Capítulo 3: La élite

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Ada Passagen se alistaba con una velocidad sorprendente, trataba de arrugar lo menos posible la camisa dorada del uniforme, aunque parte de su presentación diaria era la camisa arrugada y los puños de su chaqueta manchados con té negro.

Cada intento de lucir mejor era peor que el anterior. Y cuando tocaron a su puerta tuvo el presentimiento de que llegaría tarde sin importar lo que hiciera.

_ ¡Pasa!_ vocifero Ada.

La chica que entro tenía puesto el mismo uniforme que ella, pero se movía como si no tuviese ropa encima. Ada entendió de inmediato ese sentimiento, el uniforme estaba hecho de tela fina y cómoda, la ropa de los albergues siempre era de tela más áspera y pesada, como si cargaran con el pasado de las personas que las habían usado.

La chica se aferraba a una mochila simple y marrón. Era menuda y mucho más baja que ella, pero Ada estaba acostumbrada a ser siempre alta. El cabello marrón era del mismo tono que sus ojos y estaba agarrado en una coleta desordenada.

_ ¿Cómo te llamas?_ pregunto Ada.

_Niki, Nicola Thuner... soy tu nueva compañera.

Niki espero la mueca de desagrado, el aire de prepotencia y el desdén, pero nada de eso llego. Ada le sonrió, le señalo la cama al otro extremo de la habitación.

_Soy Ada Passagen, trajeron el resto de tus cosas anoche, las acomode lo mejor que pude ¿Tienes tu horario?

Ada había sido tan amigable que Niki sintió ganas de llorar. La última persona que había sido amigable con ella la había puesto en un helicóptero y la había mandado a un lugar que no conocía.

Ada sintió que había dicho algo mal cuando noto que Niki trataba de no llorar. Pero Niki había aprendido a recomponerse con la misma facilidad con la que se cambiaba de camisa.

_Sí, aquí esta.

Niki le extendió el papel arrugado mientras la computadora le hacía peso en la mochila y el teléfono en el bolsillo. Niki jamás había tenido ninguna de las dos cosas.

Ada tomo el papel, veía a Niki tan perdida que sintió alivio cuando noto que sus horarios eran similares.

_Que bien, casi tenemos los mismos horarios. Hay que apresurarnos para alcanzar a desayunar y llegar a tiempo a clases_ dijo Ada satisfecha de no tener que esperar que Niki se vistiera.

En ese momento Niki fue capaz de notar cierto acento en su voz, tan sutil que parecía un adorno que la hacía escuchar más interesante.

Ada le dijo que iban al cafetín principal, Niki no sabía que tan lejos estaba, pero estaba comenzando a suponer que todo en la Academia Lighblack quedaba lejos.

Niki miraba a Ada caminar con cierta sutileza como si temiera dar un paso en falso y que todo desapareciera.

_ ¿Desde cuándo te trajeron?_ pregunto Niki.

Ada le volvió a sonreír, Niki pensó que Ada tenía una sonrisa muy fácil.

_Soy de Alemania, me trajeron desde hace dos años, hasta ahora soy la más joven en ser admitida al programa humanitario.

Dos años, pensó Niki, tal vez en dos años yo tendré una sonrisa fácil como la de ella.

_Yo llegue ayer...

Niki dejo que las siguientes palabras se las tragara el aire, pero Ada entendió con tanta claridad como si se las hubiese gritado.

_Entiendo que la adaptación puede ser dura_ la voz de Ada se había dulcificando tanto que Niki no pudo evitar pensar que esa hubiese sido la voz de una buena madre _Pero se vuelve mejor con el tiempo, empiezas a sentir este lugar tu hogar. Aunque a veces parece una jungla.

Academia Lighblack: OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora