14-12 {IwaOi}

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-Bueno, Oikawa, ya ha pasado una ronda, ¿tienes algo que contarnos?- dijo Kuroo, consciente de que Oikawa se acordaría, con el fin de molestarle.

-Es verdad, que nos había dejado a medias.- Bokuto ya se había olvidado.

-Ya te vale, y tú sin decirme nada.- murmuró Kenma. Solo le escuchó Kuroo, y le dio un besito en la cabeza, para compensar.

Hace un año.

Mi intención era ir a pedirle que se disculpara. No iba a hacerlo yo primero, por supuesto que no. Él había comenzado todo. Pero a cada paso que daba, me iba acobardando. Hacía apenas media hora le había dicho que básicamente no quería saber nada más de él, y luego me encontraba buscándolo de nuevo. Fue un golpe bajo para mi orgullo, pero tenía que hacerlo si no quería perder al mejor novio que he tenido en mi vida y a mi mejor amigo. Podía hacer una excepción con él.

Posterior al miedo llegaron las inseguridades. ¿Qué iba a hacer si resultaba que el que no querría verme era él? ¿Qué pasaría si ese "podemos hablar civilizadamente" era porque quería romper de verdad? Osea, yo había dicho que quería que nos dieramos un tiempo, pero de ahí a romper definitivamente... era un gran paso.

Me detuve en una parada del bus, más que nada para no sentirme estúpido parado en medio de la calle. Intenté recomponerme. Iwa nunca me dejaría, ¿verdad? Él es un amor de persona y siempre me perdona todo... o casi siempre, pero ¿qué pasaba si esa vez fuera diferente? No me gustaría para nada.

Tomé aire profundamente y lo solté. Reemprendí el camino. Solo había una manera de conocer las respuestas a mis preguntas, y era ir a pedirle perdón. Sí, era esa la única manera.

Mientras estaba en un duelo conmigo mismo a la vez que me orientaba por la ciudad, me llegó un mensaje de Kuroo, otra vez. Decía: "Habéis hablado ya?". Rodé los ojos. Era obvio que no, quién hablaba de una cosa tan seria en apenas siete minutos.

"Kuroo, tienes que revisar más seguido tu reloj. Solo han pasado 7 mins"

"Srry :,)" me guardé el móvil en el bolsillo. Había escogido el camino más largo para llegar a él, aún tenía que pensar en qué decirle y cómo hacerlo para que no sonara muy desesperado ni tampoco demasiado pasota. Osea, de verdad quería solucionar las cosas con él, pero no quería que pensara que yo le podía perdonar algo así, aunque en el día de hoy no lo recuerdo, sinceramente.

En fin, tardé cuatro minutos más de lo que hubiera tardado si hubiera ido por el camino bueno, pero al menos esos minutos de más me sirvieron para ordenar las ideas de mi cabeza. Ya tenía mi monólogo preparado y ensayado.

Cuando llamé a la puerta mis manos me temblaban, y cuando me abrió un pelinegro con ojos verdes, sin camiseta y con el pelo húmedo, se me olvidó cómo respirar.

-Oikawa.- murmuró. No parecía esperarme ahí, y a la vista estaba. Vale, en eso había hecho bien mi papel, pero me había complicado mi drama con ese aspecto.

-¿Puedo pasar?- me costó lo que no estaba escrito pronunciar esas dos palabras. Me sorprendió que negara con la cabeza. Pensaba que me iba a cerrar la puerta en las narices, pero se terminó de vestir, cogió su abrigo y salió conmigo.

-Prefiero ir a dar una vuelta.- asentí, pues no tenía más opción. Mis planes se estaban desmoronando. En uno de los pasos era importante estar en casa.

Se metió las manos en los bolsillos y caminamos a la par por al menos durante una manzana. Al parecer ninguno de los dos sabía cómo empezar.

Y como era de esperar, empezó él.

-Oye, respecto a lo de antes...- le miré. Aunque yo también tenía unas cuantas cosas por decir y en mi monólogo él no estaba incluido, mentiría si dijera que no sentía curiosidad.- creo que me pasé un poco.- se pasó tres pueblos. Se lo hubiera dicho si no hubiera estado mirando para otro lado.- lo siento...

-No te disculpes.- no quería decir eso.- quiero decir... Sí, agradezco que me lo hayas dicho, pero tenías razón, había exagerado un poquito.- admití. Eso tampoco estaba en mis planes.

-Quizá debí haber sido más cuidadoso con tus cosas, quiero decir, no estropear el CD que te dieron y todo eso.- ah, ¿era eso por lo que nos habíamos peleado?

-¿Un CD de un partido que puedo recuperar? No te preocupes, ha sido un accidente.- me sorprendí a mí mismo diciendo esas palabras, pero de verdad las sentía.

Hajime sonrió, y me sentí la persona más afortunada de poder ver esa sonrisa, además de que la provoqué yo.

En realidad me siento la persona más afortunada del mundo por tener la pareja que tengo Siempre me lo perdona todo, siempre está mirando por mí, y aunque es un poco agresivo en muchos aspectos, es mi chico, el chico que quiero en mis días malos, en los buenos y en los peores. Ese día me prometí no volver a ser tan caprichoso con él, y creo que lo estoy haciendo bien.

Como sea. Sin darme cuenta, me estaba llevando al parque donde yo había estado escasos minutos antes, replanteándome nuestra relación. No quería volver a pensar en eso.

Iwa se sentó en uno de los columpios. El otro estaba lleno de cacas de palomas, y obviamente no me iba a sentar ahí, teniendo un maravilloso lugar en las piernas de mi novio, además él no puso ninguna pega, es más, me besó en el cuello. En repetidas ocasiones.

Puse las manos en sus mejillas y con un empujoncito hice que me mirara, para poder unir nuestros labios. La única cosa que me gustaba cuando peleábamos era la reconciliación, porque él era más tierno, más cuidadoso y más detallista.

Colocó sus manos en mi cintura, llevándome a las nubes. Podría morir en aquel mismo momento, lleno de felicidad, porque aunque podía ser feliz sin él, con él ya era otro nivel. Lo quiero y lo adoro más de lo que está escrito, y no sé cómo fui tan estúpido de plantrarme siquiera terminar con nuestra relación.

El móvil me vibró en el peor momento, haciendo que nos separáramos. A veces odio a Kuroo.

"Lo habéis hablado ya?", decía.

-¿Quién es?- ese lado celoso de Iwa me encantaba. Le besé en la comisura de sus labios.

-Es Kuroo. Nada importante.- rápidamente le escribí un "sí, y ahora déjame disfrutarlo" para volver a prestar atención a mi novio.

Actualidad.

-¡Eeeeeh! ¿Cómo que nada importante?- preguntó, muy ofendido, Kuroo.- ¡Gracias a mí os reconciliasteis!- Oikawa se rió.

-Pero en ese momento tenía cosas más importantes en las que pensar.- el capitán del nekoma rodó los ojos, fingiendo enfado.

-Claro, y tu celestina y amigo no es importante.

-Ay, no te enfades.- le guiñó un ojo, de broma, haciendo que Kenma bufara por lo bajo e Iwa pusiera los ojos en blanco. Kuroo obviamente lo notó, y entrelazó sus dedos con los de su chico.

-Bueno, te perdono por esta vez.- el castaño sonrió inocentemente y miró a Bokuto y a Akaashi, que estaban en el pasillo camino a la cocina, con las bocas ocupadas.- ¡Eh, vosotros! No me desmontéis la cocina, gracias.- Los que estaban en el sofá se rieron, pero los otros dos le ignoraron completamente.

Dulce NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora