Empiezo a Caer | ALBALIA

31. A Ritme de Cançons

Lunes 4 del 03 del 2024, 20:18.

Barcelona.

ALBA

Ya estaba aparcada al lado de su Volkswagen esperando a ver si bajaba. Después de hacerla notar mi presencia con una llamada dijo que acababa unas cosas y bajaba.

-Natalia: Buenas noches señorita —dijo cuando me vio—.
-Alba: ¿Cómo lo hacemos?
-Natalia: Si quieres dejamos mi coche aquí y vamos al bar que te toca trabajar.
-Alba: Estoy pensando en dejarlo —dije montándome—.
-Natalia: No creo que hagas bien, ¿cuánto llevas? ¿Dos semanas?
-Alba: Sí.
-Natalia: Dos semanas no son nada, ya sé que solo querías el trabajo para remontar la galería, y que lo quieres dejar porque sientes que ya no te va a hacer falta, pero... ¿dentro de dos años?
-Alba: Tienes razón.
-Natalia: Si tú lo quieres dejar hazlo, no quiero que mi opinión condicione nada.
-Alba: Sí, tranquila. Además, estaré encantada de servirte algunas cervezas y vigilar cuántas bebes.
-Natalia: Ya, ya.

Reímos y nos pusimos en marcha al bar.

Llegamos, fui a cambiarme y regresé a la barra donde Natalia me pidió una cerveza.

-Alba: Con moderación eh —se la serví—.
-Natalia: No preocuparse —dio un sorbo—.
-Alba: Natalia.
-Natalia: Dime.
-Alba: Es que esperaba que fuese un poco más normal...
-Natalia: ¿El qué?
-Alba: La situación.
-Natalia: ¿Para qué?
-Alba: Da igual, luego te lo digo.
-Natalia: ¿Estás bien?
-Alba: Sí, tranqui.
-Natalia: Ya...
-Alba: Que sí, tú vete a bailar que en un santiamén estaré contigo.
-Natalia: Vale.

Y era verdad, después de media hora, Ana me dijo que ya había acabado así que fui con Natalia.

-Alba: Hola... —dije yendo por detrás—.
-Natalia: Ey —dio un sorbo a su tercera cerveza—.
-Alba: Yo creo que ya hemos bebido demasiado —se la quité y me bebí lo que quedaba—.
-Natalia: Eh, era mi cerveza.
-Alba: Pues ya no, además, ya has bebido mucho. ¿Nos vamos a cenar?
-Natalia: Vale.

Nos despedimos de Ana y con el coche conduje hacia mi casa. Encontré un sitio cercano y subimos.

-Alba: Queen, bonicaaa —la acaricié y dejé el bolso y las llaves a un lado de la mesa del comedor—.
-Natalia: ¿Qué planeas que cenemos?
-Alba: ¿Un yogur te parece buena opción? —pregunté yendo a la cocina—.
-Natalia: Me encanta.

Cogí los yogures y fui a la mesa donde ella ya estaba sentada. Me senté en la parte opuesta y en silencio cenamos.

-Alba: Qué poco romántico es esto —dije al acabar—.
-Natalia: Pero es perfecto, simple como una peseta —sonrió—.
-Alba: ¿Quieres acompañarme al evento de Dublín? —pregunté directa—.

Natalia me miró y luego miró al envase de yogur.

-Natalia: ¿Cuándo sería?
-Alba: El 12.
-Natalia: Esa semana tengo que estar en EE.UU para una reunión con los de Amazon. Lo siento...
-Alba: ¿Y cuándo me lo ibas a decir?
-Natalia: Supongo que... no sé —dijo al no tener ninguna excusa—.
-Alba: Sé que no estamos en una relación oficial, pero tiene que haber confianza y sinceridad.
-Natalia: Ya, joder, perdón, te lo tendría que haber dicho lo sé.
-Alba: Igual que yo te he dicho lo de Dublin no sé, creo que me lo merecía, ¿no?
-Natalia: Sí Alba, ya te he dicho que lo sentía.
-Alba: Es tarde —dije viendo la hora que era y levantándome para tirar el recipiente—.
-Natalia: Alba.
-Alba: No.
-Natalia: Joder tía, ¿por qué siempre me lo pones tan difícil? —se levantó y me miró— Es que siempre a la más mínima saltas. ¿Tú estás segura que quieres estar conmigo? —preguntó con un tono mucho más relajado—.
-Alba: Yo ahora mismo quiero descansar.