Si hay algo que me emociona en cuanto llega el fin de semana es salir con mis amigos, aunque en esta ocasión es totalmente diferente.
Creo que he pasado a ser aquel chico que prefiere estar en su casa a salir a vagar por las calles sin rumbo alguno.
Después de un par de semanas he decidido ir a casa de Avril, más bien, de su tía. Hace un momento me envió su ubicación y mi hermana decidió prestarme su auto mientras el tío Josh repara la motocicleta. Claro que estoy trabajando con él para pagarle todo lo que necesite además de no ser un maldito holgazán de quedarme en casa sin hacer algo antes de regresar a mis estudios y concluir la preparatoria.
Incluso es mejor salir a escuchar el drama que hay en casa. A comparación de meses anteriores no es tanto, pero no quiero estar allí. Prefiero salir y despejarme un poco.
Recorro toda la ciudad para llegar a mi destino, cabe recordar que ella vive en el lado sur, casi a las afueras de Sebastopol. Bastaron un par de minutos para aparcar el auto afuera de una casa color celeste bastante linda, con tejas blancas y un jardín bien cuidado. Me acerco a la entrada y toco el timbre, logro escuchar que alguien corre para abrir la puerta. En cuanto abren me percato que se trata de ella, ambos sonreímos y noto que su mirada se ilumina al momento de verme.
—¡Hola! —expresa con emoción mientras yo permanezco de pie en la entrada sin saber que decir.
Pareciera que es la primera vez que nos vemos, somos como un par de adolescentes enamorados que se emocionan al verse para tener su primera cita. Todavía me siento nervioso cada vez que la veo a los ojos.
—Hol...
No me deja terminar la palabra cuando me toma del cuello de la camisa para entrar a su casa, cierra de un portazo y se abalanza contra mí para comenzar a besarme con desesperación.
Tal vez se debe a que no nos hemos visto desde hace días, así que solo me dejo llevar, pero me mantengo alerta. Es obvio que no estamos solos en esta casa.
Me sujeta con ambas manos detrás de la nuca ejerciendo presión para no separarme mientras nos besamos, mientras yo la sujeto de la cintura y la acerco más a mí. Me tiene contra la pared justo al lado de la puerta principal, abro los ojos durante un par de segundos y veo alrededor.
—Avril... tu tía... puede... vernos —hablo mientras continua sin sentir alguna pena o temor de que nos encuentren de esta manera.
A pesar de eso no puedo negarme a seguir con esta intensa sesión de besos, sé que de un momento a otro puede salirse de control.
—No te preocupes... —Se separa dejándome sin aliento—. Ella está en su habitación descansando, últimamente ha estado trabajando solo de noche.
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Seré tu perdición [Completa ✔]
Fiksi Remaja| Libro 2 de la saga Roces accidentales | Nueva edición . . . Después de estar en rehabilitación por muy corto tiempo, Jo Hartmann vuelve a caer en las drogas luego de cometer una locura con un grupo de amigos. Cansado de la vida que llevaba, acepta...