CAPITULO 14

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Entre estar en el set evitando que Anabeth y Ethan decidan vengarse y las salidas con los chicos, la semana se pasó volando.

Adam regresó un día antes de lo planeado. Sus grabaciones fueron más rápidas de lo previsto y cuando Adam dijo que se tardaron menos porque él era el mejor actor y que sabía hacer su trabajo sin jugar, él, Caleb y Jayden comenzaron a pelear como niños pequeños. Los tres se consideran el mejor en el set y según Caleb solo podía haber uno, no tres; así que arruinaron la tranquilidad de nuestra cena con sus argumentos tontos. Cuando Caleb se le ocurrió la maravillosa idea de meterme en su discusión pidiéndome mi opinión al respecto yo solo tomé mi plato y salí del comedor. No tenía planeado meterme entre esos tres y quedar en el centro del desastre.

Adam me aventó un croissant, un maldito croissant, para expresar su descontento. Solo cuando vi que Caleb y Jayden tenían la intención de imitar la acción de Adam, corrí.

- ¿Seguro que no me voy a cortar? - le pregunto a Adam.

-Son de utilería, Isabel- responde Emma-. No tienen filo.

-Ya le dije eso más de tres veces- reprocha Adam.

-No confío en ti- digo.

- ¿Quieres que te enseñe como usar una espada o no?- ríe.

-Sí, pero si me pasa algo, voy a matarte.

-Si te pasa algo, Anabeth va a matarme- me corrige.

-No si yo lo hago primero.

-Levanta la espada- dice

Eso hago.

Mi mente sigue tratando de comprender que el objeto entre mis manos no es capaz de hacer daño.

No es real, Isabel.

-Si logro que sueltes la espada, vas a correr diez minutos más- me informa Adam.

-Cuando te dije que quería empezar a hacer ejercicio de nuevo no me refería a un entrenamiento medieval- señalo la espada.

-Debiste de adivinarlo cuando te dije que yo iba a entrenar contigo- una sonrisa llena de humor aparece en sus labios-. Vas a entrenar con nosotros a partir de ahora.

-Me agrada le idea- dice Emma.

-A mí no. Sus ejercicios son muy pesados.

- ¡Claro que no!

-Emma, yo estoy acostumbrada a correr e ir al gimnasio, no a entrenar cuerpo a cuerpo en modo de combate y aparte con una maldita espada.

-Yo entreno con dagas- dice Adam.

-Eso ya lo sé, si le cambiaban eso a tu personaje me hubiera enojado- confieso-. Tyler es genial con esas dagas.

-No empecemos a hablar de libros- ríe Adam.

-Amargado.

-Levanta la espada- repite-. ¿Recuerdas lo que te acabo de enseñar?

-Sí. Golpe, golpe, esquivar y atacar por atrás.

-Buena chica- dice.

Sin otro aviso corre a mi encuentro con la espada en alto.

Golpe, golpe, esquivar y atacar por atrás.

Eso hago, o eso intento. Adam ha estado entrenando desde hace meses estos movimientos para que se vean reales en la pantalla, él ha estado practicando y aprendiendo a moverse con una espada, daga o un arco, yo no.

No pasan más de dos segundos cuando la espada de utilería cae de mi mano y Adam me tiene contra su pecho, espada en cuello.

-No lo hiciste rápido.

La chica de los libros (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora