-Jayden Jones, juro que si me tiras voy a golpearte- digo, extendiendo mis manos enfrente mío.
-Confía en mí- responde. Soy capaz de escuchar la risa en su voz.
-Lo hago, pero no cuando tengo una venda en los ojos y me hiciste subir no sé cuantos pisos.
Él aprieta su agarre en mis hombros, y es así como sé que está aguantando la risa.
Idiota.
-De acuerdo, no te muevas. Si lo haces vas a caerte por las escaleras- advierte. No pienso terminar con una pierna rota, por lo que obedezco.
Escucho lo que pienso que es una puerta siendo abierta y el aire que besa mi cuerpo segundos después me lo confirma. Jayden toma mi brazo, indicándome que camine en su dirección. No vuelvo a dejar que me ponga algo en los ojos.
Una vez afuera, el ruido de la ciudad me recibe con brazos abiertos. Sonrío. Voy a extrañar estar esto. Jayden se detiene, haciendo que yo haga lo mismo.
- ¿Lista? – pregunta.
-Sí.
Él quita la venda de mis ojos, dejándome ver la ciudad. La luna brilla en todo su esplendor, asombrándome por su hermosura. Por el rabillo del ojo puedo ver a Jayden observándome. Por la sonrisa en su rostro sé que esto no es por lo que me trajo aquí, así que lo encaro.
- ¿Qué pasa?- digo, una sonrisa toma dominio de mis labios.
Jayden no dice nada, solo voltea su cabeza hacia atrás. Lo miro, confundida, pero no tardo en imitar su acción. Volteo y la confusión es remplazada por asombro. Mis ojos miran el gran helicóptero que está a unos metros de distancia. Es tan grande que abarca la mitad del techo. Detalles rojos contrastan con el color negro que cubre gran parte del helicóptero.
-Sorpresa- dice Jayden.
- ¿Tienes un helicóptero?- lo miro, incrédula.
-Claro que no, lectora- camina en mi dirección-. ¿Por qué querría un helicóptero? Es un desperdicio de dinero.
Abro la boca para preguntar de quien es, pero él resuelve mi pregunta antes de que pueda formularle-. Es de mi papá.
La sonrisa divertida que me dedica hace que ruede los ojos. Claro que el helicóptero tenía que pertenecer a su familia.
- ¿Quieres ir a dar un paseo?- me abraza.
-Sí- digo rápidamente, ocasionando que Jayden ría.
-No me hago responsable si caes- besa mi sien.
Veo una y otra vez el video que tomé ayer en la noche en nuestro pequeño viaje. Aún puedo sentir la sensación de estar en los aires, mirando Nueva York desde otro punto de vista. La ciudad se veía tan impresionante desde las alturas. Si pensé que la ciudad que nunca duerme daba una vista capaz de robar el aliento desde el apartamento de Jayden, desde el helicóptero fue simplemente indescriptible.
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La chica de los libros (En edición)
RomanceIsabel Trejo ama leer y eso no es secreto, toda su familia y amigos lo saben. Su amor por la lectura es tanto que decidió crear un canal de YouTube para poder compartir las maravillosas historias que lee cada día. Al comenzar su canal en Booktube el...