EL OMEGA DE LAS MELODÍAS // ⚡YooภmᎥภ⚡

꧁ 𝟚𝟞-𝕀𝕀

Continuación del capítulo 26💕

Dos corazones latiendo al compás de uno. Latiendo tan rápido que ambos sentían que en cualquier momento estarían a punto de explotar, sin embargo nada de ello importaba, nada importaba si estaban juntos.

Finalmente juntos.

Sus lobos se habían reconocido de forma instantánea como aquella primera vez en el bar, en el momento en que sus ojos se cruzaron sintieron su cuerpo volar y encajar perfectamente con el otro, formando una perfecta figura. El rostro de Yoongi demostraba lo completamente embobado que estaba al ver al omega, tanto que no se fijó el momento en que sus manos empezaron a sudar y un inocente suspiro salió de su boca. Jimin por otro lado, estaba hechizado en los ojos del alfa mientras su lobo agitaba su cola emocionado y ansioso, en su rostro se dibujó una enorme sonrisa que fue correspondida por el azabache de forma inmediata e inconsciente.

Sin embargo tanto era la ensoñación de la pareja que se olvidaron que no se encontraban solos en aquella habitación, y dos pares de ojos los observaban con absoluta discreción tomando en cuenta cada uno de sus movimientos, buenos tal vez no mucha discreción.

—¿Entonces?—soltó Taehyung poniéndose al medio de ambos chicos pero aun así fue ignorando—¿Qué tal un abrazo?¿O mejor unos besitos?—acotó emocionado.

Jin, quién continuaba en silencio observó, solo soltó una mueca de desaprobación y negó—¿Qué tal si nos vamos, eh?

—¡Pero yo quiero ver!—chilló el alfa menor sin querer moverse de su lugar pero igualmente fue empujado por su amigo.

—Nos vamos, dije—pese a que Jin era un omega, siempre había tenido mayor fuerza que otros alfas y Kim no era la excepción, pues de un solo tirón se lo llevo como si un niño pequeño se tratará, dejando a los dos chicos finalmente solos.

Ni Jimin, ni Yoongi pudieron evitar reír al ver como el alfa era llevado como un gran saco de papas por el mayor de los cuatro.

—¿Siempre son así, Minnie?

—No lo sé, tú los...—pero las palabras del omega se quedaron en el aire al escuchar como el alfa lo había llamado, estaba tan distraído viendo la escena que se demoró en dar cuenta de lo que pasaba—¿Cómo me llamaste?

Aunque su voz ha salido casi como un susurró apenas audible, Yoongi lo entendió perfectamente y solo se atinó a sonreír—Minnie. O prefieres que te diga cariño.

La boca de Park estaba metafóricamente hasta el piso, demasiado impresionado para creer que era cierto lo que ocurría en ese instante—Pero, no es...

—¿Realmente creíste que me olvidaría de ti? Pensé que me tenías más fe, cariño.—sin previo aviso y aun con su cuerpo algo adolorido, el omega olvido todo y corrió hacia los brazos del alfa, ignorando la pequeña carpeta que el mayor poseía en su regazo y sentándose sobre ella. Sus cuerpos ahora estaban unidos por medio de un abrazo y Jimin podía hundir su cara profundamente en el cuello del pálido, absorbiendo todo el aroma que este desprendía—No sabes cómo te extrañe, pequeño.

—Yo también te extrañe, Yoonie—susurró.

Sus ojos picaban por la emoción que empezaba a sentir, el miedo de que su alfa no lo recordará lo tenía tan preocupado y tímido que al verlo, la primera acción que había deseado, era el de acurrucarse entre sus brazos y llenarlo de mimos pero sabía de que debía controlarse para no lastimarlo, sin embargo al escuchar aquello no pudo resistirse a envolverlo en sus brazos.

Ahora ambos lo podrían afirmar, su vínculo era mayor al de una pareja común, eran destinados, que aparte de estar unidos por el lazo de una marca, estaban esperando fruto de su amor a un bello bebé y eso absolutamente nadie lo cambiaría.

Los delgados labios de Yoongi ansiaban en tocar el rostro sonrojado de su chico, el cual no paraba de ronronear en su cuello como un pequeño niño. No tardó mucho en ceder y empezó a delinear su carita con castos besos sobre aquellas heridas y moretones que lucía el omega mientras su mano acariciaba en forma suave su creciente pancita, provocándole cosquillas.

Una escena demasiado hermosa para cualquiera que lo viera.

—Por un momento pensé que no me reconocerías—Yoongi no tenía que ver directamente al menor para saber que aquello lo había dicho apagando el alegre semblante que tenía.

—De hecho tengo mi cabeza hecha un lio en este instante. No recuerdo con exactitud lo que paso esa noche y tampoco recuerdo a los demás, bueno no por completo...pero a penas te vi, mi lobo me ayudo a volver en sí. Eres mi mejor medicina, pequeño.—los ojitos de Jimin empezaban a lagrimear y el azabache acaricio su rostro, limpiando cada pequeña gota que se deslizaba por el—No, cariño, no llores. No puedo explicar con palabras lo que sentí pero puedo decir que con solo verte me sentí vivo.

Jimin sintió como su corazón daba un revoltijo de emoción y por un momento se le olvido aquello que tenía en su mano y le había entregado Taehyung—¿Cómo tuviste esto?—preguntó el alfa tomando la pequeña cajita en sus manos y el omega solo se sonrojo escondiéndolo tras suyo.

—Lo mismo pregunto de esto—mencionó retirando de debajo de sí mismo aquella carpeta son bordes finos, que el alfa había estado observando hacia un rato.

—Buena jugada, pequeño.

Era cuestión de segundos para que finalmente sus labios se tocaran, en un lento y suave beso, sus lenguas jugando y bailando como solo ellas solían hacerlo, un beso con el cual se estaban conectando una vez más todos sus sentidos, porque sin duda ellos eran un solo.

Las manos de Yoongi rodeaban la cara de Jimin dejando pequeñas caricias como si acariciaría a la joya más preciada del mundo para él, a la vez que el omega apretaba con fuerza la bata del mayor con sus pequeñas manos hechas puñitos. Tanto era la fantasía de la pareja que ignoraron cuando la puerta de la habitación fue abierta de forma brusca, dejando al libre la escena amorosa.

—Pero, ¿qué?—ambos omegas que habían entrado en la habitación para saludar al alfa se encontraban con la boca abierta y sin creer lo rápido que había sucedió todo. Había sido tan solo un par de horas desde que Jimin despertó y ahora se encontraban prácticamente en una batalla de lenguas.

—Bueno bien dicen que el sexo es el mejor remedio.

—Se están besando no penetrando, Kookie.

—Bueno sí pero... ¿Y tú como sabes de eso?—Wheein se sonrojó y antes de que le hiciera otra pregunta termino huyendo de la habitación seguida por su mayor quien no paraba de gritar.

El par de tortolos solo seguían anonadados en lo suyo, ignorando todo alrededor, aunque claro, aquella situación les había hecho soltar una que otra risa en medio del beso, rompiendo un poco el ambiente del momento.

—Deberíamos descansar—murmuró el omega sobre los labios finos de su amado, dejando aún pequeños besitos.

—Solo si estamos juntos.

Ambos estaban perdidos, perdidos en la mirada del otro, perdidos en el gigante amor que existía en sus corazones.