Capítulo 7: Descubierta

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Para sorpresa de Niki lo primero que vio al despertar fue el rostro de Alex. Ella estaba sentada en una silla al lado de su camilla, leía un libro pequeño y verde titulado Edgar Allan Poe. Su rostro estaba despejado y sus hombros relajados, se veía tan calmada y serena, y tan ausente que Niki logro fijarse mejor en sus facciones, así lucia mucho más joven. Niki recordó todo lo que decían los chicos, Alex era toda una belleza.

Pero su belleza se marchito cuando sus ojos dorados conectaron con los ojos marrones de Niki, los músculos de su rostro se endurecieron y sus hombros se cuadraron a la velocidad de un parpadeo, de pronto tuvo cinco años más en su rostro y su belleza ya no parecía tan atrayente.

Alex no dijo nada, se limitó a sacar una hoja entre las páginas de su libro y un lápiz del bolsillo interno de su chaqueta.

Niki se enderezo sentándose en la camilla mientras la blancura del interior de la enfermería de la Academia la irradio.

_ ¿Qué hago aquí?_ pregunto Niki mirándose las manos, no tenía ninguna marca de marcador, y el pijama que traía era nuevo y limpio.

_Te desmayaste anoche, y ahora tengo que hacerte unas preguntas_ respondió Alex.

Niki la miro desconcertada, se notaba que había pasado muchas horas sentada al lado de su camilla, pero lucía como alguien que le daba igual lo que le pasará. Niki recordó su espalda alejándose indiferente en la fiesta de la Hermandad.

_Me dejaste tirada a mitad del pasillo llena de vomito ¿Ahora te preocupas por mí? ¿Es un castigo o algo así?_ Niki no pudo controlar su propio enojo, los recuerdos de la noche comenzaban a hacer más nítidos y estaba enojada de tener que pasar otra vez por lo mismo.

_Algo así_ respondió con indiferencia Alex, mirando el papel en su mano _Yo solo tengo que hacerte estas preguntas allá tú si las quieres responder o no.

Niki miro con más atención, había dos tazas de café vacías en el suelo y una tercera llena. De cierta forma Alex parecía que no había dormido en toda la noche.

_ ¿Por qué estás aquí?_ inquirió Niki, era notorio el esfuerzo que estaba haciendo para permanecer despierta y a su lado.

_Soy ayudante de enfermería.

_ ¿Ayudante de enfermería?_ repitió Niki sin creérselo del todo. Esas palabras viniendo de Alex parecían un chiste _ ¿Sabes que para ser enfermera tienes que tener un mínimo nivel de empatía?

Alex se encogió de hombros y sus largas pestañas dieron un parpadeo perezoso. No podía importarle menos aquella conversación.

_Soy ayudante, no enfermera ¿Ya te puedo hacer las preguntas? Me quiero ir.

Niki sopeso por un momento, la idea de decirle que no y recostarse para que Alex tuviese que perder más horas de sueño era atractiva, pero ella también se quería ir.

_Está bien_ acepto Niki.

_ ¿Qué es lo último que recuerdas?_ pregunto Alex sin despegar sus ojos del papel, estaba lista para anotar las respuestas de Niki.

Niki recordaba con claridad. Recordaba los gemidos de Kil y esa chica, recordaba el frío, la risa y el rostro grotesco que la envistió en la ducha. Aunque quería olvidarlo no podía.

_Recuerdo que entre a uno de los baños para limpiarme.

_ ¿Eso es todo?_ Alex era siempre tan indiferente que Niki se sorprendió que haya podido cargar tres palabras con tanta confusión.

Niki asintió. No quería decir la verdad, la última vez que había dicho la verdad tenía 8 años, para ese entonces la niña que sangraba y reía era de su tamaño, y el rostro que se burlaba de su miedo no se le acercaba tanto. Niki no quería que la volvieran a llamar La traga pesadillas.

Academia Lighblack: OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora