DEMON
Entrar en la habitación de Olivia, estando los dos a solas y con la erección que tengo ahora mismo...puede que no haya sido la idea más acertada. Pero ella ni se da cuenta de mis problemas, porque está demasiado ocupada revolviendo el cuarto buscando quién sabe qué.
— ¿Qué demonios te pasa? — espeto, sin entender una mierda. ¿Qué espera encontrar aquí?
Agobiada, ella resopla y se aparta el pelo de la cara mientras desarma un frasquito de colonia y empieza a mirar por la parte del fondo como si esperara encontrar el tesoro de la tripulación azteca o alguna mierda parecida.
Entonces caigo en la cuenta.
No me jodas.
— Estaba justo aquí y dudo mucho que Carlos revisara mi neceser personal, ¿o sí? — replica ella, como si quisiera probar su punto.
Yo me rasco la nuca, dándole vueltas a todo este asunto.
— Me dijo que le resultó fácil encontrarlo, así que no lo creo — suelto, de mala gana.
Esto huele a podrido.
Porque empiezo a comerme el coco y lo que había en esos archivos...siempre me pareció demasiado poca cosa comparado con lo que esperaba. Ahora empiezo a preguntarme si no ha sido una carnaza, la maniobra de distracción perfecta para orquestar todo este lío y llevarse el verdadero dispositivo.
Con la rata traidora suelta por mi club, sin que hayamos podido descubrir su identidad, perfectamente podría ser.
Solo de pensarlo me entran ganas de matar a alguien.
— Ven conmigo — gruño, perdiendo la paciencia y arrastrándola fuera de la habitación.
Ella protesta y apenas tiene tiempo de dejar el frasco ya inservible en su escritorio para seguirme hacia el pasillo.
— ¿Te has vuelto loco? Sé andar solita, suéltame — escupe, con esa lengua afilada que tanto me gusta.
— Sí, tetas calientes, loco de atar. Ahora mueve ese bonito trasero y ven conmigo, vamos a zanjar esto — es mi ambigua respuesta.
Ignoro su réplica airada y me la echo al hombro como un saco de patatas, divirtiéndome con la manera en que patalea para que la suelte. No puedo follarla ahora mismo, pero sí disfrutar de este tira y afloja lo bastante como para aliviarme.
— ¡Estúpido orangután, bájame! — chilla como una gallina desplumada y mi mente no puede evitar imaginar sus chillidos de placer mientras la montaba sobre mi Harley hace apenas unas horas.
Estás jodido, Demon.
Ya lo creo que lo estoy. Ahora más que nunca.
Me cruzo con varios hermanos, que solo ríen y niegan con la cabeza al vernos – Daryl parece hasta orgulloso, el muy mamón – antes de largarse a limpiar la porquería que hemos dejado ahí abajo.
ESTÁS LEYENDO
Ardiendo en su infierno #1✔COMPLETA (Wild Demons MC) +21 ©
AzioneMuchos afirmaban conocer el infierno. Sin saber que sus experiencias no eran ni de lejos lo terribles que podían volverse si, por azares del destino, llegaban a cruzarse en el camino de ellos... Aterradores. Crueles. Implacables. Salvajes. Gober...