Capítulo 31. Descontrol

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     Ella estaba más cerca de la fuente del olor, la brisa que lo había traído hasta nosotras, llegó primero a ella, y aunque la diferencia de tiempo no era muy significativa, fue suficiente para que yo dejara de respirar antes de aspirar el embriagador perfume de la tentación.
     Sus ojos cambiaron, se tornaron tan negros como el vacío, su rostro me hizo saber que ya no había nada más que instinto a cargo de sus acciones, y su cuerpo se preparó para dejarse guiar por sus sentidos de depredadora. Aún no había comenzado a moverse, cuando yo pensé en Edward y Alice, e hice todo lo posible a través de mi poder, para llamar su atención y que supieran lo que estaba pasando.
     Ya vamos, escuché la voz de Edward, cuando reflejé su poder en un intento de saber si habían captado lo suficiente. Alice ve dos escenarios más probables, uno no es muy alentador. Nosotros no llegaremos a tiempo, pero tú estás más cerca.
     Comprendí lo que quería decir y no perdí más tiempo, aunque no estaba segura de cómo lograría yo ser de ayuda. Sólo sería una bomba de tiempo, porque mi autocontrol no sería suficiente si tenía al humano desangrándose frente a mi, o si lo olía.
Sólo retrásala, gana tiempo para que podamos llegar. No respires, me dijo nuevamente, adivinando mis pensamientos.
     "Es una bendición que podamos sobrevivir con sangre de animales que no sean humanos", me había dicho ella más temprano. "Sé que de ser vegetariana, en el sentido humano, me parecería una aberración, pero la realidad es que yo veo normal alimentarme de ciervos, osos, algún canguro o cualquier mamífero que pueda encontrar en Australia, mientras no esté en peligro de extinción. Creo que me estaría negando a esta vida, y no me sentiría tan plena, si la única alternativa fuera matar humanos. Por muy malos que fueran, por mucho bien que le pudiera hacer a otros, mi conciencia no me dejaría tranquila". Sus palabras de la conversación que habíamos tenido más temprano, resonaron en mi mente.
     Retiré mi espejo del camino de Edward y Alice, para que pudieran estar pendientes de lo que sucedía conmigo, Sahani y el humano.
     La alcancé muy pronto, como neófita, yo seguía siendo más fuerte que ella. Sahani me sintió y me gruñó en advertencia, pero la ignoré y me impulsé con una roca, para caer sobre ella. Rodamos por el suelo, provocando que nuestro golpe contra un tronco, lo quebrara e hiciera temblar. Sahani rugió con furia y me lanzó en dirección contraria. Me confundió un segundo, lo suficiente para poder continuar su camino.
     Instantáneamente retomé la persecución, sabía que estábamos cerca, porque el sonido del corazón humano se hacía más evidente. Me recordé mentalmente que debía concentrarme en evitar que Sahani se alimentara del humano, porque su frenesí era embrigante; verla consumida por su instinto depredador, incitaba al mío a tomar el control.
     A medida que nos acercamos, intuí lo que había provocado esto, estábamos cerca de una saliente de la montaña. Quienquiera que estuviera en peligro de convertirse en presa de dos neofitas, tenía que haber estado escalando, y una caída debió provocar que se desangre.
     Apresuré el paso cuando divise al humano, parecía un hombre de menos de 30 años, y nuevamente me lancé sobre Sahani, esta vez se enojó más, porque cuando estuvimos en el suelo, me mordió el cuello. Mi chillido no se hizo esperar y la aventé lejos de mí. Su ponzoña ardía, como había ardido durante mi transformación, y lo que era peor, no había podido evitar que el aroma de la sangre humana entrara a mi sistema. Tarde había recordado que no debía respirar.
     El humano estaba inconsciente por la caída, y pronto sería por la cantidad de sangre perdida. Arremetí en contra de Sahani nuevamente, pero estaba vez no era por ganar tiempo, esto era una competencia por satisfacer la sed de sangre. Como depredadora, fui mejor rival para Sahani, y probablemente la hubiera sacado de jugada lo suficiente como para chupar la sangre humana, de no ser porque un pensamiento de Edward se coló en mi mente, cuando por instinto recoloqué mi escudo. Como yo le bloqueaba el camino hacia su presa, Sahani aprovechó esa distracción para arrancarme el brazo derecho desde el hombro y apartarme de su objetivo. El frenesí por la sangre me mantuvo distraída del dolor, lo suficiente como para sentir fluir la tranquilidad de Jasper y el poder de Fred, cosas que inconscientemente había bloqueado para pelear con Sahani. Sahani estaba inclinándose sobre el humano, cuando dirigí las ondas de Fred hacia ella. La vi retroceder con asco, antes de tumbarla al suelo y sentarme su torso, era incapaz de inmovilizar sus brazos con mis muñecas, así que usé mi piernas.
     Ella me rugía con furia, y yo intentaba no pensar en lo fácil que sería darme la vuelta y alimentarme del humano. Me concentré en el ardor de mi hombro y cuello, hasta que Fred estuviera lo suficientemente cerca, para que Sahani estuviera al alcance de su poder, sin necesidad de que mi espejo lo potenciara. Había vuelto a prestar atención a los poderes que podía reflejar, porque mi parte depredador había buscado con desesperación algo que me diera ventaja, ahora debía confiar en que no me descontrolaría al grado de chupar la sangre del humano.
     Ya, escuché a Edward decir. Entonces me rendí y desactivé el espejo. Al instante, caí a un extremo y comencé a arrastrarme con desesperación y asco, sin idea de a donde huir.
     Apenas y presté atención a algo a mi alrededor. Como la dulce manera en la que Darel pronunciaba el nombre de Sahani, mientras la cargaba y se la llevaba lejos de la tentación, Gideon y Athalia hablando con Esme, para luego seguir a Darel. Escuché a Carlisle y Rosalie revisar al humano, y una rama quebrándose.
     —No puedo yo sola —dije cuando los sentí acercarse y las olas de repulsión disminuyeron.
     Si movía un solo músculo ahora, intentaría llegar al humano.
     —Llévensela —ordenó Carlisle.
     —Puedes irte, Edward. Todo saldrá bien —escuché a Alice asegurar.
     —Tremenda batallita que diste, hermana —reconoció Emmett, mientras me alzaba en brazos y me llevaba a otro lado.

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