CAPÍTULO 27

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Maratón 2/4

Ethan no bromeó cuando dijo que íbamos a recuperar el día de grabación el domingo. No importó que me quedara dormida a las nueve de la noche, hay algo de levantarte a las seis de la mañana que te agota por completo.

- ¿Tienes sueño?- pregunta Adam.

-Sí- respondo-. ¿No es obvio?

-Sígueme contestando así, y vas a correr el doble en el entrenamiento de mañana- me informa, divertido.

Ruedo los ojos. Es muy temprano para hablar acerca de hacer ejercicio. Es muy temprano para estar despierta.

-Déjala en paz, Adam- escucho la voz de Jayden justo detrás de mí.

Una sonrisa se forma en mi labios al sentir como su brazo rodea mi cintura. No estoy segura de que demonios está pasando entre nosotros. El martes todos se sorprendieron cuando llegamos juntos al set, y lo hicieron más cuando Jayden se la pasó dando muestras de afecto durante todo el día. No me molestó en lo absoluto, de hecho, ansiaba otro pequeño beso en mi mejilla o sus brazos rodeándome cuando estaba hablando con Emma o Anabeth. Los demás ataron cabos al instante, pero no han preguntado nada... aún, se limitan a lanzarnos miradas llenas de cariño de vez en cuando; el que sí ha dicho cosas es Caleb, pero no me sorprende viniendo de él.

Por mucho que me desagradara la idea, tuve que regresar al hotel el mismo martes. Anabeth no pagó mi estadía en ese lugar por tres meses para que yo no la use, así que al terminar el día, Jayden me llevó a su apartamento para que recogiera mis cosas, y después fuimos al hotel. Con gorra y lentes puestos, Jayden me acompañó hasta mi habitación y cuando iba a despedirme solo me cargó y entró al cuarto, cerrando la puerta con su pierna.

Todo iba bien hasta que el señor Jones encontró mis dulces de leche, y mientras me bañaba se comió la mitad, dejándome con solo una bolsa para sobrevivir el mes y medio que queda de grabación. Tuve que saltar a su espalda y aventarlo a la cama para impedir que se llevara los dulces restantes con él. El problema luego fue librarme de su agarre. Ese día nos la pasamos platicando y viendo películas que cuando nos dimos cuenta ya eran las tres de la mañana. Jayden estaba prácticamente dormido para esa hora, no tuve el corazón para despertarlo, no cuando se veía tan tierno con su cara relajada y sus pequeños chinos hechos un desastre, así que lo dejé dormir. Apagué las luces y nos cubrí con las sabanas antes de quedarme dormida yo también.

El miércoles también llegamos juntos al set.

-Si la pongo a hacer más ejercicio...- comienza Adam.

-Mi pequeña chica de los libros está perfecta como está, no necesita de ejercicio- contesta Jayden, haciéndome ruborizar.

-Había olvidado lo cariñoso que eres cuando te gusta alguien- dice Adam, regresando su atención al guion que tiene en su regazo.

Siento a Jayden tensarse por sus palabras, y sé en qué... en quién está pensando. Me retuerzo entre sus brazos para después voltear a verlo. Sus ojos están puestos en Adam y sus cejas están ligeramente juntas. Pongo mi mano en su mejilla, su mirada se centra en mí al instante.

- ¿Listo para grabar? -le pregunto.

-Siempre.

-Bien, no quiero que arruines a Lucien- bromeo.

Su sonrisa se agranda y su mirada se ilumina.

-Mmhm- se inclina hacia mí-. No decías eso anoche cuando estaba practicando mis líneas, de hecho, creo que estabas muy, muy concentrada- susurra.

La chica de los libros (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora