Muchos afirmaban conocer el infierno. Sin saber que sus experiencias no eran ni de lejos lo terribles que podían volverse si, por azares del destino, llegaban a cruzarse en el camino de ellos...
Aterradores.
Crueles.
Implacables.
Salvajes.
Gober...
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Tres semanas después
Mi genio no ha hecho más que empeorar en estas malditas semanas que han transcurrido con una lentitud insoportable.
Los putos problemas parecen llovernos del cielo últimamente y para colmo no puedo tener un minuto de paz como antes. Ni siquiera he podido follar a las zorras como de costumbre, porque las preocupaciones no cesan ni un instante.
Hemos tenido que reforzar la seguridad del club y dormimos con un ojo abierto y otro cerrado, por si las moscas.
Alguien nos está jodiendo pero bien en los negocios y el hecho de no haber podido descubrir quiénes son los cabrones que están detrás de todo esto, me hace hervir la sangre hasta el punto de ebullición.
Necesitamos encontrar a los responsables de que los dos últimos tratos de distribución que teníamos pactados con nuestros amigos los mexicanos y con los rusos se hayan ido a la mierda. Y cuando lo hagamos me aseguraré de arrancarles el corazón con mis propias manos.
Las pérdidas tienen a todos los hermanos nerviosos. Y es que acostumbramos a embolsarnos millones de dólares con la compra-venta de armas ilegales que posteriormente el cártel se encarga de transportar directamente hacia la frontera del paso de Texas. Un material de primera calidad compuesto por un arsenal que va desde los subfusiles de asalto del ejército y las semiautomáticas hasta las pistolas de alto calibre que nos suministran los rusos mensualmente.
Pero este mes nos hemos encontrado con que todo se ha ido a tomar por culo por culpa de un misterioso y anónimo tercer proveedor que parece haber salido de la nada para ofrecerles a esos cabrones ambiciosos una contraoferta mucho más jugosa, robándonos un trato que ya estaba previamente cerrado en nuestras propias narices.
Tengo ganas de destripar a alguien.
Odio no tener el control de la situación.
En cuanto Daryl y Balzac me informaron de lo sucedido, por poco se me fue la puta cabeza. Quería desatar una guerra con los malditos rusos. Pero por supuesto, tras calmarme y reflexionar con la cabeza fría, me di cuenta de que esta vez las cosas no van a ser tan simples como para que baste un poco de fuerza bruta para arreglarlas.
No, este lío tiene toda la pinta de convertirse en un grano en el culo como no actuemos anticipándonos a quienes quiera que nos estén jodiendo en nuestro puto territorio.
Sobra decir que no nos hemos quedado de brazos cruzados. Hemos estado indagando por ahí con la ayuda de nuestros hermanos de otras filiales vecinas, incluso hemos pedido a los nómadas – que suelen ocuparse de llevar la parte más clandestina del negocio en las sombras, porque la ATF no está tan encima de ellos al no tener un lugar fijo de residencia – que estén alerta.
Pero nada, parece que nuestros nuevos y misteriosos enemigos saben muy bien cómo pasar inadvertidos. Lo que me tiene subiéndome por las putas paredes por las ganas de armar una jodida masacre, que se acrecientan a cada día que pasa.
