7-12 {BokuAka}

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-Iwa-chaaan.- el tono meloso de Oikawa era inconfundible.- ¿por qué nosotros no tuvimos baile de graduación y ellos sí?- se cruzó de brazos, enfadado con su suerte. El azabache rodó los ojos.

-Y yo qué sé. Pregúntale al director.

-Yo pensaba que todos las preparatorias tenían uno.- opinó Kuroo, y Kenma asintió con la cabeza.

-El nuestro fue toda una pasada.- a Bokuto le brillaron los ojos de la emoción.

-Tampoco fue para tanto.- dijo Akaashi, que estaba concentrado intentando abrir una lata de refresco.- me acuerdo que tú tardaste una hora en venir a recogerme.- Kuroo se rio.

-Viniendo de él, me lo creo.

-Pobre Akaashi, mira que hacerle esperar.- apoyó Iwa, negando con la cabeza.

-Es una larga historia.- el peliblanco se intentó excusar, rascándose la nuca.

-Va, pues cuéntala.- incitó Oikawa.

-Al fin y al cabo tenemos toda la noche.- secundó Kenma.

Baile de final de curso de este año.

Me sentía horrible. Llevaba media hora de retraso, pero yo no podía salir de mi casa sin asegurarme de que todo esté en orden, y no encontraba mi pañuelito azul de la suerte.

Siendo un gafe como soy, seguro que encontraría alguna manera de fastidiarle la noche a mi novio, y no quería eso. Quería que fuera una de las noches que más disfrutara, porque al darnos vacaciones, se iría con su familia a visitar Canadá. Los familiares de mi chico tenían un morro que se lo pisaba, yo soñaba con ir de viaje con Akaashi desde que era un niño pequeño, y hasta el momento nunca lo he conseguido.

En fin, que busqué y busqué el dichoso pañuelito. Lo llevaba encima cuando nos dimos nuestro primer beso, y desde entonces me ha dado una suerte inimaginable. Lo necesito para poder hacer cosas importantes y estar seguro de que no la pifiaré.

Me sonó otra vez el móvil. Era otro mensaje de Akaashi, preguntándome si estaba bien y por qué no llegaba ya. El pobre, debe de estar muy enfadado conmigo. Ya me vale, llegar 45 minutos tarde y sin salir de casa.

Preferí no contestar. Seguro que se enfadaba más si le daba alguna excusa barata. El visto es la mejor opción en estos casos.

Palpé debajo de mi cama, en un desesperado intento, imaginando que se me habría colado por ahí cuando estaba pasando la mopa.

Me alegré de sentir el tacto de una tela vieja y llena de polvo, y cuando lo vi, me alegré más que cuando me dieron la noticia de que Akaashi y yo íbamos a ir juntos en matemáticas.

Bueno… tampoco exagerar.

Como sea. Tan rápido como mis piernas me lo permitieron, subí al metro. Acomodé mi increíble y maravilloso trozo de tela en el bolsillo de mi chaqueta americana, apoyé mi cabeza en el asiento y cerré los ojos durante unos instantes.

El altavoz me indicó que ya estaba en la parada correcta, y volví a correr lo más veloz que pude hasta la casa de mi Akaashi.

-¡Akaaasheeee!- grité tan alto como pude, y a los dos minutos (de reloj) pude ver su cabecita saliendo por el portal.

Vale. Mala señal, tenía cara de enfadado.

-Podrías haberme contestado.

-Lo siento.- fui a abrazarle y, contrario a lo que me esperaba, me envolvió con sus brazos mientras suspiraba.

-Está bien, pero deja de preocuparme así.- asentí en repetidas ocasiones con la cabeza y le sonreí.

-Te lo prometo.- le cogí de la mano y nos fuimos camino a la preparatoria, a ese baile que vosotros no tenéis y que nosotros disfrutamos cada año.

Actualidad.

Oikawa le sacó la lengua a Bokuto.

-Deja de ser tan infantil.- gruñó Iwaizumi.

-Así me quieres.- sonrió inocentemente el castaño.

Kuroo estaba intentando mantener la risa.

-Lo has contado muy resumido.- se quejó Kenma, que disfrutaba como un niño escuchar historias y anécdotas de los demás.

-Yo lo hubiera contado mejor.- criticó Kuroo.

-Vale, si eres tan bueno, ¿por qué no lo cuentas tú?

-Porque no es mi turno, pero te prometo que cuando me toque la contaré, y todos llorarán de la alegría.

-¡Wow! ¿Tan bonita es?

-Por supuesto.- contestó el azabache, con una sonrisa cargada de soberbia en su rostro.

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Vale, siento muchísimo que me haya quedado tan breve, pero en mi defensa, hoy apenas he tenido tiempo para mí, y quería subir el capítulo a la hora de siempre, pero os juro que mañana (toca Iwaoi) lo haré igual de largo que hasta hoy.

Mil disculpas, jo ;(

Dulce NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora