Pensé que los nervios ya habían pasado, pero mientras mis pies me llevan por el aeropuerto puedo notar que no. Mi corazón late rápidamente contra mi pecho con cada paso que doy.
Para ser sincera, no tengo idea del porque mis manos están temblando en este momento; he hablado con Anabeth Miller cada semana desde que me propuso ayudarla a promocionar la película.
Supongo que mi cuerpo me traiciona al ser consciente de donde estoy: Nueva York.
Aún recuerdo como se veía la cuidad desde los aires, como mi respiración se atascó en mis pulmones al ver la belleza de la ciudad que nunca duerme en la noche, como sus luces parecían iluminar hasta la más mínima oscuridad del mundo entero.
Una vez con mi equipaje en mis manos, saco mi celular y mando un rápido "Ya llegué, les hablo cuando este en el hotel" al grupo de WhatsApp familiar.
Respiro lentamente antes de salir por las puertas que permitirán que uno de mis grandes sueños se cumpla. Con la emoción recorriendo mis venas como fuego, me obligo a caminar hacia el que va a ser uno de los mejores veranos de mi vida.
- ¿Nerviosa?- la melodiosa voz de Anabeth llega a mis oídos.
- ¿Quieres que sea honesta o que mienta?
Una risita sale de sus labios.- Quiero la verdad, Isabel.
Me muevo un poco en mi asiento.- Estoy tan nerviosa que creo que en cualquier momento voy a vomitar.
Ante mis palabras, el chofer me voltea a ver con preocupación, sus cejas se juntan y ve rápidamente donde estoy sentada, asegurándose de que no haya cumplido mis palabras.
Le sonrío dulcemente, quisiera asegurarle de que al final del viaje su camioneta seguirá igual de limpia que ahora, pero no puedo.
Cuando salí de la sala de equipaje del aeropuerto fue Anabeth quien me estaba esperando con un cartel que llevaba mi nombre. Su cabello rubio resaltaba entre todos e iba más corto desde la última vez que la vi. Tan rápido como mis ojos cayeron en ella, fui hasta su dirección y la rodeé con mis brazos. Llevaba meses sin verla. Hablar con alguien por mensajes nunca va a ser lo mismo que tener a la persona frente a ti, el sentimiento nunca va a ser el mismo.
-Realmente espero que no lo hagas por el bien de todos en este automóvil, Isabel.
-No prometo nada.
- ¿Cómo te fue en tu última semana de clases?-pregunta, poniendo toda su atención en mí. Sé que está cambiando el rumbo de la conversación para que me relaje.
Ojala fuera tan sencillo.
-Lo mismo de siempre- respondo mientras miro por la ventana-. muchos proyectos, muchos exámenes. Muy apenas tenía tiempo para respirar.
-Recuerdo mi tiempo en la universidad. Odiaba las últimas semanas de clases, lo que no te encargaban en el semestre, te lo encargan en el último mes.
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La chica de los libros (En edición)
RomanceIsabel Trejo ama leer y eso no es secreto, toda su familia y amigos lo saben. Su amor por la lectura es tanto que decidió crear un canal de YouTube para poder compartir las maravillosas historias que lee cada día. Al comenzar su canal en Booktube el...