Daraan estalló en ahogadas risotadas durante unos diez minutos, le indicó que se cambiara de ropa para ir a ver a sus sobrinos y después siguió riéndose de su cara de imbécil. La ropa que el rey le había llevado le quedó bien, casi perfecta de hecho, la camiseta de AC/DC le encantaba y daba justo con su talle; los pantalones rasgados en las rodillas tenían el largo justo que necesitaban sus largas piernas. Tuvo miedo de preguntar hasta qué punto sabía esta gente de él, incluso la ropa interior le iba bien.
Cuando terminó de vestirse salió de la habitación y el golpe socioeconómico le dio entre los ojos, un largo y ancho corredor con bellísimas estatuas de grandes felinos a ambos lados de una alfombra roja lo recibían. El techo se extendía como una cúpula de cristal y sobre este se erguían en el exterior enredaderas de flores de varios colores abiertas a la luz del mediodía. El dragón acariciaba a un gran danés y a un San Bernardo con mucho mimo, en cuanto Gavriel se acercó ambos perros gruñeron en su dirección con la clara intención de saltarle encima, Daraan soltó un gruñido y los animales se callaron para luego alejarse rumbo a la habitación.
—Esos son Beethoven y Scooby Doo, no les gustan los extraños y son muy territoriales, pero son muy juguetones cuando se acostumbran.
—¿Y dónde está Lassie, el collie? ¿Rescatando niños de pozos de ocho metros de profundidad? —Endulzó la pregunta con sarcasmo.
El dragón rió.
—No, seguramente esta con Pluto durmiendo de barriga al sol y no estoy jugando.
Gavriel sonrió por la ocurrencia en aquellos nombres, gracioso sentido del humor. Daraan se apartó y empezó a caminar de nuevo. Él marchó a su lado, permitiéndole marcar el paso.
—¿No vas a decir algo? —cuestionó analizando por exactamente cuánto lo sobrepasaba el hombre que se convertía en un dragón de oro. El tipo alzó una ceja, su piercing titilaba por el sol y llamaba mucho la atención—. Sobre Maleon y yo...
—No quiero hablar de eso.
—¿Por qué no?
—Estaría traicionando a mi naturaleza —dijo subiendo los hombros, cuando el humano frunció el ceño agregó—: Odio las cosas desagradables de la vida. Piensa en ello como un voto de hedonismo al placer o un hakuna matata. Doy fe a existir libre de estrés excesivo.
Gavriel pensó en esa particular forma de vivir libre de preocupaciones, pero aún se sentía incómodo. Cuando una mujer lo contrataba, a veces podía ver indicios de que en el ojo público estaban casadas y no sería falso o pretendería ser un buen hombre, le importaba tanto como la diferencia entre una naranja y una mandarina porque al final del día él no era culpable de nada. No era quién engañaba a su esposo. Su consciencia seguía limpia. Sin embargo, el hecho de que Maleon estuviera siendo infiel le retorcía las entrañas.
—Solo quiero que sepas que nunca pasó nada, créeme... ella es inusual.
Daraan se ahogó y reprimió otra carcajada.
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Beso de Ceniza
Fantasi《Libro 1 de la Saga "Criaturas Mitologicas"》 Desde el inicio de los tiempos, se desarrolla una guerra entre criaturas mitológicas que es mediada por el Consejo de Antiguos. Maleon, una de las criaturas más viejas de las que aún pueblan la tierra y m...