más que yo —sonrió contra mis labios.

Esa confesión me provocó un pinchazo directo hacia mi clitoris. Me separé al escuchar las puertas abrirse, pasamos al cubículo y le di al botón de mi planta.
La subida se me estaba haciendo eterna pero pude resistirme y controlarme ya que no sabía si había cámaras en él.
El ascensor se paró y según se abrió, hice que supiese de mi necesidad de besarla.
Con dificultades llegamos a la puerta del piso. Busqué las llaves pero entre que el espacio entre nuestros cuerpos era pequeño y que mis nervios eran demasiado grandes, mi capacidad de busca parecía que se había ido.

—Venga —se separó sorprendiéndome— búscalas —sonrió.

Asentí y rápidamente las encontré en la chaqueta. La miré y asintió. Abrí, entramos y cerré la puerta pensando en el próximo movimiento.

—Alba...

Pero me interrumpió callándome con sus labios. La elevé haciendo que sus piernas quedasen enroscadas en mi cintura y la llevé a mi habitación.

—.—.—

Viernes 15 del 03 del 2024, 8:09.

SIN POV

—Mmm... Buenos días —susurró Natalia cuando notó la humedad de una boca en su espalda desnuda.

Nadie respondió pero aquella lengua siguió su camino hasta llegar a la oreja de la morena y acabar con un pequeño mordisco en el lóbulo.

—Bon dia —le susurró después del anterior movimiento.
—¿Qué hora es? —preguntó dándose la vuelta quedando cara a cara con la rubia.
—No lo sé —se retiró para coger el móvil y mirar la hora pero sin despegarse de la más alta.

Natalia sentía que estaba en las nubes, en un sueño que no quería que terminase y tampoco quería volver a la rutina de oficina-casa casa-estudio.

—Las 8 pasadas —volvió a dejar el móvil en la mesilla y centró su atención en el costado del cuerpo de la morena.

La más bajita estaba igual que la cantante, la noche anterior había sido la mejor que había tenido en mucho tiempo y aunque con Marco también lo había pasado bien, no podía compararlo.

—Un poco pronto ¿no? —sonrió mirándola fijamente.
—Un poco... —se fue acercando lentamente a su rostro para darla un beso.

Pero Natalia retiró la cabeza y rió. Alba se sintió ofendida, y dispuesta a ponerse algo de ropa se incorporó.

—No, no, no —se apoyó en su espalda para detenerla—, era una broma palomita.

Al escuchar aquel apodo se giró para mirarla. La morena al ver su cara del confusión pensó que se había equivocado al llamarla así e inmediatamente se disculpó.

—Perdón... —la miró con miedo.
—¿Palomita?
—Verás... ehm —se levantó y se puso una camiseta para no ir desnuda—, espera un momento.

Desapareció por el pasillo y después de un par de minutos se presentó con su guitarra y una libreta con la portada de una partitura.

—Está aún sin acabar —se sentó al lado de la rubia y dejó el cuaderno en la cama— no va dirigida a ti en el sentido que está escrita, es solo que... cuando te miro me recuerdas a una paloma blanca... porque me provocas, ehm... —dudó en si decirlo pero se atrevió, ya que estaba ahí abriéndose pues se iba a abrir del todo—, paz —la miró con miedo, esperaba que se lo tomase bien.

Para la rubia aquel cumplido la había sorprendido, había recibido muchos durante mucho tiempo pero ninguno como ese, tan bien rebuscado y tan bien acertado.
No sabía qué decir, ni siquiera qué cara poner, era un piropo tan bien hecho que se veía tan poco en la vida real que era difícil encontrar una expresión facial para responder.
Pero gracias a que Natalia era bastante avispada empezó a cantar para que no se estresase en responderla.

Dame paz y dame guerra
Dame aliento, cuídame
Clavelitos en tu pelo
Los tatuajes de tu piel
Hoy supura y supura
Lo que ayer sabía a miel
Yo maldigo a mi cordura
Palomita, llévame...

Y así prosiguió. Ambas estaban absortas en la letra de la canción, todo tenía un significado que cada una le podía dar a su manera.

A ti te maldigo
Y a tus lágrimas de sal
A ti te maldigo
No me vas a hacer llorar
A ti te maldigo
A ti te maldigo...

Maldecía aquel tiempo perdido en discusiones sin sentido, maldecía todos los obstáculos que habían superado pero que habían ralentizado el proceso, maldecía todo.

Porque a un niño que no es mío
Nunca lo debí cuidar
Nunca lo debí cuidar
Nunca lo debí cuidar
Nunca lo debí cuidar.

Se miraron, Natalia apartó la guitarra y cerró la libreta.

—Es increíble —fue lo único que pudo decir cuando terminó y como muestra de ello se acercó, la acarició la mejilla y la dio un dulce beso correspondido.

No querían llegar a más, solo con un simple roce les bastaba para aprovechar todos los momentos perdidos.

—Te quiero —susurró la morena apoyando su frente en la de Alba.

No sabía si era la primera vez que le había dicho aquellas palabras, quizá le sonaban de sueños pero esa vez fue de verdad, la sentía, y lo más importante: lo podía sentir.
La cara indiferente de la rubia provocó en Natalia bastante confusion y temor, a lo mejor se había pasado y no era el momento. Pero cuando se separó y la miró con aquellos ojos brillantes de color miel se le quitaron todos los miedos.

—Te quiero —sonrió respondió.

Podía haber dicho un "yo también" y así omitir esas dos palabras pero no lo consideraba una buena contestación y por ello quiso soltarlo todo.
Sonrieron a la vez y se volvieron a enredar entre las sábanas hasta bien entrada la tarde.

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Este es un poco (bastante) más corto que los demás, pero quería que fuese soft y que quedase bien. Además, creo que expresa sentimientos y un capítulo así nunca viene mal ¿no?

Twitter: Chirimoyeras

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