Al principio, solo éramos nosotros siete, siendo familia, por y para siempre, había sido nuestro lema, pero, todo cambió cuando mi gemelo, corrió hacia nosotros con el cuerpo inerte de nuestro hermano pequeño en brazos.
No lo quería creer.
Aún recuerdo la oscura mirada de mi padre, al ordenarle a mi madre, crearnos. Decían que lo hacían por nuestra familia, yo no lo creía. Nos hizo más fuertes, más veloces, inmortales, pero con este nuevo poder, vino el hambre un hambre incontrolable.
Mis hermanos lo aceptaron sin rechistar, yo no podía, me negaba, repudiaba mi naturaleza inmortal.
En una noche de luna llena, fui obligada a ir de caza con mis hermanos y mi padre; mi gemelo, mi otra mitad, asesinó a alguien, por su insistente hambre y rabia, su naturaleza surgió.
En ese momento lo supe.
-Corre, pequeña, corre. - Fue lo último que le escuché decir, la noche en que nuestra madre, con ayuda de nuestro padre y hermano, encerró ese lado de Niklaus.
Yo también tenía ese lado.
Así lo hice, corrí, tan rápido como mis pies pudieron.
Era cobarde, lo aceptaba, pero ¿Qué podía hacer? Solo quería sobrevivir.All Rights Reserved