Survive (Daryl Dixon)

XLVIII

Al día siguiente.

Narrador externo:

Por la mañana, el grupo se encontraba preparando los vehículos para continuar el viaje, camino a Alexandria.
Habían encontrado algunas cosas de utilidad en el negocio en el que habían pasado la noche, por lo que iban bastante cargados.

Bárbara y Daryl bajan de la azotea en la que estaban, cuando los demás casi terminan de acomodar todo. Todos les echan una mirada burlona al verlos bajar por las escaleras, no porque sepan lo que haya pasado la noche anterior, sino porque han pasado la noche juntos y solos. O tal vez, si lo sepan.

Ambos se dirigen una última mirada y se separan para ayudar a los demás. Aaron, quien había estado buscando a su hermana durante toda la mañana, es el primero en acercarse a ella.

- Hey, te estuve buscando. - exclama él, acercándose a su hermana.

- Lo siento, me quedé dormida. - responde ella, cargando una caja y llevándola hacia los vehículos.

- Y me pregunto porqué.

Bárbara mira de reojo a su hermano y no le responde nada más. Aunque siempre hayan tenido una confianza espectacular, no se pondría a hablar con él sobre la fantástica noche que había pasado con Dixon y cuán agotados habían quedado luego de sus rondas de sexo.

- Créeme, no quieres saberlo. - es lo único que atina a contestar.

Aaron solo levanta una ceja y asiente lentamente. Claro que no quiere saber lo que su pequeña hermana hizo por la noche, estando a solas con un hombre. De todos modos, no le preocupa, pues sabe que Bárbara siempre ha sido una mujer madura y responsable, y aunque no conozca a Daryl, se nota que es un buen tipo.

Cuando todo está listo, después de unos cuantos minutos, el grupo se distribuye entre los dos vehículos y parten hacia la comunidad. Les espera, al menos, dos o tres horas de viaje por lo que algunos deciden pasar ese tiempo charlando, o jugando.
Rosita, Eugene, Bárbara y Daryl se encuentran sentados alrededor de la pequeña mesa de la caravana jugando a las cartas, mientras Carol los observa y ríe al ver como algunos pierden.

Poco más de un par de horas después, los vehículos comienzan a detenerse justo en frente de un gran portón, rodeado de gigantes muros. Por fuera, se ve exactamente igual a las fotos que Aaron les había mostrado anteriormente.
Todos bajan de los autos y se acercan hasta quedar frente a la entrada. Asustados pero a la vez emocionados por lo que vayan a encontrar detrás de esas grandes murallas.

Aaron se acerca a la gran puerta sosteniendo a Eric, cuando esta comienza a ser abierta. En ese momento, los demás escuchan un ruido a un costado y no tardan ni un segundo en apuntar hacia ese lugar con sus armas. Resulta que solo era una zarigüeya, que terminó siendo atravesada por una flecha de Daryl.

- Trajimos la cena. - dice Dixon, al hombre desconocido que acababa de abrir el portón. Él solo mira con desconfianza al arquero y a todos los demás.

- Adelante, pasen. - dice Aaron, invitándoles a entrar y cortando la tensión.

Todos ingresan despacio, observando todo a su alrededor.

- Antes de avanzar, tienen que entregar sus armas. - exige el mismo hombre de la entrada. - Si desean quedarse, deben dejarlas.

- No sabemos si deseamos quedarnos. - responde Rick, avanzando hacia él.

- Está bien, Nicholas. - asiente Aaron. - Deja que hablen con Deanna primero.

- ¿Quién es Deanna? - pregunta Abraham.

- Ella les dirá todo lo que quieran saber de este lugar.

Todos se miran entre todos, era muy pronto para dejar a un lado la desconfianza. Bárbara mira a su hermano, sabe que puede confiar en él, pero aún así le aterra que este sitio esconda algo extraño.