Capítulo 22

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Advertencia: Este capitulo contiene sexo subidito de tono. Si no les gusta deslicen hasta el final en el momento que vean estos símbolos (• • •) y sino solo disfruten porque es obvio que lo quieren leer. 👀 


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—Jo, ¿estás bien? Pareces un idiota, bien, ya lo eres.

Escucho la voz de mi amiga Giselle mientras nos encontramos caminando por las calles del centro de la ciudad. Para dejar de pensar un poco en mis problemas con Avril he decidido acompañarla a comprar algunas cosas que necesita para la fiesta de cumpleaños para su madre que será dentro de pocos días. Y como ella me conoce me invitó a una cena ese día.

Desde aquella noche no hemos hablado respecto a lo que nos dijimos, los secretos que teníamos guardados y ahora sabemos nuestro pasado. Honestamente no me afectó del todo que me confirmara que tuvo algo que ver con Jayden hace tiempo, pero si me hace sentir incómodo de cierta manera.

—Si, estoy bien, no te preocupes.

—No, algo sucede y tienes que decírmelo. Casi no has hablado desde que salimos de mi casa y por lo regular nunca te callas cuando andamos juntos por la calle.

—Lo siento, es verdad. —Suspiré—. Sucede que tuve una pequeña pelea con Avril este fin de semana, la noche de la fiesta de Jayden.

—Uh, problemas en el paraíso —expresa.

Nos detenemos afuera de una tienda de antigüedades que por lo regular la mayoría de lo que venden aquí es demasiado caro.

—Escucha, es normal tener la primera pelea en el noviazgo, no debería de afectarte tanto.

—De hecho, confirmó que tuvo algo que ver con él. —Ella me ve enseguida un poco sorprendida para después bajar la mirada y observar lo que hay en el aparador de la tienda.

—Vaya, eso cambia por completo todo. —Me indica que entremos y comenzamos a ver cada una de las cosas que hay dentro de este local. Por fuera luce pequeño, pero su interior es bastante amplio.

Hace tiempo que sentía la necesidad de entrar aquí pero no me animaba. Ahora que recorro los estrechos pasillos me siento maravillado por cada cosa que veo. Todo se ve muy al estilo vintage, hay de todo incluso teléfonos retro de colores demasiado llamativos. Me hace recordar mi infancia en San Francisco.

—Quiero uno de estos. —Sostuve uno de los teléfonos que llevan un disco giratorio para hacer una llamada—. Mi abuela solía tener uno igual a este, pero Will lo estropeó.

—Es lindo, pero no entiendo tu necesidad de tener uno de esos, jamás lo usarías.

—Puede adornar mi habitación. Necesito algo colorido entre mis cuatro paredes de tonos grises.

Seré tu perdición [Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora