Capítulo 18: Llegada

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Niki revolvía la natilla de su plato sin tener muchas ganas de comer. El comedor estaba más callado y silencio sin las risas de los Materias en el balcón. Todos allá arriba estaban serios y tensos, y como consecuencia toda la Academia estaba seria y tensa. Solo habían pasado dos días, pero desde esa distancia Niki podía ver las ojeras en el rostro de Kil.

No se había atrevido a acercarse a él, ni siquiera para preguntar cómo podía ayudar, o para decirle que a ella también le importaba Alex. Había escuchado que Kil estaba tan mal que trataba mal a otros.

Ella no podía si quiera intentar entender su desesperación, no tenía hermanos y lo más cerca de una relación de hermandad que había tenido en toda su vida era Ada, y ahora ella parecía querer más la compañía de otras amigas en lugar de la suya.

Ahora Niki se sentaba sola a comer, mientras miraba a Ada en otra mesa, con otras dos amigas. Y no podía entender qué había hecho tan mal para que la desplazara de esa forma.

La única persona con la que aparentemente podía hablar era Samanta, pero Samanta tenía obligaciones que cumplir en la Hermandad y no era su Guardiana.

Niki quería con todas sus fuerzas que Alex estuviese allí, lo quería tanto y lo necesitaba tanto que pensó que era su imaginación jugándole un juego cuando escucho a un Lighblack entrar al comedor, él tenía cabellos rubios y ojos dorados, y gritó a todo pulmón.

_ ¡ALEX ENFERMERÍA!

Kil y Jack se movieron tan rápido que Niki no reacciono hasta que ambos terminaron de bajar las escaleras del balcón. Solo los miembros de la Hermandad, sabían lo que realmente estaba pasando, el resto de los estudiantes pensaba que Alex se había escapado y que recién se había dignado a volver.

Kil y Jack estaban tan centrados en ir a la enfermería que no notaron que Niki trotaba detrás de ellos para alcanzarlos, hasta que los tres estuvieron dentro.

Tres paredes de ojos miraron a Alex tomar con serenidad el vaso de agua que le había dado la enfermera. Su uniforme estaba tan limpio que parecía recién puesto y se veía tan bien que no parecía haber estado desaparecida.

La enfermera le había revisado y había salido para avisar a su madre y al Concilio.

_ ¿Por qué me miran así?_ pregunto Alex.

Kil fue el primero en reaccionar, se acercó a Alex y la abrazo fuerte, hundiendo su rostro en el hombro de su hermana. Por primera vez desde que Alex desapareció, Kil sintió que su corazón volvía a latir a un ritmo normal, le cansancio lo golpeo con fuerza y tuvo que sentarse al lado de Alex para evitar caer al suelo.

_Luces horrible hermano_ le dijo Alex.

Kil sonrió. A Jack le pareció sorprendente la forma en la que Kil recuperaba el humor y la sonrisa.

_Para mañana volveré a estar guapo, te lo prometo_ Kil beso la frente de Alex y la estrecho contra su pecho como si fuese una niña pequeña.

Jack y Niki permanecieron al margen hasta que Kil soltó a su hermana, parecía que eran intrusos en el momento entre los mellizos.

_ ¿Ustedes dos solo se van a quedar allí parados?_ bufo Alex.

Niki miro a Jack, su cabello cubría la mitad de su rostro. Ahora que estaba segura que Alex estaba bien, Niki se permitió pensar en la discusión que había tenido. Alex había sido cortante y distante con ella después de eso, y aunque no quería no podía evitar culpar a Jack por eso. No era necesario que él le contara su triste intento de salir de dudas.

Quiso irse pero antes que moviera un solo pie, Mircalla atravesó la puerta. Ella no miraba a nadie más que no fuese Alex, ni siquiera miraba a Kil justo al lado de su hermana. Niki plato sus pies en el suelo. Mircalla parecía irradiar una ira apenas contenida y prefería esperar que pasar por su lado para salir.

_Alex, veo que te encuentras mejor que cualquiera de nosotros_ vocifero Mircalla.

Jack noto el desconcierto de Alex, ellas lo miraba a todos como si se estuviera esforzando con algo.

_ ¿Qué ha pasado?_ pregunto Alex.

_Eso te lo preguntamos a ti, eres la que ha estado desaparecida.

Alex miro sorprendida. Jack trato de que su expresión no lo perturbara, mientras más veía a Alex más sentía que no veía a Alex.

_El Concilio te está esperando para hacerte unas preguntas_ continuo Mircalla.

Alex asintió levantándose de la cama. Kil se apresuró a sujetarle las manos a su hermana.

_No. El Concilio puede esperar, acaba de llegar, debe descansar_ discutió Kil.

Mircalla lo miro, ya no tenía el semblante severo, al contrario, parecía un niño frágil con las oscuras sombras bajo sus ojos.

_Por como se ve las cosas, pareciera que el que necesita descansar eres tú_ vocifero Mircalla.

Alex acaricio las manos de su hermano y le dio una sonrisa tranquila.

_Me siento bien hermano, ve a descansar, nos vemos para cenar juntos.

Kil asintió, pero en cuanto Alex comenzó a moverse él la siguió. No estaba dispuesto a dejar su hermana sola después de todo lo que había pasado.

_Espero también verlos más tarde para cenar_ vocifero Alex a Jack y Niki cuando paso por su lado.

Niki le sonrió, se sentía bien que Alex ya no estuviese molesta con ella.

Los mellizos Lighblack y Mircalla caminaron por los pasillos hacia la oficina de la directora. Ada los miro desde lo alto de una escalera. Miro a Alex, se movía con naturalidad y comenzaba a sentirse segura respecto a ella, hasta que la chica a su lado hablo.

_No podemos confiarnos con ella, no deberíamos dejarla sola tanto tiempo.

_Lo está haciendo bien_ aseguro Ada.

_Alexandria Lighblack tiene un carácter mucho más fuerte.

_Estará bien Alex ya está con nosotros, tenemos a nuestra Materia y aún nos falta dos cuerpos más para completar el ritual.

Mircalla miraba a Alex. Tan hermosa, tan ilesa, era como si volviera de unos días sabáticos. Le enojaba que Alex estuviese como la rosa más cuidada del campo, mientras que ella había tenía que soportar todo el enojo de Kil y todas las preguntas del Concilio.

Sentía ganas de golpearla, de sacudirla y exigirle explicaciones, pero Kil la tenía envuelta bajo un brazo protector, lucía más grande en ese momento, más fiero, como si la cercanía de su hermana le diera fuerza.

Y se sintió aún más molesta. Kil jamás la cuidaríaasí.

Academia Lighblack: OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora