_Hola.
Samanta estaba apoyada en el borde de la mesa, sus largas piernas estiradas en toda su extensión. Las ondas marrones de su cabello estaban recogidas en un moño alto, su ojo morado y su ojo marrón la miraban con un interés poco propio de ella.
Cuando Alex estaba desaparecida todos parecían ausentes, pero ahora que había vuelto la única que no había recuperado la arrogancia natural de los Materias era Mircalla.
_ ¿Se puede saber por qué tienes esa cara?_ continuo Samanta colocando su desayuno a un lado y sentándose en la mesa.
Los ojos rojos de Mircalla eran dos lengüetas de fuego que trataban de alcanzar a Alex.
Ella estaba en su habitual balcón oscuro, pero no estaba sola, Kil estaba a su lado comiéndose su hamburguesa y riendo de algo que había dicho una chica sentada a su lado. Mircalla no sabía su nombre pero reconocía su cabello y ojos negros, pero más reconoció su altura, incluso era más alta que Samanta, sabía que era amiga de Niki, una chica tan ordinaria que Mircalla no se había molestado en saber su nombre.
Niki estaba sentada al otro lado de Alex y parecía que no era capaz de cerrar la boca.
Era la primera vez en su vida que Mircalla veía a Alex rodeada de tanta gente.
_ ¿Sam, no te parece raro eso?
Samanta giro para mirar el balcón de Alex. Ella no parecía feliz, pero tampoco furiosa, era como si estuviese resignada.
_Estuvo desaparecida y aunque no recuerda nada, de seguro está asustada y necesita sentirse cerca de su hermano_ respondió Samanta llevándose un trago de jugo de naranja.
_ ¿De verdad te crees lo que acabas de decir?_ pregunto Mircalla sorprendida.
Mircalla conocía bien a Alex, tan bien como para saber que la niña que había salido de un incendio, con los ojos dorados endurecidos por haber visto de frente a la muerte, no tendría miedo de nada. Alex era inquietantemente independiente, la gente le agobiaba, las voces la agobiaban.
El mundo entero era una agonía para Alex y aun así allí estaba. Haciendo lo que nunca hace, conversar.
Samanta se encogió de hombros.
_Es su mellizo, además creo que a Alex le gusta Niki, las personas pueden cambiar por amor.
Mircalla la miro sin creer lo que había dicho.
Alex no está hecha para el amor, pensó.
El Concilio había decidido que lo mejor era que Kil vigilara a su hermana de día y de noche la vigilara Samanta. Tenían algunos días vigilándola, pero ninguno de los dos había reportado nada interesante y por la forma despreocupada en que Samanta trataba todo el asunto de Alex entendió la razón.
_Solo préstale más atención al comportamiento de Alex y deja de pensar en tonterías_ espeto Mircalla con más insolencia de la que pretendía.
Dejo su desayuno a medias y bajo del balcón como si fuese un tornado de fuego.
Se sentía casada y agotada, ni siquiera la idea de ir a ver a Yongmin la tranquilizaba, era su última semana en la enfermería, sus costillas ya estaban mejor, pero ella se había alejado mucho. Ya no lo visitaba como antes, y sentía que eso lo lastimaba pero ella antes de ser cualquier otra cosa era un Materia. Estaba por entrar a la Caza Nocturna y en su mente no había espacio para distracciones.
Mircalla espero fuera del comedor, mientras todos desayunaban. Los ventanales del pasillo transformaban la luz matinal en un vapor dorado que se pegaba a las paredes. Mircalla veía la oscura madera y el mármol blanco ser dibujados por la estela de luz, pero el dorado no era tan intenso como el de los ojos de los Lighblack.
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Academia Lighblack: Orgullo
FantasíaLa Academia Lighblack es un instituto de orgullo para las familias de los fundadores, pero para Nicola Thuner es el lugar donde los fantasmas son reales y sus pesadillas cobran sentido. Pronto se ve envuelta entre los mellizos Lighblack y los secret...