OLIVIA
No puedo dormir. Soy incapaz de dejar de darle vueltas al críptico mensaje de la nota que venía con el USB.
Ay Vince, un día va a volverme loca.
No entiendo nada, ¿A qué demonios viene tanto secretismo por su parte después de perderse así del mapa sin darme siquiera una mísera explicación?
Una que pensé que me ofrecería en dicha nota, por cierto...pero en lugar de eso me encuentro con ese pequeño pero al parecer valioso artefacto que me llama desde el rincón del escritorio en el que lo he dejado, cansada de todas las emociones vividas en un solo día.
Ahora mismo en lo último que me apetece pensar es en eso, porque si lo hago ello solo me puede llevar a un camino, que no es otro que el de la vergüenza por lo cerca que he estado de caer en el juego de Demon.
Dios, una parte de mí deseaba dejarse llevar y dejar que me follara el salvajismo que me prometía su mirada oscura y repleta de deseo.
Y he de añadir que esa parte era demasiado potente para mi propio bien.
Sin embargo, por suerte, al final logré recobrar la sensatez y me alivia sobremanera que así fuera.
No puedo darle el gusto a ese cavernícola de saber hasta qué punto se está metiendo bajo mi piel, adueñándose de mis sueños y perturbándome como el demonio que es.
Así que, repentinamente acalorada y frustrada – hasta tal punto me afecta pensar en él – salto de la cama resuelta a acabar con tanto misterio de una jodida vez.
No en vano es la única prueba que tengo de que Vince está bien y a salvo, porque si no no habría podido enviarme esto.
¿No?
Tiene que ser así.
Suspirando, aterrizo sobre el suelo con los pies descalzos y me acomodo en mi silla, encendiendo el ordenador y moviendo la pierna izquierda rítmicamente contra el suelo para calmar mis nervios.
Por alguna razón que desconozco y me altera, las manos me tiemblan ligeramente cuando la pantalla se ilumina con mi característico fondo e introduzco el USB en la ranura correspondiente, conteniendo la respiración mientras los múltiples archivos que contiene se van procesando frente a mis ojos.
Durante unos segundos que me parecen eternos, ni siquiera me muevo o parpadeo, hasta que el dispositivo se inicia, mostrando más de veinte carpetas de archivos. Pero algo va mal...¡mierda!
¿Es en serio, Vince?
¡Están encriptados y no puedo abrirlos!
Maldigo, golpeando frenéticamente con la flecha del ratón sobre los archivos Ram, sin éxito.
Frustrada, doy una patada al taburete más cercano y luego maldigo, recordando demasiado tarde que voy descalza. Eso duele.
Pero más me duele mi hermano y el hecho de que no entiendo nada de su proceder. Es...absurdo.
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Ardiendo en su infierno #1✔COMPLETA (Wild Demons MC) +21 ©
AcciónMuchos afirmaban conocer el infierno. Sin saber que sus experiencias no eran ni de lejos lo terribles que podían volverse si, por azares del destino, llegaban a cruzarse en el camino de ellos... Aterradores. Crueles. Implacables. Salvajes. Gober...