OLIVIA
Regresamos al complejo en un silencio sepulcral.
A juzgar por los gruñidos que me ha dedicado Demon durante el camino en los escasos intentos que he hecho por conversar, deduzco que a pesar de nuestro momento íntimo de antes, está que trina conmigo. Y esta vez tengo que admitir que con justa razón.
Si él no hubiera aparecido justo a tiempo...no quiero ni pensar en lo que habría pasado.
Esto escapa de mi control. Definitivamente no van a darse por vencidos hasta obtener lo que quieren. Aunque eso signifique quitarme del medio.
Pero no estoy dispuesta a permitirlo.
— ¿Qué vamos a hacer? — decido romper mi mutismo en cuanto atravesamos las dobles puertas del complejo. Él me pone mala cara, pero lo ignoro —. ¿Se lo contaremos a los demás? Debemos estar preparados...
— No, no digas nada a nadie. Esta tarde tenemos una reunión...si todo sale bien desenmascararemos al traidor hoy mismo — explica, tenso. Asiento. Aunque no estoy muy convencida, no me atrevo a llevarle la contraria —. Ahora sube a tu cuarto y no salgas hasta que te avise.
Enarco las cejas ante su tono autoritario. ¿Me está dando órdenes como si fuera uno de sus hombres?
Ni hablar.
Entiendo su preocupación, pero dentro de estas puertas nadie puede tocarme. Tampoco pienso encerrarme en una urna de cristal solo por darle gusto.
Estoy a punto de replicarle cuando un leve carraspeo tras nuestra espalda nos interrumpe. Al darme la vuelta, veo que se trata del hombre rubio al que le he tomado prestada la moto – la cual hemos dejado en el bosque, ya que Demon aseguró que enviaría a sus hombres y así de paso podrían examinar los cadáveres de los hombres que intentaron atacarme, a ver si les resultan familiares – Garrett, creo que se llama.
No parece muy contento y agacho la cabeza. Me siento culpable por haber dejado tirada su moto después de que ha tenido la amabilidad de prestármela.
— Presi, ¿Dónde está mi pequeña?
Definitivamente está cabreado. Me mira entrecerrando los ojos en ademán suspicaz.
De súbito, Demon lo agarra por el cuero hasta colocarse a un palmo de su cara.
— Escúchame bien, Garret, que sea la última vez que le prestas tu moto o haces nada que tenga que ver con esta mujer sin consultármelo. O te arranco las bolas. ¿Está claro? — amenaza.
— Cristalino, presi — replica este, muy poco impresionado con los ademanes violentos de Demon.
— Bien, vamos dentro — y prácticamente me arrastra hacia el interior del club.
Troglodita.
Intento zafarme, pero él es implacable, así que me rindo.
Entonces, como si acabara de ocurrírsele debido al desconcierto – unido a cierta mueca de diversión – en el rostro del rubio, se gira y añade:
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Ardiendo en su infierno #1✔COMPLETA (Wild Demons MC) +21 ©
AcciónMuchos afirmaban conocer el infierno. Sin saber que sus experiencias no eran ni de lejos lo terribles que podían volverse si, por azares del destino, llegaban a cruzarse en el camino de ellos... Aterradores. Crueles. Implacables. Salvajes. Gober...