Oh Dios.
Lana y Sam me están viendo detenidamente, esperando por una reacción de mi parte. Quisiera poder complacerlos; quisiera poder romperme a llorar, pero ni siquiera yo sé cómo actuar. Solo estoy consciente del creciente abismo que se está abriendo paso en mi pecho. Trato de combatir las lágrimas que se forman en mis ojos, sonrío sin gracia. Otra cosa que no soy capaz de hacer. Debí de haber sabido que el cambio de Jayden conmigo no fue por mí, que había algo detrás. Todo parecía demasiado bueno para ser verdad. No voy a tratar de ser fuerte, porque no es cómo me siento. Mucho tiempo fingí estar bien, mucho. No voy a volver a hacerlo. En momentos como estos me pregunto si me corazón fue creado para ser roto. Es lo único que parece hacer una y otra vez: romperse.
Dejo que mis lágrimas bajen por mis mejillas, abandonando mis ojos. Cada respiración se vuelve más difícil que la anterior. Todo fue mentira, todo: Los besos, las noches en su cuarto, las bromas, las risas...
Cierro mis manos en puños para evitar que sigan temblando. Sin mirar a ninguno de ellos, doy media vuelta e intento salir del camerino, pero Sam pone su mano en mi brazo, impidiéndomelo.
-Espera, Isabel, tienes que dejar...-lo interrumpo.
-Suéltame- digo entre dientes-. Ahora.
-Tienes que escuchar lo que Jayden tiene que decir.
-No quiero escuchar nada de nadie- respiro de nuevo.
-Al principio sí fue un acuerdo, decidimos no decirte porque no ibas a aceptar, pero a Jayden le comenzó a gustar estar cerca de ti, empezó a sentir cosas por ti.
Niego con la cabeza, librándome de su agarre.
¿Realmente cree que eso es mejor?
¿Cree que saber que el principio fue lo único que fue fingido es mejor? El grito de frustración que se forma en mi garganta es muy difícil de ignorar. Sin decir otra palabra, me largo de ese lugar. Necesito salir de aquí, necesito estar sola. Cada caricia, cada mirada cómplice, cada broma, todo fue falso. O fundado en algo falso, en algo roto. ¿Cómo algo que estuvo destinado a romperse desde el principio puede funcionar?
Obligo a mis pensamientos a detenerse ahí mismo. Si sigo por ese camino me voy a romper aquí, pero la nueva dirección que toman no es mejor.
Anabeth.
Ella sabía, ella estuvo de acuerdo con esto y no me advirtió, no me dijo nada cuando vio que mis sentimientos hacia Jayden se estaban tornando más serios de los que ellos habían planeado.
Aire. Ocupo aire.
Sigo caminando, mi mirada está borrosa por las lágrimas que se niegan a parar, pero topo con alguien. Cierro los ojos, rogando que no sea Jayden, no puedo verlo. No quiero verlo.
-Isabel, tranquila- dice Emma, abrazándome.
La rodeo con mis brazos, soltando el sollozo que me impedía respirar.
-Isabel- su voz sale preocupada- respira, necesitas respirar.
No puedo.
-Emma- escucho la voz de Sam a mis espaldas, aprieto a Emma con más fuerza-. Ya sabe.
Por tercera vez en este maldito día siento que mi sangre se convierte en hielo, impidiendo que mi cuerpo reaccione y funcione con normalidad.
Me separo de Emma, mirándola a los ojos. Su mirada llena de pánico aumenta el peso en mis hombros. De repente el mundo se volvió muy pesado para mí.
- ¿Tú sabías?- mi pregunta es apenas un susurro.
-Isabel, yo...
-Oh por Dios- siento las lagrimas bajar por mis mejillas una vez más- Tú sabías.
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La chica de los libros (En edición)
RomanceIsabel Trejo ama leer y eso no es secreto, toda su familia y amigos lo saben. Su amor por la lectura es tanto que decidió crear un canal de YouTube para poder compartir las maravillosas historias que lee cada día. Al comenzar su canal en Booktube el...