OLIVIA
Acorralada. Así me siento en cuanto me veo rodeada en mi propia casa por el temible grupo de ocho hombres cubiertos de cuero de pies a cabeza y que acaban de tirar la puerta de mi casa abajo y ahora avanzan hacia mí con unas expresiones tan amenazantes que a punto estoy de mearme encima a causa del miedo.
Mi reacción instintiva, aunque en el fondo sé que es inútil y ya no tengo escapatoria, es gritar y tratar de echar a correr hacia la cocina en busca de un cuchillo. Necesito algo con lo que defenderme o mi hermano acabará muy mal.
Pero si de verdad pensaba que mi obstinación los iba a detener, es que soy más ilusa de lo que creía. Porque, efectivamente, uno de ellos – el más corpulento y fiero – no tarda ni dos segundos en interceptarme con sus enormes brazos y me inmoviliza, apretándome como una boa y pegándome a su cuerpo. Lucho por liberarme, sintiendo que me falta la respiración bajo su agarre férreo y brusco. Miedo menos de uno sesenta y él es una maldita bestia de músculos y testosterona, un simple chasquido de dedos y podría acabar conmigo.
El miedo me atenaza el estómago como una garra helada, pero me obligo a no exteriorizarlo; en parte por puro orgullo y en parte porque necesito mantenerme fuerte por el bien de Vince. Tengo que lograr convencerlos de que están perdiendo el tiempo aquí.
El aliento del gigante impacta en mi cuello, poniéndome la carne de gallina. Entonces me congelo en el acto, porque siento su miembro erguido en plenitud contra mis nalgas, de tanto como se pega a mí para mantenerme sujeta. No hay ni un solo centímetro de espacio entre nosotros y esa fiera masculinidad que emana de él me marea. No puedo pensar con claridad si tengo su...cosa, ahí.
— Shh, quieta. Si colaboras no te haremos daño — me susurra al oído, con voz lenta y pausada.
Tiene una voz tan áspera y rasgada que me pone la piel de gallina de inmediato.
Asiento, con docilidad, para que se relaje y baje la guardia. Es una estrategia para ganar tiempo mientras me libera y así voy barajando opciones para librarme de ellos.
Me arrastra hasta la sala, mientras avanzan en tropel hacia el interior, revolviéndolo todo entre gritos y gruñidos de rabia. Yo maldigo. ¡Acababa de limpiar el puto apartamento!
Mi mandíbula se desencaja en cuanto uno de ellos se saca una pistola de la cinturilla de los vaqueros y, a una señal del grandullón que me retiene, se adentra en la estancia, gritando a pleno pulmón.
— ¡Sal de ahí maldita escoria! Deja de esconderte como un cobarde, ¿¡no eres tan valiente para pegar a las mujeres?!— brama el castaño con ojos de loco, destrozando todo cuanto se le pone enfrente hasta llegar al cuarto de Nora, creyendo que Vince está ahí escondido.
Yo contengo la respiración, luchando por retener las lágrimas. ¡Es imposible que mi hermano se libre de esta! Si ese tipo o cualquiera de los otros lo encuentran, no me cabe duda de que lo van a matar.
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Ardiendo en su infierno #1✔COMPLETA (Wild Demons MC) +21 ©
ActionMuchos afirmaban conocer el infierno. Sin saber que sus experiencias no eran ni de lejos lo terribles que podían volverse si, por azares del destino, llegaban a cruzarse en el camino de ellos... Aterradores. Crueles. Implacables. Salvajes. Gober...