XXIII

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Narra Bárbara:

Carol, Rick, Daryl, T y yo nos encontrabamos en el patio de la prisión estacionando los vehículos en caso de que en algún momento necesitaramos huir. 

- Va a ser un día largo. - menciona T-dog quitando sudor de su frente.

- ¿Dónde están Glenn y Maggie?, podrían darnos una mano. - siguiere Carol.

- En la torre de vigía. - dice Daryl.

- ¿Torre de vigía?, pero si estaban ahí anoche. - dice Rick mirandome, buscando alguna respuesta por ser amiga de Glenn. Yo solo me encojo de hombros.

- ¡Glenn! ¡Maggie! - grita Daryl.

En ese momento vemos a mi amigo salir de la cabina de la torre, abrochandose el pantalón. Maldito chino, no pierde el tiempo.
Los que estamos abajo comenzamos a reír al ver la escena.

- ¡¿Vienen?! - le pregunta Dixon.

- ¡¿Qué?!

- ¡Que vengan aquí, necesitamos su ayuda! - le digo sonriendo, ya tengo algo con lo que burlarme de él.

Glenn asiente y veo a Maggie aparecer junto a él. Niego con la cabeza y me encamino hacia la prisión junto a los demás, pero T llama a Rick. Todos giramos y vemos como Axel y Oscar aparecen tras las rejas de el patio de su pabellón.

- Vengan conmigo. - dice Rick, comenzando a encaminarse hacia ellos.

Caminamos unos metros, acercandonos a los dos hombres. Cuando llegamos, vemos a Maggie y Glenn aparecer también.

- Teníamos un trato. - dice el policía.

- Lo sabemos. Pero tienen que entender que no podemos vivir ahí un minuto más. Todos esos cadáveres son de gente que conocíamos.

- ¿Y por qué no sacan los cadáveres? - les pregunto.

- Lo intentamos, de verdad.

- El alambrado está caído en la parte alejada de la prisión. - dice Oscar. - Cada vez que arrastrábamos un cadáver, esas cosas hacían filas.

- El trato no estaba abierto a discusión. Viven en ese pabellón, o se van. - dice Rick.

Finalmente, Rick no cambió de postura, sin importar las insistencias de los reclusos. Aunque T-dog no estaba de acuerdo con la decisión tomada.

- ¿Los quieres en una celda al lado de la tuya? ¿Quieres volver a dormir con un ojo abierto? - cuestiona Grimes.

- Yo nunca dejé de hacerlo. - responde el moreno.

- Nos costó muchísimo conseguir esto, ¿y si deciden tomarlo? - se une Carol.

- No podemos arriesgarnos, no después de todo lo que hemos tenido que pasar. - digo.

- Yo entiendo a la gente así. Me crié entre ella. - comienza a decir Daryl. - Son degenerados pero no psicópatas. Yo bien podría estar de ese lado en vez de estar con ustedes.

- ¿Entonces estás conmigo? - pregunta T.

- Ni en sueños. Que se las arreglen afuera como nosotros.

Antes de decir algo más, Rick nos cuenta como hace algunos años arrestó a un chico de 19 por haber apuñalado a la novia, nos dijo que embaucó al jurado en el juicio y lo absolvieron, pero a las dos semanas mató a otra chica.

Luego de que tomaramos una decisión, me alejé del grupo y me dirigí a los rincones que no exploramos de la prisión, con la esperanza de encontrar unas muletas para Hershell.
Caminé por algunos pasillos, matando a algún que otro caminantes cuando veo una silla de ruedas rota, cerca de unas celdas. Seguramente quien la usaba también tenía muletas, por lo que me acerqué y busqué entre las celdas. Cuando las encontré, las tome a ambas con uno de mis brazos y volví al pabellón C.
Me encontré con Lori y Beth y les mostré lo que acababa de encontrar, ambas sonrieron y juntas nos dirigimos hacia la celda de Hershell.

Survive (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora