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Lavaba sus pinceles en el lavabo del baño mixto, no podía hacerlo en la cocina, temía contaminar la comida con la pintura y sus químicos.

Estaba entretenido en su labor cuando Rose entró a los sanitarios, sus miradas conectaron a traves del espejo, pero Zhan desvió la suya para seguir con su tarea.

-Profesor... no se como iniciar.

Su cuerpo era pesado, no se sentía de humor para entablar conversaciones.

-Entonces no lo hagas --mantenía la mirada baja.

-No puedo hablar estas cosas con mi novio, con nadie en realidad.

Se giró para verla mejor, la niña estaba hecha un mar de lágrimas.

-¿Estas bien? --Rose nunca le había hecho daño, las palabras que intercambiarón con anterioridad estaban lejos de ser un problema grave, él no tenía porque portarse grosero.

-No, estoy muy asustada --lucía demasiado asutada --Ayer mi novio me llevó a una clínica... --limpiaba sus lágrimas, pero estas seguòan saliendo --estoy embarazada.

Un sentimiento de familiaridad lo invadió, Zhan ya había pasado por esto, y al igual que Rose no tuvo con quien hablarlo.

-Tu novio, ¿el respondera?

-Él no es el problema, tengo miedo de mis padres, él tiene miedo de los suyos, todos se enfadaran con nosotros por manchar la buena imagen familiar, ni siquiera me he graduado de la universidad.

-¿Lo amas?

-Mucho.

-¿Y él?

Le afirmó con la cabeza, la cara roja y empapada, nunca creyo ver este rostro en la impecable y hermosa Rose.

-Es lo que importa, si tienes ese apoyo... ese amor... es lo único que importa... --Comenzó a sollozar.

Lloraba por los recuerdos de alguien a quien él amaba.

-Tengo mucho miedo.

El también tuvo miedo, nadie te prepara para lo que tienes que experimentar en un embarazo, los libros sobre el tema que Zhan leyó estaban tan errados sobre la crianza de niños, o probablemente se debió a que su embarazo fue diferente al resto.

Cuando la señora Mao lo visitaba él le hablaba a Xi Mi, le pedía que se ocultara porque la mujer mala había venido a buscarlos. Como si en verdad lo escuchara, el bebé dentro de él se ocultaba muy en sus entrañas, al punto que la señora Mao llegó a preocuparse por el hecho de que el vientre no crecía.

-Es normal, no te detengas de expresarle todos tus temores no solo a tu novio sino tambien a tus padres, ellos te entenderan, nadie podia odiar a una niña como tú.

-¿Usted no me odia?

-Claro que no, no tengo porque.

-Profesor... Yibo.

Las heridas aún no sanaban, esto fue como cuando alguien exprime un limón en la carne expuesta.

-¡No, no quiero hablar de él!

Se apartó de ella.

-¿No lo sabe? --ella lo seguía de cerca.

Fingió sordera, no quería escuchar nada sobre él, continuó lavando sus pinceles.

-No sabe --ella afirmó esta vez --desaparecio.

Zhan se quedo en pausa, fue como si de verdad alguien hubiera usado un control remoto en él y lo hubiera congelado en el sitio.

After The RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora