Vida Cotidiana, parte 9

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La puerta de la iglesia se abrió, y cantantes del coro con velas comenzaron a hacer fila afuera de la puerta. Parece que la misa había terminado. Las luces de las velas parpadeaban como letreros que conducían a las puertas del colegio.

"Cierto, tengo algo para ti."

Saqué una pequeña bolsa de papel con sello de cinta del bolsillo de mi abrigo y se la di a Kirigiri.

"¿Qué es?"

"Tu regalo de Navidad."

"...¿Lo puedo abrir?"

"Claro."

Kirigiri cogió la bolsa de papel, rompió el sello y sacó el regalo de adentro.

"Esto es una Rosa in Vitro. Pensé que se sentía como tú... ¿No te enfadas si te digo esto?"

Los ojos de Kirigiri estaban brillando. Sacudió la cabeza.

"Esto... oh... gracias. Es muy bonita..."

Sus mejillas parecieron enrojecerse levemente mientras miraba fijamente la rosa. Parece que le gusta el regalo. Copos de nieve se deslizaron sobre el tubo de vitro, haciendo que el vidrio pareciera cristalino.

"Sobre eso... Yui-oneesama."

"¿Sí?"

"¿Soy el reemplazo de tu hermana muerta?"

Kirigiri miró más allá de la rosa in vitro y me miró a mí.

"¿Qué, qué estás diciendo? Eso no es cierto. Tú eres tú. ¿Cómo alguien puede reemplazar a mi hermana?"

"Así que era eso. Bien."

"¿Me entiendes?"

"Te entiendo" dijo Kirigiri, manteniendo la rosa en su pecho. "Por cierto... También debo darte las gracias Yui-oneesama por creerme durante aquel incidente."

"Bueno... No he hecho nada digno de tu agradecimiento..."

Estaba un poco avergonzada y rápidamente lo rechacé.

De repente, recordé los eventos de esa noche.

"En realidad, todavía no hemos hecho lo que prometimos esa noche."

Comenté mientras extendía mi mano derecha.

"¿Qué promesa?"

"Dijiste que debería dejarse un verdadero apretón de manos cuando todo esté dicho y hecho. ¿Te acuerdas?"

Kirigiri asintió y se acercó un paso.

Y tendió su pequeña mano.

Sus frías puntas de los dedos se entrelazaron.

"Cuídame, por favor... Kirigiri Kyouko-chan."

"...cuida de mí también, Yui-oneesama."

En ese momento, sonó mi teléfono en el bolsillo de mi abrigo.

Eché un vistazo: era una persona desconocida.

Miré a Kirigiri. Ella asintió con la cabeza y presioné el botón "aceptar llamada".

"¿Hola...?"

No hubo respuesta.

"¿Hola?"

Entonces, se escuchó el sonido de una música grandiosa y majestuosa al final de la línea telefónica.

La música se hizo cada vez más fuerte.

Esta pieza — ¿no es "La Cabalgata de las Valkirias", de Wagner?

Danganronpa Kirigiri (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora