-Vaya, les ha vuelto a tocar a ellos.- señaló un poco desanimado Kuroo, quien ya tenía en mente la próxima anécdota que quería contar.
-¡Já! Tenemos la mejor suerte.- se cachondeó Oikawa y se recolocó en los brazos de Iwa.
-¿Cómo era antes de que comenzarais a salir?- recordó Akaashi.
-Es verdad, podríamos contarlo.- el castaño se giró para encarar a su novio.
-Si quieres.- dijo mientras se encogía de hombros. El chico sonrió y volvió a mirar a sus amigos.Verano de hace 2 años.
Picaron al timbre de la casa de Iwaizumi al mediodía. Gruñendo, se levantó del sofá y fue a abrir. Sus padres habían salido a comer a casa de su abuela, así que estaría toda la tarde en soledad.
No necesitó preguntar para saber quién era. Conocía las horas de visita de Oikawa, y siempre eran las menos oportunas, como la hora de comer.
-¿Qué quieres Oikawa?- comenzó a decir mientras abría la puerta. Como era de esperar, su mejor amigo estaba al otro lado, con una sonrisa radiante en el rostro y una cesta, que parecía de picnic, en su mano.
-¿Por qué no vamos a la piscina?- el pelinegro alzó una ceja.
-Todas las piscinas están cerradas, es la hora de comer.
-Pero hay una que sigue abierta, la he visto.
-Igualmente mira el cielo, no hace tiempo para ir a bañarnos.- el chico le obedeció y se encontró con unas nubes grisáceas tapando el sol. Ni aún así desistió.
-Mejor, así no hay nadie y me podrás subir a caballito sin ningún amargado de turno que nos diga que está prohibido porque molestamos a los demás.- Iwaizumi vio que esa conversación iba para largo, así que se metió en su casa, con Oikawa siguiéndole de cerca.
-Primero,no te subo a caballito porque no quiero, no porque esté prohibido. Segundo, acabo de comer y no me apetece ir a nadar, y tercero, está nublado y no quiero que me entre una hipotermia, gracias.
-Si tienes frío yo te caliento.
-No.- ni siquiera se lo pensó. No quería entrar en los juegos tontos de Oikawa.
-Eres muy seco y muy cruel.
-Tú has decidido ser mi mejor amigo.
-En realidad no quiero ser tu amigo.- murmuró, de manera que Iwa no lo oyera.
-¿Cómo?
-Que así nunca tendrás novio.- se cruzó de brazos.
-Ni lo quiero.- imitó su postura.
-Eso dices ahora.
-Eso diré siempre.
-Ya veremos.- hizo un pequeño puchero. Iwa se acercó a la nevera y cogió un helado.
-¿Quieres uno?- propuso.-¿Un novio? Para llevar, por favor.- se acercó más a él, recibiendo un golpe en la cabeza.
-Un helado, idiota.
-No, gracias.- contestó, sobándose la cabeza.- me maltratas.
-Te lo buscas.- gruñó.
-¿Entonces vamos a ir o no?
-¿Me dejas acabar mi helado?
-No, tómatelo por el camino.- el pelinegro volvió a gruñir mientras era arrastrado por su mejor amigo. Siempre conseguía lo que quería, el cabrón, y lo peor era que le gustaba satisfacer sus caprichos.
-Como no este abierto me pagas una comida.
-Va a estar abierto, tú confía en mí.- sonrió.
-Siempre que lo hago acabamos mal.
-Que no... Tú hazme caso.- suspiró cansado, pero no dijo nada más. Continuaron caminando, uno al lado del otro, durando dos o tres manzanas, hasta llegar a la supuesta piscina abierta.
-¿Lo ves? Está abierta.- se cachondeó infantilmente mientras abría la puerta y hablaba con el chico de detrás del mostrador para conseguir la llave de la taquilla.
El pelinegro notó cómo el chico desconocido intentaba ligar con su mejor amigo, y se cruzó de brazos, intentando controlar sus celos.
Intentándolo.
-¡Oikawa, apúrate!- ladró.
-Ay que ya voy, jo.- se quejó el castaño mientras cogía las llaves.- te he traído un bañador, porque sabía que te lo ibas a dejar.
-Gracias.
Entraron al vestuario de chicos Oikawa con aires de satisfacción e Iwa con su habitual cara de pocos amigos.
-Te van a salir arrugas.- Iwa frunció más el ceño.
-Lo añadiré a la lista de cosas que no me importan.
-Eres muy borde.
-Deja de llenar mi lista.- el castaño hizo una mueca mientras veía a su mejor amigo entrar en uno de los espacios para cambiarse.
-No sé ni para que me cambio, si no me voy a meter.- murmuró.
-¿Ya estás?
-¿Puedes dejar de ser tan impaciente? No llevo ni un minuto aquí dentro.
-Es que tardas mucho, y se va a llenar de gente.
-Claro, porque como a la gente le encanta bañarse con aire.- dijo con ironía, y era verdad, se estaba levantando el viento, otro motivo más por el cual no deberían de estar ahí.
-Cálla, ya me lo agradecerás cuando estemos relajados en el agua.
Iwaizumi puso los ojos en blanco y salió, encontrándose a un Oikawa enfurruñado mirando la pantalla de su móvil.
-Por fin. Vamos.- lo volvió a arrastrar hasta que encontraron un sitio con un mínimo rayo de sol.
-Esto es una mala idea.- repitió, por enésima vez el mayor.
-Iwa, basta. Vamos a pasar un buen rato los dos, en la piscina, y no nos vamos a morir de frío, por más veces que lo repitas.- al aludido no le quedó más remedio que aceptar que por más que se quejara, no conseguiría hacerle cambiar de opinión, así que se rindió.
Dos días después.
-¡Iwaaaaa!- gritó la voz melosa de Oikawa desde su cuarto,buscando la atención del otro.
-¿Pero te quieres esperar? ¡Me he ido a la cocina, ni que tardara tanto!- le respondió, desesperado.
-!Es que siempre te entretienes!
-¡Deja de chillar, molestas a los vecinos!
-¡Eres cruel!- el pelinegro se lo pudo imaginar haciendo un puchero y cruzado de brazos e involuntariamente rodó los ojos.
Un minuto después acudió a su encuentro, con un cazo de sopa en una mano y un cubo de agua fría en la otra.
-Te dije que era mala idea.
-¿Y para qué me haces caso?- Iwaizumi se preguntaba lo mismo, todos los días.
Actualidad.
Todos se estaban riendo, menos los protagonistas de la historia.
-No tiene gracia. Es insoportable cuando se pone enfermo.- Se quejó Iwaizumi.
-¿A quién se le ocurre semejante tontería?- picó Kuroo.
-Pues a Tontikawa.- secundó el novio.
-¡Oye! En mi cabeza estaba todo muy bien planificado.
-Pero de lo que tienes en la cabeza a lo que sale hay una gran tramo.- opinó Kenma, y Bokuto asintió a sus palabras como si hubiera entendido a qué se refería. Se había perdido la anécdota por ir a discutir con el pizzero porque no se podía pedir una pizza sin la masa. ¡Que decía que eso no era pizza! Que cabeza hueca.
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Dulce Navidad
RomanceBokuto, Akaashi, Kuroo, Kenma, Iwa y Oikawa se juntan en la casa de éste último para pasar la Navidad, charrando de sus cosas y recondando buenos -y no tan buenos- recuerdos. Cada día de diciembre hasta el 24 subiré una one-shot de alguno de sus rec...