OLIVIA
Demon termina de abrocharme el casco y aprovecha para colar las manos en el escote de mi top. Cierro los ojos y ahogo un gemido de excitación cuando amasa mis pechos con una sola mano.
Gruesas venas sobresalen de sus poderosos brazos cuando me atrae hacia sí con la mano libre para besarme con intensidad. Me dejo llevar y le echo los brazos al cuello, olvidándome de que tenemos público.
Hasta que la concentración de más de cien moteros que tenemos detrás se encarga de hacernos notar su presencia con una salva de vítores y escandalosos comentarios soeces, para orgullo de Demon y mortificación mía. Aunque a pesar de todo sonrío un poco. Ya me estoy acostumbrando a esto.
Hoy hemos decidido organizar una salida, para celebrar que el trato con los mexicanos fue un éxito y – aunque nadie excepto Demon y yo lo sabe – Carlos pudo reencontrarse con sus hermanos. Alessandra y él regresaron a Venecia al día siguiente y tuvimos que prometer que nosotros seríamos los siguientes en visitarlos.
Lo cierto es que a mí me encantaría conocer la ciudad y Demon...él me seguiría allá donde fuese.
— ¿Estáis listos? — truena la potente voz de mi hombre, haciéndose oír desde primera línea entre las hileras que componen el mar de motocicletas esparcidas por todo el tramo de carretera del complejo.
Los moteros empiezan a quemar rueda en respuesta, mientras un coro de silbidos habla por ellos.
Demon asiente y se pone las gafas de sol, satisfecho. Entonces le hace una seña a Pat, que irá liderando la marcha como capitán de ruta...con una vacilante Riley aferrada a su espalda como a un chaleco salvavidas.
Honestamente, yo fui la primera sorprendida cuando supe que él había logrado convencerla para que nos acompañara, porque quedarse sola en el club como era su deseo estaba descartado por razones obvias. Así que al final acabó pesando más el pánico que les tiene a esos infelices que el que puedan despertarle los chicos.
La verdad es que la entiendo, al principio estaba como ella. Pueden ser un poco temibles cuando no los conoces, pero ahora les confiaría mi vida ciegamente a sabiendas de que a su lado es donde más segura podría estar.
— Pues en marcha.
Las palabras de Demon son el pistoletazo de salida que todos estábamos esperando, así que no tardamos en arrancar levantando una inmensa nube de polvo y dejando un nada agradable olor a gasolina quemada a nuestro paso debido a la velocidad a la que surcamos el asfalto.
Pat y Riley abren la marcha, con Demon y conmigo justo detrás y Daryl haciendo el tonto para adelantarnos y pitando cuando mis manos empiezan a deslizarse más debajo de la cintura de mi hombre.
Me río y bato las pestañas con inocencia cuando siento cómo el cuerpo de Demon se tensa por completo a causa de la excitación y suelta un bajo gruñido, avisándome de que no juegue con fuego.
Pero me apetece quemarme, así que no me detengo. Lo que hace que aumente la velocidad al máximo.
Ninguno de los dos vemos la hora de llegar, pero por desgracia todavía falta un buen trecho hasta la reserva natural a la que nos dirigimos.
— Si sigues manoseándome la polla voy a verme obligado a parar para follarte aquí mismo, tetas calientes. ¿Quieres eso? ¿Quieres que te la meta delante de los cien hermanos?
Por toda respuesta, esbozo una sonrisa provocativa. A estas alturas, su lenguaje directo y obsceno es algo de lo que ambos disfrutamos sin tapujos. Pero por muy tentadora que me resulte la idea, me temo que es mejor esperar a que lleguemos a nuestro destino. De ese modo podremos hacerlo una y otra vez, hasta hartarnos.
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Ardiendo en su infierno #1✔COMPLETA (Wild Demons MC) +21 ©
AcciónMuchos afirmaban conocer el infierno. Sin saber que sus experiencias no eran ni de lejos lo terribles que podían volverse si, por azares del destino, llegaban a cruzarse en el camino de ellos... Aterradores. Crueles. Implacables. Salvajes. Gober...