Capitulo 28

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Taehyung

Mas tarde, luego de que almorzaramos y jugamos un par de juegos entre todos, llegó la hora de buscar nuestros respectivos regalos.

Hoseok le regaló un adorno de la Estatua de la libertad a Jimin, es un bonito souvenir. Soobin le regaló a YeonJun un collar con una media luna que le quedó bastante bien, también le trajo a Jungkook dos cajas repletas de leche de banana, por lo que él se puso alegre a saltar como un niñito.

Algunos de mis compañeros de trabajo se regalaron libros, prendas de ropa y otras tantas cosas de papelería al igual que agendas y bolígrafos de colores, un tanto aburrido, pero si a ellos les gusta, está bien.

Entonces llegó el momento en el que tuve que darle mi regalo a Jungkook. Ni siquiera me moleste en dejar las cosas junto a todos lo demás para que él fuera y lo averiguara por su cuenta. No quise hacerlo, quise que él supiera que esto es para ambos.

Jungkook me miró con una delicadeza que no supe interpretar, en el árbol a nuestro lado todavía quedaban paquetes por abrír, a mi todavía no me había tocado ninguno.

Veo a Jungkook abrir la cajita que le dí y luego suelta un chillido cuando ve los dos anillos que compré para nosotros.

— ¡Oh por dios, son hermosos! ¡Gracias Tae! — Jungkook me da un abrazo de oso gigante y se separa para abrir la otra bolsa. Al abrirla saca un buzo color celeste pastel y su sonrisa se ensancha aún más —¡Me encanta, está precioso!

—Lo ví y pensé en ti. Mira en la parte de la espalda tiene una estrella gigante. ¿Te gusta?

—¡Lo amo! — chilla alegre.

Varios de mis compañeros de trabajo toman los regalos que quedaban y me tienden uno a mi. La bolsa es pequeña y violeta, tiene mi nombre grabado en ella.

Lo tomo con delicadeza pues dentro parece haber un objeto pesado.

Cuando abro la bolsa, me encuentro con una bola de nieve (sin nieve) y dentro de ella hay dos figuras de unos osos abrazados. Esto es el regalo más tierno que habré visto en toda mi vida.

Y está hecho a mano, no quiero imaginar lo que habrá costado.

Levanto la cabeza con una sonrisa, solo hay una persona capaz de moldear dos ositos a la perfección.

—Gracias, mi niño. Está más que hermoso. — le digo a Jungkook con una sonrisa y se acerca para besarme, YeonJun no lo mira así que me besa con tranquilidad.

En cambio Jimin se queda con la boca abierta y luego me sonríe con picardía.

Jungkook termina de besarme y le agradezco con alegría el regalo. Se nota que puso esfuerzo en esto... Todavía sigo pensando en qué momento lo habrá hecho. Debió llevarle tiempo, es un amor.

Yo también tengo otro regalo que hacerle, pero lo dejé en el auto, para nuestra privacidad.

Una vez la reunión termina, yo me dedico a intercambiar el mail de Hobi porque lo ha cambiado recientemente. Quedamos para otro día y así salir junto a Jimin y Jungkook a dar un paseo o ir de compras. Estoy feliz de tener a Hobi de vuelta, llevábamos tiempo sin vernos y haberlo visto hoy me dejó el corazón satisfecho.

— Amé el buzo, Hyung. — Jungkook me toma del brazo una vez nos despedimos de los demás en busca de mi auto. — se nota que ya me conoces.

— Me gusta conocer todo de ti, mi niño. — le doy un beso a la mejilla y nos subimos al auto.

En el trayecto pongo música alegre y Jungkook y yo cantamos y hablamos sobre los artistas que nos gustan.

Sigo sin poder creer que sea fanático de Justin Bieber ¿Acaso debería comprarle un póster o un disco?

Supongo que se alegraría bastante.

También hablamos de películas y de los dramas coreanos que nos gustan. A él le gusta el anime y yo me tengo que poner al día con todas las temporadas que llevo atrasadas. Creo que cuando lleguemos a casa nos haremos una maratón de Naruto.

En serio estoy súper atrasado.

Estaciono en un semáforo y mientras espero a que la luz cambie, Jungkook me dice:

— Taehyung, no tenías porque regalarme algo tan costoso como ésto.

Jungkook abre la cajita de los anillos y yo le sonrío con modestia.

—Son anillos de parejas, pero puedes usar ambos... Y no te preocupes, mientras pueda darme el lujo de pagar algo así, seguiré haciéndolo...

—Pero a la empresa no le está yendo muy bien.

—Lo se, pero Soobin y yo estamos haciendo campaña para que las cosas mejoren. Mi dinero está en buen estado porque mis padres dejaron bastante dinero como para que pueda vivir yo, consentirte a ti y mantener al perro con su alimento y sus chucherías. De momento tengo el suficiente dinero de mis padres como hasta para mantener dos niños en casa, a todo eso puedes sumarle lo que gano de mi sueldo mensual. Lo que me preocupa son mis empleados, pero las cosas mejorarán. La reunión del otro día fue de maravilla y estoy seguro que conseguiremos unirnos a otra empresa para expandir nuestros horizontes y así poder pagar mejores sueldos.

— Me parece bien que te preocupes por tus empleados. Aún así no deberías haberme dado algo caro... Mi sueldo en la pizzería no me permite tanto como para comprarte algo valioso.

Lo observo con ternura y algo de lastima mientras aparco el coche en casa.

— La bola de nieve que hiciste para mí, vale más que mil diamantes. Es un regalo precioso. Y ahora quiero darte otro regalo. — saco de la cajuela un par de chocolates en forma de corazón. Es tan cursi que decidí que lo mejor sería dárselo en privado. Dónde nadie pudiera reírse.

—Awwww, esto si es mejor.

Suelto una carcajada cargada de alegría.

Llegamos a casa y cierro la puerta con llave, luego me dedico a ordenar la estantería para hacerle lugar a la bola de nieve. Jungkook guarda el buzo nuevo en su maleta y de pronto creo que lo mejor sería ver mi ropa y ordenarla de manera en la que Jungkook pueda usar el armario sin problemas.

Sin que ninguno de los dos diga nada, nos acostamos en la cama y como siempre empezamos a besarnos.

Ahora que las cosas están así, quiero que Jungkook se instale aquí conmigo. Puedo comprar una cama grande para los dos y vivir con él.

—¿Hoy tienes que ir a trabajar? — pregunto besando su cuello. — es sábado, mi niño, ¿Puedes quedarte?

—Hoy no trabajo, Hyung. ¿Acaso te olvidaste?

—Lo siento es que con tanto en la cabeza se me olvidan algunas cosas.

Jungkook besa mis labios y me acomodo mejor entre sus piernitas. Lo abrazo con delicadeza.

Sus ojos son dos galaxias en las que podría perderme para siempre.

—Oye, Tae... ¿Tu sabes hacer masajes? Es que me duele un poco la espalda.

—Claro, te daré los mejores masajes del mundo. Vamos, quítate la remera y ponte boca abajo, iré por los aceites para masajes, mamá tiene un montón en el baño. Hay con olor a vainilla.

—Hyung... —llama Kookie cuando estoy por salir del cuarto. Sus ojitos me miran con pena.

— ¿No dirás nada al ver todas mis cicatrices, verdad?

—Claro que no, mi amor. 💖✨

Still on You. Taekook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora