Capítulo 19. Si fuera una Cullen

370 52 0
                                    

Edición 04/04/21

__________________

     Un par de horas más tarde, acordamos que ya era momento de regresar, así que fuimos por nuestra ropa. Desbloquee a Alice e hicimos una carrera de vuelta a la mansión Denali. Claramente ella nos vio llegar, porque ya nos estaba esperando en los ventanales cuando nos acercamos a la mansión.

     —Creí que no los vería hasta mañana —me comentó mientras se hacía a un lado para que pasáramos.

     —¿Por qué lo dices? —le pregunté inocentemente.

     —Claramente, familia, las prácticas de Eleazar y Kate están surtiendo su efecto, porque cierta señorita me bloqueó por varias horas —me reprochó indirectamente.

     Fred me dirigió una mirada de sorpresa. Él no había considerado esa posibilidad y estaba segura que para él era normal que Alice ya lo supiera todo.

     —¿De verdad? —Eleazar se levantó al instante—. ¿Cómo lo hiciste? Quiero decir, durante un tiempo tan prolongado, aunque en realidad no me sorprende tanto, has avanzado muy bien.

     —La respuesta es clara, hermano. Somos excelentes entrenadores —obvió Kate.

     Me limité a reír.

     —Kairi, sigo esperando una explicación, ¿por qué me bloqueaste?, no es como si hubieran hecho algo indebido, ¿o sí? —alzó una ceja de forma inquisitiva.

     —No Alice, es sólo que no quería hacerme un spoiler de mis reacciones, quería explorar la montaña tranquilamente sin saber lo que me esperaba, y me resultó más sencillo bloquearte que evitar reflejar las visiones —me encogí de hombros, restándole importancia—. Igual nos viste venir de regreso, ¿me equivoco?

     —En absoluto —dijo haciendo un puchero, luego hubo un curioso brillo en sus ojos—. Aunque claro, pudieron haber cambiado de opinión cuando comenzaron a revolcarse en la nieve como salvajes a mitad del camino.

     Su comentario causo un revuelo de reacciones.

     —Eso explica porque están cubiertos de nieve —dijo Rosalie con una sonrisa burlona.

     —¿Qué estuvieron haciendo pilluelos? —dijo Emmett mientras rodeaba nuestros hombros con sus brazos.

     Fred y yo nos volteamos a ver y comenzamos a reírnos.

     —Bueno, simplemente me pareció genial comenzar una guerra de nieve, y pues...claramente eso incluye llenarse de nieve —expliqué.

     —Eso, y que Kairi ama sentir la nieve, así que puede que me derribara en más de una ocasión —me incriminó Fred.

     —¿Disculpa? —fingí indignación—. No recuerdo que te quejaras o te resistieras una sola vez —dije mientras le daba toques en el pecho con mi dedo índice, y finalmente atrapó mi mano. Emmett ya se había alejado de nosotros.

     —Bueno —dijo Fred con una sonrisa—, debo admitir que fue muy divertido.

     —Yo te dije que sería divertido, y gracias al cielo que no eres un aguafiestas, aunque me habría divertido el reto de convencerte.

     Nos sonreímos por un momento, y cuando desvié la mirada, vi como todos los veían con una sonrisa. En ese instante, Fred soltó mi mano y nos separamos. Vi las intenciones de Emmett de decir algo, pero Carlisle lo evitó poniéndose de pie.

     —Me alegra verte más relajada y acoplada a esta vida.

     —Así es, Carlisle. Se los debo en gran parte a ti y a tu familia, me han ayudado a adaptarme, me han apoyado en cada crisis, me trajeron aquí con los Denali, quienes me han ayudado también a entender y controlar mi poder —suspiré después de verlos a todos—, a pesar de los inconvenientes que les pude haber causado. Se lo dije a Eric en la carta, no podría haber pedido algo mejor para comenzar esta vida, pues Dios puso en mi camino a seres maravillosos y amables, que no han hecho más que ayudarme.

A Different TwilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora