Luna sabe a primavera y a luz, a esas risas sin sentido tirados en el sofá y a sus buenos días amargos. A noches enteras imaginando un futuro juntos en sus escasos metros cuadrados. A amaneceres después de haberle robado la luna al cielo. A futuro. Martín sabe a la calidez de llegar a casa en invierno, a caricias furtivas bajo la manta y a chocolate caliente. A guerras de cosquillas que terminan en duchas compartidas. A puestas de sol esperando descubrir las estrellas. A hogar. Ya descubrieron que "El destino no siempre está escrito en las estrellas" y ahora, esperan desvelar que es eso que está "Más allá de la Luna"