19-12 {BokuAka}

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-Tómatelo despacio, que solo tendrás un vaso por historia.- le recordó Akaashi a Bokuto, quién ya estaba empezando a apurar su vaso.- o no me hagas caso y bébetelo de un sorbo.- el peliblanco sonrió, medio arrepentido medio satisfecho.

-El cuerpo me pedía alcohol.- se excusó.

-A mi también, pero sé controlarme.- le picó Kuroo, y él le sacó la lengua.

-Para lo que quieres.

-Me sorprende que nunca hayas caído en un coma etílico.

-¡Oye!- lloriqueó, en los brazos de Akaashi. Todos los demás se rieron sin malicia.

-Bueno, ¿queréis cambiar un poco la dinámica de este "juego"?- propuso Iwa.

-¿A qué te refieres?- se interesó Kenma, al cual se le había vuelto a acabar la batería de la consola, y tuvo que volver a separarse de ella.

-¿Jugamos a verdad o reto?- Oikawa parecía haberle leído la mente.

-Una vez jugué a verdad o reto.- dijo Bokuto, demasiado serio para ser él.- No me gusta ese juego.

-¿Por? ¿Qué pasó?- preguntó Oikawa.

Hace siete meses.

-¡Akaasheeee!- solo se escuchó a él en todo el vecindario. Estaba contento porque ese día era el cumpleaños de un compañero de clase, y había invitado a todos a su fiesta-no-tan-fiesta en el parque. Podía sonar infantil y todo lo que vosotros queráis, pero lo tenía todo tan bien organizado que no faltó ni un invitado.

-¿Qué pasa?- le sonrió.

-¿Qué es eso de verdad o reto?- el peliblanco miraba el papel de invitación como si estuviera mirando un enigma imposible de resolver.

-Te preguntan si quieres decir una verdad con total sinceridad o hacer un reto, cualquier reto que te pongan.- la mirada ámbar de su novio se iluminó.

-¡Suena interesante!- exclamó, con los brazos en el aire.- ¿crees que me preguntarán cosas interesantes?- mientras caminaba, estaba dando vueltas alrededor de Akaashi, exclamando un "¿eh, eh?".

-No lo sé, puede.- se encogió de hombros.- pero también tienes que escoger reto, a saber que cosas se les ocurren a ellos.- Bokuto dejó de darle vueltas, porque se mareó, aunque no quisiera admitirlo.

-Sí, pero eso no es tan guay como que te pregunten cosas y que tengas que responder con la mayor sinceridad.

-Bueno, depende del reto que te pongan, que por cierto, si no cumples tendrás que hacer un castigo o consecuencia.- explicó.

-No me gustan los castigos.- lloriqueó.

-Tú tranquilo, solo te los ponen si te niegas a hacer el reto.

Entre tanta charla no se dieron cuenta cuando llegaron al lugar citado para la fiesta. Habían mantas esparcidas por todo el césped, con cada una una cesta de picnic, algunas más grandes que otras, y en el centro de todas ellas estaba una manta muy grande de color morado -la única de ese color- totalmente vacía.

-Bienvenidos.- un adolescente con el cabello rubio y ojos marrones les saludó con un vaso de ponche en la mano.

-Hola, Goro. Me encanta lo que has montado aquí.- Bokuto se acercó corriendo a él.

-Gracias. Tenía miedo de que nadie viniera, ya sabéis, por ser en un parque y tal...- confesó.- en un principio iba a ser en mi casa, pero al contrario de lo que me esperaba, no tengo casa sola.

-Yo creo que está bien.- Goro se sonrojó. Un cumplido de Akaashi no se recibía todos los días, todos se los llevaba Bokuto.

-Gracias.

A medida que pasaba el tiempo, fueron llegando más personas. Todas las chicas de la clase llegaron en un grupito, hablando de chismes y cosas de esas, mientras que los chicos fueron llegando según les venían bien.

-Bueno, ya que estamos todos, ¿qué tal si empezamos con algo divertido?- propuso otro chico pelirrojo. Bokuto no se sabía ni su nombre.

-¿Que propones, Hiromi?- una chica castaña, sentada al lado suya, se agarró a su brazo y se inclinó levemente hacia él.

-Verdad o reto.- sonrió con picardía, mirando a Akaashi. A este no le gustó en absoluto su mirada, pero parecía que el peliblanco no había notado su malicia.

-Por mí perfecto.

-Bien, Akaashi, ¿verdad o reto?- él tragó grueso. Odiaba ese juego.

-Reto.- intentó sonar seguro, y lo hubiera logrado de no ser que le tembló levemente la voz.

-¿Ves a esa mujer de ahí?- le señaló a una señora mayor, de aparentes setenta u ochenta, dándole de comer a los pájaros.- ve y robale la cartera.

-¿Qué? No puedo hacer eso.- aunque sonara sereno, estaba que se moría de los nervios. Eso iba en contra de todos sus principios.

-Es eso o consecuencia, tú decides.- resopló.

-¿Cuál sería la consecuencia?

-Besa a Aiko.- sentenció, señalando con la cabeza a la chica castaña.

Bokuto abrió los ojos como platos. Era una decisión difícil para su novio; o iba en contra de sus principios o le era "infiel" a su novio.

Se miraron cómplices, y con la mirada, Bokuto le dio a entender que no le podía robar a una señora mayor, y menos cuando estaba haciendo una buena acción.

El pelinegro resopló. No le gustaba en absoluto la situación en la que le habían puesto.

-No quiero jugar a esto.- dijo, como último recurso.

-Entonces Bokuto tendrá que besarme a mí.- dicho esto último, guiñó un ojo. El peliblanco le miró con asco. No conocía a ese tipo y ya le caía mal.

Era una propuesta difícil. O besaba a alguien que no era su novio o su novio besaba a alguien que no era él. Iban a pasar un mal trago los dos.

-Eso no es justo.- Bokuto se puso serio por primera vez en su vida, y se cruzó de brazos.

-Es un juego.- Goro se encogió de hombros.- ¡Beso, beso,beso!- en menos de un segundo, todo el parque le estaba haciendo coro, y no tuvieron más opción que elegir.

-Akaashi, hazlo tú.- dijo, pues se negaba a besar a alguien que le cayera pésimo. El chico le miró dubitativo, pero aún así se levantó y besó.

Actualidad.

-No puedo continuar con esta historia.- dijo Bokuto, a la vez que le daba un escalofrío.

-¿Tan terrible fue?- preguntó Oikawa, con la boca llena de polvorones.

-Imagina que Iwa se besa con otra chica.- apoyó Kuroo, que estaba mirando mal a la bombilla, como si ella tuviera la culpa de algo.

-Vale, retiro lo dicho. Debe de haber sido una pesadilla.

-Descartado el jugar al verdad o reto.- dijo Kenma, y los demás le dieron la razón.

Dulce NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora