VIXEN; SPIDERMAN VOL.2

VII

6 meses habían pasado desde lo ocurrido en Wakanda y en Queens. La pareja de jóvenes no había dejado de quererse y todos los días se habían mensajeado o llamado.
Pero ahora algo grande, algo peligroso se acercaba y Harper lo sentía.

Las estrellas adornaban el cielo nocturno de Wakanda, aquella noche Harper miraba por el gran ventanal que tenía en su habitación la luna y esperaba a que el sol saliera para recibir al Soldado Barnes.

Poco a poco el sueño la fue venciendo hasta que quedó completamente dormida.

Estaba llevando a cabo un sueño, sueño en el que ella y Spiderman volaban por lor aires columpiandose en los edificios de Queens. Ella tenía el sueño que toda chica quería tener ¡Volar en los brazos de Spiderman! Alucinante.

Sin embargo, justo cuando Harper iba a besar los labios del arácnido la imagen se congeló y todo se volvió oscuro.

Ahora una voz gruesa y extraña comenzó a relatar una vieja leyenda y en el espacio aparecieron 6 piedras, las gemas del infinito. Harper las conocía por lo que no le extrañó aquello, había visto una gema de color amarillo en la frente de Vision, sin embargo jamás había visto las otras.

En el siguiente sueño, o imagen, las gemas aparecieron en distintos sitios, diferentes localizaciones y luego todas se colocaron por si solas sobre un guantelete de metal.
El sueño continuó y ahora en el panorama, el cual estaba lleno de vapor color rojo, con un espacio de tonos amarillos y anaranjados, apareció un tipo enorme con el guantelete, este trono los dedos y todo se volvió negro.

Entonces Harper despertó.

El Sol golpeó su rostro cuando entró por la ventana por lo que Harper tuvo que colocar su mano frente a su rostro para cubrirse. Tras acostumbrarse a la luminosidad apartó su mano, se puso de pie y fue al baño a asearse.
Se colocó su antiguo traje hecho por Stark para recibir al Soldado. Caminó con Shuri a la orilla de un río, lo suficiente apartado del reino y se quedó de pie fuera de una pequeña tienda.

—¿Crees que este bien?
—Su mente es fuerte. Tuvo tiempo de recuperar sus recuerdos, los verdaderos, y curar su mente que Hydra rompió. Los recuerdos mientras fue Soldado siguen ahí pero ya no le causan daño.
—Eso espero.

La atención de Harper se desvío cuando varios niños salieron de la tienda y sintió sus bellos erizarse por lo que pasaría a continuación.

—Bienvenido soldado Barnes.
—Mi nombre es Bucky.

—Claro —Shuri le dio un apretón en el hombro y se fue dejando a Harper y a James solos.
—Que bueno que despertaste —dijo la chica.
—Ya era hora.
-Así es, algo grande se acerca.
—¿Que tan grande?
—No me hagas mucho caso pero tuve una pesadilla. Tenía que ver con unas piedras, las gemas del infinito les llaman, y el fin de la humanidad.

Bucky miró de reojo a Harper luego de que ella dijera eso y comenzaron a caminar por el campo admirando el paisaje. La castaña lo siguió por detrás tratando de entender o darle sentido a su sueño.

—¿Por que me cuentas esto? Por mi culpa te separaste de tu familia y no estas en casa. Deberías odiarme.
—¿Sabes? Mi instinto me dice que debo confiar en ti, porque sin importar lo que hiciste, tu no tuviste nada que ver conmigo. HYDRA te utilizó y también lo hizo conmigo. Y en cierta forma me recuerdas a mi padre.

Bucky sonrió de lado sintiendo un nudo en el estómago, y abrazó a la chica por los hombros.

—Hoy te prometo, Harper Griffin, que sin importar a lo que nos enfrentemos, voy a cuidarte con mi vida, y si tengo que morir por ti lo haré.

Harper sintió su corazón explotar cuando escuchó aquellas palabras y sintió un cariño paternal proveniente de Bucky. Jamás había sentido algo así de nuevo, no desde la muerte de Alekksander, y sentirse así en los brazos de Barnes, era único, incomparable.

—Y yo te prometo Soldado del Invierno que nunca más estarás sólo porque Vixen estará contigo hasta la eternidad.

Aquella promesa entre ambos había creado un lazo irrompible, uno jamás se podría romper, ni la muerte misma lo haría, pero ¿y el destino?