Esta es la historia de un CEO joven en una empresa heredada por sus padres quienes fallecieron en un accidente de tren. Uno de los trabajadores de la empresa le trae un asistente de sorpresa para alegrarlo un poco y que Taehyung pudiera recuperar la...
Lo primero que veo al abrir los ojos es a un Jungkook sosteniendo una bandeja con un jugo de naranja y unas tostadas con mermelada.
—¡Buen día, Hyung! — exclama con alegría. — malas noticias, no podremos salir a hacer cardio, sigue lloviendo.
—Ugh... —me paso las manos por los ojos y me siento contra el respaldo de la cama. — Bien por mi.
—Eres un vago. — Jungkook deja la bandeja sobre mi mesa de luz y se sienta a mi lado.
—¿Cómo dormiste? —pregunto tomando un poco del jugo de naranja... ¡Ay, le puso azúcar!
— Bien... —miro a Jungkook de reojo y puedo ver un leve sonrojo — me estuviste abrazando toda la noche, Taehyung.
—¿Que? Mierda... Lo siento, siempre suelo abrazar cosas mientras duermo. No puedo dormir si no lo hago. ¡Creía que tenía mi almohada!
—En realidad la almohada terminó en el suelo.— comenta riendo. — No voy a mentir, es la primera vez que alguien me abraza mientras duermo. Se sintió bonito.
Cuando Jungkook dice eso, siento un golpeteo en el pecho y no sé qué significa.
—¿Acaso no dormías abrazado con tu ex? Se supone que...
—YeonJun y yo jamás dormimos juntos. Literalmente hablando.
—¿Estás bromeando?
Jungkook niega con la cabeza.
—¿Supongo que eso cuenta en ambos sentidos, verdad?
—Exacto...— su cara cambia de color drásticamente y me dan ganas de pellizcarle las mejillas como a un bebé. —¿Raro no?
—Muy raro... Se supone que para eso están las parejas, para dormir apretados y... Y todo lo demás.
—YeonJun y yo no éramos esa clase de parejas. Siempre estábamos en su casa o también nos juntabamos para limpiar mi cuarto en el orfanato. Luego íbamos a citas, o a comer por ahí.
—No me esperaba eso.
—Yo no le veía el lado malo... A pesar de haber estado dos años con él jamás nos acostamos juntos. En ninguno de los dos sentidos.
—¡¿Dos años?! Creía que estabas con él hace unos meses. — comento realmente sorprendido. Termino de tomar el jugo de naranja y como las tostadas.— gracias por... Por el desayuno.
—¿Te gustó? — pregunta esperanzado tomándome del brazo con algo de fuerza.
—Sip.
—¡Genial! Casi te quemo la tostadora.
—¿Cómo dices? —digo riendo. — espero que la próxima no hagas que la casa explote.
—Tranquilo, TaeTae. — Jungkook se acerca más a mi y apoya la cabeza en mi hombro como al parecer ya le es costumbre. — ¿Qué podemos hacer hoy? Sigue lloviendo y el día está muy aburrido.
—Yo no tengo ganas de hacer nada.
—Eso es propio de la depresión, Tae. Por eso te digo que hagamos algo. Tengo que animarte y hacer lo posible.
—Si... Hablando de depresión, debo tomar mis pastillas.
Me levanto de la cama y busco mi pote de pastillas en el cajón de mi mesa de luz.
—Lindos calzones, eh. — dice Jungkook de pronto y yo caigo en la cuenta que estoy vistiendo ropa interior y una remera nada más.
—¡Oh, Dios! No me di cuenta. — exclamo como un loco.
—Ay, ya... Somos hombres me da igual.
—¡Pero estás viendo mis boxer de Bob esponja! Esto es humillante.
Agarro la pastilla que debo tomarme y con lo poco que quedaba de jugo de naranja me la trago rápidamente. Luego me dirijo al armario y saco mis pantalones negros de pijama. Busco una remera limpia y me quito la que tengo de espaldas a Jungkook.
—¡Oh wow! ¿Y ese tatuaje, Tae?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lo miro por el espejo y puedo ver qué sus ojos brillan con curiosidad. Jungkook se levanta y llega hasta ponerse detrás de mi. Yo sigo con la camiseta en la mano.
—Oh, me lo hice hace como dos años. Mamá casi me mata cuando lo vió. ¿Lindo, verdad? Es de una película japonesa.
—Es hermoso, Tae...
Y de pronto siento un escalofrío cuando sus dedos recorren toda mi columna vertebral, siguiendo el cuerpo del dragón que desaparece en mis boxer. Trago saliva con fuerza cuando Jungkook quita los dedos.
—Vuelve a hacerlo. — susurro con los ojos cerrados.
—¿Quieres que te acaricie otra vez?
—S-si...
—¿Por qué? ¿Te gustó?
—Mhm.
Entonces él vuelve a hacer lo mismo y los latidos de mi corazón se lo agradecen.
—¿Esto te hace sentir tranquilo?
—Si... Tienes las manos cálidas.
Abro los ojos un segundo y puedo ver qué Jungkook sonríe mientras me acaricia.
