- ¿Dormiste bien? -me pregunta Jayden.
-Demasiado bien.
Las ventanas siguen sin ser cubiertas, así que la vista de la ciudad fue lo primero que noté al entrar a la cocina. Una hermosa manera de empezar el día.
- ¿De qué está hecho el colchón? – estiro mis brazos.
- ¿Por qué?
-Está muy cómodo.
-Me alegro de que la cama haya sido de tu agrado.
Sonrío. - ¿Qué vamos a almorzar? -pregunto, llegando a su lado.
Jayden está colocando fruta en dos platos.- Esto.
- ¿Eso?
-Sí.
- ¿Y qué más?
-Solo esto.
Él al fin me voltea a ver, sus ojos recorren mi cuerpo y sonríe cuando su mirada se encuentra con la mía.
-Bonita pijama- me dice.
Miro mi cuerpo rápidamente, olvidándome temporalmente de que llevo puesto. Mi short crema de dormir y mi blusa rosa holgada se ven bien.
- ¿Gracias?
-De nada- asiente con la cabeza antes de volver a su tarea de preparar nuestro desayuno.
Me niego a almorzar solo eso. Puede que él y los demás estén acostumbrados a almorzar así cuando no van al set, pero yo no. Nunca he sido muy fan de los desayunos americanos.
- ¿Hay huevos? – pregunto.
-Sí, ¿por qué?- Jayden me mira, la duda presente en su cara.
- ¿Quieres machacado con huevo? – sonrío tiernamente, recordando como le gustó la última vez que preparé.
- ¿Qué es eso?
-El platillo mexicano que te cociné la última vez que estuve aquí.
Su mirada se ilumina.
-Entonces, sí.
Sonrío, divertida. Comienzo a moverme por la cocina, buscando lo que necesito para hacernos un desayuno decente. Cuando le dije a Jayden que no podía ayudarme y que se fuera a bañar, la cara de niño regañado que puso me hizo terminar aceptando su ayuda. Por muy buen cocinero que sea, no estaba tan acostumbrado a cortar cebolla, lo cual terminó en él llorando a causa de esta y yo riendo por lo patético que se veía; mi error fue haberle dicho lo que pensaba porque segundos después agua escurría por mi cuerpo gracias al vaso que me lanzó. Cuando me canse de perseguirlo por el apartamento, trate de limpiar el desastre que él había hecho, pero me lo impidió diciendo que él lo inició, así que él lo limpiaba.
-Tienes que enseñarme a cocinar esto- me dice.
- No puedes cortar cebolla sin terminar llorando, ¿cómo quieres cocinarlo? – lo molesto.
-En ese caso, vas a tener que estar aquí siempre para ayudarme- toma un sorbo de jugo de naranja.
-Tengo mejores cosas que hacer- me encojo de hombros.
- ¿Algo mejor que estar conmigo?- bromea.
-No todo gira a tu alrededor- ruedo los ojos, divertida.
-Una lastima.
-Realmente lo es- me paro del sillón.
Haber desayunado viendo la ciudad despertar poco a poco fue uno de los mejores momentos de mi verano. Poder apreciar como el sol iba iluminando cada edificio, dando inicio al día fue algo que merecía ser fotografiado, inmortalizado, así que eso hice. Me sorprendí cuando Jayden hizo lo mismo, ambos nos miramos atónitos por la acción del otro. No sé porque me dio un presentimiento de que en su galería de fotos tendría unas cuantas fotos del cielo, no me atreví a decirle que mi galería estaba igual.
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La chica de los libros (En edición)
RomanceIsabel Trejo ama leer y eso no es secreto, toda su familia y amigos lo saben. Su amor por la lectura es tanto que decidió crear un canal de YouTube para poder compartir las maravillosas historias que lee cada día. Al comenzar su canal en Booktube el...