Este capítulo va para todo el personal médico que nos cuida en la primera línea de batalla, por los que ya llevan un año, varios meses, semanas o días. Les mando un gran abrazo y pido porque pronto puedan abrazar a su familia sin preocupación, si esta Navidad no han podido estar con sus seres queridos, espero que la siguiente si tengan la oportunidad.
Los chismes y especulaciones sobre la familia del joven Dr. Cullen y su esposa nunca se hacían esperar en cada poblado que pisábamos; Nihma Utudraa no era la excepción y la cena en casa del Dr. Crawford, el director el hospital, sólo había los aumentado. El Dr. y la Dra. Crawford, quien también trabajaba en el hospital, eran bastante prudentes, no así su vecina, la señora Brown, quien no perdió la oportunidad para espiar desde su ventana a los invitados de sus vecinos cuando llegaron. Por suerte, nuestra familia contaba con mis visiones para prever esta clase de situaciones.
Ese día, la Sra. Brown convenientemente cocinaría un pastel de zanahoria y decidiría ser una vecina amable al llevárselos a los Crawford, aprovechando de paso la oportunidad para ser presentada al nuevo doctor y su familia. Kairi atinadamente comparó a la Sra. Brown con la Sra. Bennet de Orgullo y Prejuicio. Lo último que faltaba, es que quisiera emparejar a sus hijos adolescentes con los hijos adoptivos de los Cullen. Lo que si sucedió, fue que dos días después, todo Nihma Utudraa comentaba lo hermosos que eran Edward y Rosalie, y apostaban a si el resto de los hijos adoptivos eran igual de bien parecidos; ya era bien sabido por todos que el Dr. Cullen era bastante guapo y que su esposa era muy amable y hermosa.
—La doctora Crawford parecía muy apenada cuando vio que era la señora Brown la que había tocado el timbre, y más cuando insistió en ella misma pasar a dejar el pastel hasta la cocina —comentó Esme cuando regresaron de la cena y nos contaron sus impresiones.
Por supuesto que yo ya sabía casi todo lo que había sucedido.
—¡Que imprudente! —señaló Nessie.
—Ni que lo digas, muy inocentemente se sorprendió al vernos a nosotros —comentó Rose—. Mi parte favorita fue cuando la hija de los Crawford, Tala, comenzó a decir sin filtro, como son los Brown —resaltó.
—El doctor Crawford intentó excusar a la señora Brown, pero Tala dijo que si íbamos a vivir ahí, era mejor que supiéramos como serían nuestros "vecinos", y que Rose y Edward supieran a quien evitar en la escuela —explicó Carlisle.
—Su intento de censurarla fue pura pantomima, en realidad estaba totalmente de acuerdo con que lo dijera su hija, porque saben que es cierto, de hecho, sus padres dijeron cosas peores en sus mentes —compartió Edward.
—Bueno, pero cuéntennos que dijo Tala Crawford —exigió Emmett ansioso, y Kairi se burló de su expresión.
—Después de que la señora Brown se fue, e hicimos algunos comentarios sobre ella, Tala dijo que no le sorprendería que lo hubiera planeado todo, que era la señora más cotilla de todo Nihma Utudraa y que sus mellizos, Diana y Peter, eran los típicos desabridos y engreídos populares de una escuela estadounidense —relató Edward, y yo estaba a punto de replicar—. Antes de que te quejes porque no lo dije todo, Alice, permíteme recordarte que tú querías contar esa parte —dijo contestando a mis pensamientos.
—¿La comparación con los mellizos Evans? —preguntó Rose.
Asentí, me aclaré de garganta y dije:
—Citando a Tala Crawford: Se creen Sharpay y Ryan Evans, pero todo mundo sabe que ellos eran cool, Diana y Peter Brown son la copia barata por la que no pagarías ni un centavo de dólar.
—¿Eso dijo? —se burló Kairi—. Muero por conocer a Tala Crawford.
—Hay que agradecerle por advertirnos sobre ellos —apuntó Jasper—. Igual no nos relacionamos con nadie, pero si Nessie quiere hablarle a alguien, que no sea a los Brown.
Siempre era mejor mantener a los humanos al margen, pero Nessie también merecía socializar con chicos de su "edad", así que la dejábamos interactuar más, aquí sería más sencillo, pues para todo el pueblo, ella no era una Cullen, sino una Masen, lo cuál no era del todo mentira.
—Recomiendo a Tala Crawford, ¡anda Renesmee! Seguro puede darte un buen resumen de la sociedad de Nihma Utudraa —sugirió Kairi con entusiasmo.
—Ok, Kairi, pero tú pareces incluso más emocionada que yo —se burló Nessie.
—¡Ya lo creo! Sino fuera porque temo que termine como mi cena, yo misma la invitaría a platicar cualquier tarde —admitió Kairi, al tiempo que se giraba en el sillón para quedar de cabeza.
—Puede que no tengas ojos rojos, pero así pareces más un murciélago, y podrías encajar en la versión popular de los vampiros —bromeó Emmett.
Kairi frunció el ceño y sacó su lengua en dirección a él, luego le mostró sus colmillos, Emmett le lanzó un cojín en respuesta que ella detuvo a tiempo.
—¡Basta! Van a destrozar mi cojín —los regañó Esme.
—Lo siento, mamá —se disculparon al unísono.
—Alice, ¿qué impresión dieron ustedes cuando salieron de compras? —quiso saber Fred.
—El día que salimos por las cosas de Kairi, bueno, aún no ubicaban mucho al doctor Cullen y su esposa, pero todos supusieron que debíamos ser los Cullen, a la señora Cullen le alabaron que sus hijos la ayudaran con sus compras; y que todos fueran modelos de revista bien vestidos, Edward se los puede confirmar —dije con orgullo.
Con esos antecedentes llegó septiembre y el primer día de clases. Compadecía a Edward por tener que escuchar todo el barullo que nuestra primera aparición pública provocaría, por otro lado, me emocionaba siempre la primera aparición.
—Repasemos todo —comenzó Carlisle antes de irse al hospital—, Fred, Emmett, Alice y Edward son los hijos adoptivos iniciales, hace cinco años adoptamos a Rosalie y Jasper Hale, sobrinos de Esme que quedaron huérfanos, Carlie Masen es prima segunda de Edward, y Bella es su mejor amiga, ambas se mudaron aquí para terminar el bachillerato y que Carlie pudiera conocer mejor a Edward. Fred y Emmett van a último grado, Rosalie y Jasper a onceavo, Edward, Alice, Bella y Carlie van a décimo —Edward intentó ocultar su mueca de disgusto—. No hagas esa mueca, Edward —lo reprendió Carlisle.
Tranquilo, hermanito, estoy seguro de que al menos disfrutaras actuar tu romance con la bella Isabella Goldman, mientras intentas superar a todos sus pretendientes, ironicé en mis pensamientos.
Me respondió con un leve bufido y rodó sus ojos de forma casi imperceptible.
—¿Cuál es el pronostico para este día, Alice? —me preguntó Carlisle.
Todas las miradas se enfocaron en mí y me concentré. Amaba los primeros días.
—Tendrás un día tranquilo en el hospital, recomiendo mantener un ojo en el residente de ojos verdes y apellido Grant, nada malo, ¡ah! y la señora Brown fingirá tener apendicitis o algo parecido. En cuanto a nosotros, Bella, no pierdas tu tiempo entre tu primera y segunda clase, no vas a encontrar tu cambio de ropa que creíste esconder bien en tu mochila. Fuera de la impresión y rumores que solemos levantar, todo irá bien. ¡Oh! —un rápido cambio de decisiones me mostró un nuevo escenario—, esperen, Rose, en biología tu compañero de laboratorio se cortará un dedo con un bisturí, recomiendo que mejor seas tú quien reparta el material. Tenemos que llegar primero nosotros, y tres minutos después, Bella y Ness en su coche blindado —me burlé.
—No puedo creer que después de todos estos años, tenga que conducirlo de nuevo —se quejó.
—Hay que mantener las apariencias, señorita Goldman —la molestó Emmett.
—Yo aun no puedo creer que le hayas comprado ese coche, Edward, me parece exagerado —remarcó Kairi.
—¡Oh! Es que en verdad debiste conocer a Bella Swan, un verdadero imán humano para el peligro —dijo Rose en defensa de Edward.
—Me cuesta creer que ese coche la hubiera podido salvar de vampiros y metamorfos, en todo caso.
—Bueno, no quiero perderme la actuación de la señora Brown, así que yo debería irme —anunció Carlisle.
Después de despedirse y desearnos suerte, se dirigió al garaje y salió en su auto.
—Bueno mis niños, es hora de que ustedes también vayan a la escuela. Por favor, hagan sentir orgullosa a su madre —dijo como advertencia Esme—, y a su abuela —le dijo a Ness.
—Estaré esperando un reporte detallado de su primer día, hermanitos —nos avisó Kairi mientras Esme nos daba un abrazo a cada uno.
—¿Hermanitos? —se quejó Emmett—. He vivido varias décadas más que tú —recalcó.
—Tal vez —concedió Kairi—, pero biológicamente yo tengo 23, sólo Esme y Carlisle son mayores que yo —encogió sus hombros inocentemente, pero en su rostro había burla.
Bajamos a garaje y nos dirigimos a los coches. Ya que no cabíamos en un sólo coche, Fred, Emmett y Jass irían con Edward en su Volvo, mientras yo iría con Rose en su BMW. El Volvo en si no era un problema, sino el BMW, si por si solo no era ostentoso ya, el color rojo atraía más la atención, sin embargo, era de los menos llamativos y por tanto el elegido.
Rose no siempre conducía su coche en público, así que iba a disfrutar mucho esta oportunidad. Por el contrario, Bella estaba un poco hastiada con la idea de conducir su Mercedes Guardian a la escuela por un mes, el suficiente tiempo para que los humanos nos vieran convivir con ella y Ness, y no les pareciera extraño que comenzáramos a pasar por ellas para ir a la escuela. Para mantener las apariencias, aun tendría que conducirlo de vez en cuando, pero al menos no a un estacionamiento lleno de adolescentes chismosos.
—Bella, no lo olvides, cuenta tres minutos exactos antes de salir —le advertí antes de subirme al coche.
—Después de tantas ciudades, uno creería que ya tuviste suficiente con "primeras entradas estelares", pero aún así, hoy ni siquiera tengo que preguntar para saber que llegaremos en uno de los horarios pico de entrada, y que todos verán a los Cullen llegar —comentó Rose en el camino.
—Y después de tantos años, uno creería que ya sabes que te conozco lo suficiente para saber que disfrutas de ellas, así que no intentes ocultarme que te emociona llegar en tu preciado BMW —contraataqué con una sonrisa burlona.
No quitó la mirada del camino, pero sonrió dándome la razón.
—Es una pena que eso vaya totalmente en contra del perfil bajo que me gustaría que lleváramos, para evitarnos problemas. Al menos este año no es el debut de Fred, entonces estaría más nerviosa —comentó unos segundos después.
El suave rugido de los motores perturbaba la calma del bosque a nuestros costados, mientras Edward y Rose corrían los coches lado a lado. Sólo al acercarnos al camino transitado por los humanos, redujeron su velocidad a una más "decente".
—Relájate, hermana, todo saldrá de lujo, al menos hoy y esta semana pintan muy bien. Ninguno de nosotros tendrá incidentes, lo único hubiera sido en tu laboratorio de biología, pero ya está resuelto, y aun si hubiera algo más, lo veré a tiempo y una mirada convincente será suficiente para obtener justificantes y esquivar el desastre —tal vez los quileutes, híbridos y vampiros que sabían encontrar mis puntos ciegos habían mermado un poco mi confianza, pero en cuanto a humanos, todo estaba bajo control.
—Deja que el Volvo entre primero —le indiqué al divisar la entrada al estacionamiento de la escuela, no había fila para entrar, así que podríamos llegar directo a los espacios que había elegido en mis visiones.
Al ser el primer día, en una ciudad pequeña, la mayoría de los estudiantes permanecían en el estacionamiento saludándose después de las vacaciones de verano.
—Como sino se hubieran visto hace un par de días —Emmett había bajado ligeramente su ventanilla para que lo escucháramos burlarse.
—Déjalos, nos queda perfecto para que nos vean llegar —le contesté en un susurro. El silencio que se abría paso entre el barullo inicial, hacía evidente el ritmo al que iban notando nuestra presencia.
—No quisiera ser Edward en este momento —me dijo Rose, me limité a asentir. Como si ser capaces de escuchar todas sus conversaciones aunque fueran un susurro, no fuera ya suficiente.
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A Different Twilight
FanfictionKairi era una chica de 23 años con una vida feliz. Ese día se encontraba en Volterra estudiando y fotografiando la ciudad para la revista turística de su compañía, es ahí donde una chica muy hermosa se le aparece y la invita a un tour. Una llamada...