II

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El tal Merle y yo llegamos a la lavandería que previamente había visto y rompimos los candados con su hacha sigilosamente, tratando de no llamar la atención de los muertos que estaban algo cerca.
Entramos, y con mi revólver en alto buscaba rastro alguno de algo que pudiera perjudicarnos. No encontré nada y le ayuda a volver a encerrarnos con la persiana.
Una vez seguros, le dije que se sentara y que le desinfectaría su herida con el pequeño botiquín que llevaba en mi mochila, luego le ofrecí uno de los paquetes de galletas que encontré y yo comí el otro.

- ¿Cómo es que llegaste a eso? - le pregunto señalando con la cabeza su brazo cortado.

- Digamos que era de vida o muerte.

- ¿Te habían mordido?

- ¿Esto es un interrogatorio? No me sentía tan cuestionado desde que estaba en la correccional. - ríe un poco.

- Después de haberte ayudado allá afuera y curarte y darte algo de comer creo que lo mínimo que podrías hacer por mí es responder a mis preguntas. - le digo mientras buscaba entre las pilas de ropa y sábanas en los estantes. - además de no haber dejado que pases la noche fuera.

- Tienes razón. No, no me mordieron. Me esposaron a un tubo.

Me pregunto qué habrá llevado a que lo esposaran, si es cierto eso tal vez haya un buen motivo y él podría ser peligroso. Sin embargo, el tipo solo tiene una mano y el hacha la tengo yo, si intentara algo podría defenderme.

- Bueno, Merle. Quiero creer que quienes lo hicieron no hayan tenido alguna razón de la que deba preocuparme. - me acerco y me agacho hasta su lado - Supongo que estabas con un grupo.

- Lo estaba. Ellos me abandonaron en esa terraza dejando una fila de caminantes tras la puerta esperando a que cediera para probar un poco del rico Merle.

- O eras tú o nada, creo que no tenían opción. - río y lo miro extrañada - ¿caminantes?

- Así es como el grupo se dirigía a ellos.

- Me gusta.

Luego de un rato en silencio acomodo unas cuantas sábanas en el suelo para acostarme en ellas y les tiendo unas a Merle para que haga lo mismo. Antes de intentar dormir reviso el mapa para saber cuál podría ser mi próximo destino.

- ¿A dónde iremos mañana? - escucho la voz de Merle preguntando mientras ya está recostado.

- ¿Disculpa?. Pues no sé dónde iras tú, pero conmigo no será.

- Vamos, no vas a abandonarme aquí luego de lo que hemos pasado juntos. Podríamos hacer un equipo.

- Creí que ya tenías un grupo, ¿no deberías ir con ellos?

- Prefiero cortar mi otra mano antes de volver con ellos. - suspira y cierra los ojos - el único motivo por el que volvería sería por mi hermanito.

- Así que tienes un hermano, me parece motivo suficiente para volver. No quiero tener que cargar con un anciano mutilado.

- Vaya, vaya. Pero si la princesa tiene carácter fuerte. Te sorprenderías de lo que este anciano es capaz de hacer. - me mira y sonríe - No volveré, al menos no ahora. Por tí puedo comportarme bien.

Dudo unos segundos. La verdad es que he estado sola desde el inicio, incluso he estado sola desde antes de que el mundo se fuera al caño.
No necesitaba de Merle en absoluto, apenas le conocía y tenía toda la pinta de ser un completo idiota. Pero tal vez podría estar con él un par de semanas, lo podría mantener bajo control y podría ayudarme con alguna que otra cosa.

- El plan es este: si vas a estar conmigo será bajo mis normas. No quiero ninguna sorpresa o no dudare en hacerte daño. Será solo algo temporal, luego volveras con tu grupo o lo que sea que quieras hacer. Mientras no me fastidies nos llevaremos bien.

Survive (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora