10-12 {BokuAka}

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Bokuto hizo ademán de levantarse, pero Kuroo le frenó.

-¿A dónde vas?- el peliblanco le miró confundido.

-¿Al baño?- Akaashi y Kenma soltaron una risita.

-No puedes, tío. Te toca contar un recuerdo.- dijo indignado el azabache.

-Oh, ¿ya nos toca?- sonrió ampliamente.

-Podrías ir al baño y después contarlo.- sugirió Iwaizumi.

-Oh puedo contarlo y después ir al baño. Venga callaos, que cuanto antes empiece antes acabaré.- pasó el brazo por encima de los hombros del ojiazul y lo atrajo suavemente a él.

Hace cinco meses.

-¡Akaashi!- gritó eufórico.- ¿sabes qué?- no llamó a la puerta antes de entrar a la habitación del chico. Él se giró asustado, estaba jugando online con Kenma a "escape de la bestia" en un servidor de minecraft.- oh, lo siento por asustarte.- sonrió arrepentido.- ¡Hola Kenma!

-Hola, Bokuto.- saludó el semirubio.

-Luego te escribo, Kenma.- se despidió el azabache a la vez que colgaba la llamada.- ¿Qué pasa, amor?- el corazón del de ojos dorados se saltó un latido.

-Mira lo que he visto por la tele.- sacó el móvil y se acercó corriendo a su cama, colocándose entre su portátil y él. Entró en la galería y, entre las fotos de su novio, encontró el vídeo que estaba buscando.

En él se veía un poco desenfocada la televisión, que mostraba a dos equipos de voley jugando un partido. Bokuto no sabía sus nombres, pero lo que sí sabía era que el número 7 le había colocado perfectamente la bola al número 8, quien había hecho un remate recto increíble.

Akaashi no necesitó que se lo dijera para entenderlo, entre los dos siempre había habido una conexión especial que muchos envidiaban.

-Quieres aprender a hacer eso, ¿verdad?- el otro asintió repetidas veces con la cabeza.- mañana lo probamos, ¿vale?- Akaashi agarró de los mofletes a su novio, lo acercó a él y le dio un prolongado beso.

Cuando se separaron, ambos tenían una sonrisa boba decorando sus labios.

-Vale.- dijo contento Bokuto.- cuando quieras.

-Por la mañana, y así tenemos la tarde para estudiar.- el peliblanco se desinfló. Había olvidado por completo el examen de matemáticas del lunes. Igualmente no perdió la ilusión y se abalanzó a los brazos del chico.

-Ya quiero que sea mañana.- Akaashi le acarició el cabello y sonrió.

-Yo también.- le dio un beso en la cabeza.- pero ahora vete a descansar, mañana trabajaremos mucho.- Bokuto le apretó un poco más a su cuerpo antes de separarse.

-Hasta mañana.- se despidieron con un corto beso en los labios, sensación que no se le olvidó a ninguno de los dos en unas horas.

Al día siguiente, bien entrada la mañana, Bokuto ya estaba preparado y listo para ir a buscar al azabache.

Por otro lado, Akaashi dormía como un bebé, sin darse cuenta de que en menos de diez minutos sonaría su despertador. Había estado gran parte de la noche hablando y jugando con Kenma, y al final se había acostado más tarde de lo que era habitual en él.

Pero para su desgracia, esos diez últimos minutos de total tranquilidad y paz fueron interrumpidos por su tono de llamada. Una canción muy bonita, todo hay que decirlo.

-¿Sí?- su voz estaba ronca, lo cual era totalmente normal teniendo en cuenta de que se acababa de despertar, y como tal, ni siquiera se había fijado en quién era el que le llamaba.

-Oh, lo siento, ¿estabas dormido?- Bokuto sonaba demasiado hiperactivo para ser las siete de la mañana.

-Sí, pero no pasa nada.

-Ah, era porque, no sé si te acuerdas pero habíamos quedado a esta hora y...- se intentó excusar el peliblanco.

-Me acuerdo, tranquilo. Dame veinte minutos y salgo.- esperó el asentimiento de su novio antes de colgar. Tenía que hacer demasiadas cosas para solo veinte minutos, pero sabía que era lo máximo que Bokuto podía esperar, así que se dio prisa.

Para su sorpresa, terminó antes de lo previsto, así que llamó a Bokuto para que fuera a por él. La verdad era que tenía ganas de probar cosas nuevas, y esa era su oportunidad,

Actualidad.

-Ay, que manía tenéis de dejarnos a medias.- se quejó Kuroo.

-¡Lo siento!- exclamó Bokuto.- es que me estoy meando.

-Al final lo conseguisteis, por lo que pude apreciar en nuestro último partido amistoso.- felicitó Iwaizumi, pero el peliblanco ya no le escuchó, pues había desaparecido por el pasillo camino al baño.

-En serio, ¿cómo lo aguantas?- le preguntó Kuroo a Akaashi, lo cual era irónico, porque Bokuto era su mejor amigo, y la mayoría de veces se comportaba igual o peor que él.

El ojiazul no le contestó.

Dulce NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora