Capitulo 24

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Jungkook.

— ¿Podrías enviarme las fotos a mi mail? Me gustaría imprimirlas.

— Claro, mi niño. — Taehyung besa mi frente. — ¡mira la hora que es! Mañana hay que trabajar y tengo una reunión importante. Supongo que durará todo el día.

— Oh. Si es así... — empiezo máquinando mi plan. — ¿Te molesta que no vaya contigo?

— Si quieres no ir está bien, después de todo estaré ocupado todo el día. Quizás cuando llegue me gustaría que te quedarás a mi lado y, no sé... ¿Que tal una película mientras estamos en la cama? ¿Crees que debería comprar una cama más grande?

— No, nada de camas grandes.

— ¿Porqué? — pregunta divertido, tomándome de la cintura. Verlo tan confiado me revuelve el estómago. Es como si el Taehyung triste ya no existiera.

Y me alegro de mi pequeño logro.

— Una cama más grande implica dormir en extremos separados. Y a mí me gusta que tus brazos me rodeen por la cintura. — me acerco a sus labios y susurro lo que a todos los hombres nos encanta que nos digan... Esto es infalible. — haces que me sienta protegido.

Y con eso su cordura apenas sustentable se dispara de un solo bocado. De un solo beso, arrasador.

A tope de poder.

Mis labios se mueven al compás de los suyos y mi lengua roza la suya en varias ocasiones. Me tiene de la mejor manera, algo que YeonJun no hacía.

Antes con Junnie los besos eran tiernos, cálidos y compasivos.

Con Taehyung es como estar en medio de una selva prendida en llamas y tornados. Siento un remolino que me quema el estómago y me sofoca la garganta.

Quiero comerlo a besos tal como él quiere conmigo.

¿Que es todo esto? Se siente tan extraño. Es como una sensación que me aplasta por todas partes.

Las manos de Taehyung bajan a mis caderas y me apresan contra su cuerpo y cuando menos me lo espero, me abraza con fuerza mientras me guía de espaldas a su habitación.

La casa permanece a oscuras y yeontan está durmiendo en su sitio. Ya lo hemos sacado a pasear y tomamos más fotos juntos. Quiero guardar esas fotos no solo en papel sino en mi memoria.

Jamás me había sentido tan agusto con alguien.

Me dejo caer en la cama de lleno, acomodando mi cabeza sobre las almohadas. Taehyung se acuesta entre mis piernas y empieza a besarme toda la cara con suavidad. Yo respondo a su tacto colocando mis manos debajo de su remera. En su espalda presiento la tinta del tatuaje y eso le arranca un gemido muy audible.

— No quiero llegar más que a simples besos —  susurra sobre mi oído. — no tengo ganas y mi respeto hacia ti tampoco me lo permite. Aparte de que sería bochornoso tener... Hacerlo si recién nos conocemos. Aún así, permíteme que te besé el cuerpo. Eres una obra de arte y delicioso. Permiteme saborearte.

Estoy a punto de decirle que sí, que ansío hacerlo con él. Pero en detengo y razono lo mejor posible.

— Taehyung, no calientes la comida si no te la vas a comer. Eso es aún más irrespetuoso.

Él se queda plasmado por lo que acabo de decir.

— Pero tienes razón en cierta manera. — continúo repasando su bello rostro entre mis dedos. Se ve tan sereno y armonioso que deseo llorarle noches enteras — no podemos llegar a más. Apenas estamos siendo principiantes en esto.

— Hay que tomarlo con calma.

— Si, Tae. Lo nuestro es demasiado lindo para arruinarlo con sexo. Si llegase a suceder, estaríamos fijando nuestras desgracias y emociones en el cuerpo del otro. Y no tengo intenciones de permitir eso.

— Yo tampoco, mi niño.

— Entonces bésame todo lo que quieras, pero con una condición.

— Dime...

— No pongas más trabas para no ser feliz. Deja que yo te llene de todo mi ser. Déjame hacerte feliz y no lo dudes, ya no más. No ahora.

Taehyung cierra nuestra promesa con centenares de besos perdidos entre la media noche y el amanecer.

Still on You. Taekook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora