CAPÍTULO 11

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Las risas retumban en cada pared.

Gente secan sus lagrimas provocadas por la señora de cabello negro que esta en el escenario. Jayden no mintió cuando prometió que este lugar me iba a subir los ánimos, tampoco lo hizo cuando dijo que la comida era buena. Cada bocado de pollo se siente como ir al mismísimo cielo.

- ¿Está rico?- pregunta cuando nota que mi atención no deja mi plato.

-Demasiado- contesto-. Puedes quitarte los lentes, ¿sabes?. Está más oscuro que nada aquí, muy apenas puedo verte y estás a centímetros de distancia, dudo mucho que los demás noten quien eres.

-Te sorprendería saber cuantas personas se darían cuenta.

-Como quieras- llevo otro pedazo de pollo a mi boca.

- ¡Muchas gracias!- gritan desde el pequeño escenario-. ¡Hasta la próxima!

La gente a nuestro alrededor aplaude frenéticamente y no tardo mucho en unírmeles.

Los minutos pasan y tras la llegada de otro comediante más risas se escuchan en el restaurante. Pierdo la noción del tiempo y de lo único que estoy segura es de que mi estomago duele por todo el rato que he estado riendo.

Cuando por fin termino mi comida, Jayden y yo decidimos que es tiempo de abandonar el lugar. El aire choca contra mis mejillas una vez que estamos fuera del edificio.

-Gracias- digo-. Lo digo en serio, muchas gracias.

- ¿Cuál gracias?. Aún me debes el bote de salsa y tu ayuda.

-Idiota- bromeo.

La carcajada de Jayden corta el silencio de la noche-. Patética.

-Vuelve a llamarme así y voy a utilizar la salsa en tu contra.

-No quieres tenerme como enemigo.

-No eres tan intimidante como crees que eres- lo miro, burlona.

-Eso es porque no he tratado de ser intimidante.

-Aunque lo intentes no creo que lo logres.

- ¿Quieres averiguarlo?- toma un paso en mi dirección.

-Tengo mejores cosas que hacer- me cruzo de brazos.

- ¿Cómo leer?

Por primera vez me gustaría que no tuviera esos estúpidos lentes puestos. La idea de que haya burla y aburrimiento en esos ojos me preocupa más de lo que debería.

- ¿Algún problema?

-¿Qué es tan divertido de leer?- inclina su cara hacia mí de manera de que puedo ver sus ojos verdes por encima de los lentes de sol.

Detengo la urgencia de decirle lo ridículo que se ve usándolos a mitad de la noche.

Lentamente mi mirada se encuentra con la suya solo para encontrarme con curiosidad, de verdad quiere saber.

- ¿Por qué no lo sería?

-Esa no es una respuesta.

-Para mí lo es.

- ¿Por qué te gusta leer? Ela ama hacerlo y también Anabeth, solo quiero saber qué es tan fascinante de sentarte a leer un libro.

-Pregúntales a ellas.

-Te estoy preguntando a ti- su mirada se intensifica-. Perdóname por esperar una respuesta tuya en vez de la de ellas. A parte, la que quiero que responda eres tú.

- ¿Estas palabras no van a ser usadas en mi contra?

-Lo prometo.

Suspiro y mi mirada se dirige a las calles de la ciudad-. No solo son letras y tinta lo que contiene un libro- siento su atención en mí-. Hay mundos enteros entre esas páginas, ciudades que ni te puedes imaginar que existen hasta que las lees. Hay personajes que te enseñan a ser la mejor versión de ti mismo y te enseñan a luchar por lo que quieres. No solo son palabras y tinta, como tú lo llamas, hay la esperanza de un mundo mejor, la oportunidad de escapar cuando tu entorno se vuelve demasiado que necesitas un respiro.

La chica de los libros (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora